ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  15 de mayo  de 2022
                               
 

Olvidar a Nadal

De entrada he de confesar lo contrario de lo que suelen los tertulianos: que sé bastante poco, por no decir nada, del asunto del que voy a escribir: el tenis. Aunque lo practiqué con escasa fortuna y durante poco tiempo sobre las pistas de albero de las instalaciones del Círculo Mercantil de Sevilla. Pero vi al instante que el tenis no era lo mío. Al contrario de lo que ha ocurrido en España entera. Con Carlos Alcaraz ha parecido que el tenis es un deporte mucho más popular y de masas que el fútbol, del que todos entienden y se saben al dedillo las clasificaciones mundiales de sus raquetas más destacadas.

De pronto, la España que estaba orgullosa de Rafa Nadal, a quien hasta respetuosamente llamaban "don Rafael Nadal Parera", convertido en héroe nacional cada vez que mordía la plata de un trofeo que acababa de ganar, se ha pasado a Carlos Alcaraz, a quien hasta llama cariñosamente "Carlitos", como si fuera de su familia. De pronto, han descubierto a Alcaraz y alardean que es ya el número 6 mundial. ¿Ha ganado algún trofeo importante, Wimbledon o algo así, o el Roland Garros? No, Alcaraz ha ganado el Mutua Madrid Open y no tiene ni uno solo de los "Grand Slam" que colecciona Nadal. Pero ha derrotado a Nadal en la terrible España que disfruta derribando los ídolos que ha levantado. Hasta he leído este titular sobre Alcaraz y Nadal: "El príncipe derrota al rey". Esto es lo que gusta aquí por lo visto, en el deporte y en las instituciones. ¿A que a este paso Nadal va a tener que irse al Golfo Pérsico, cuando todos le perdonan la vida y se olvidan de los días de gloria que dio a España? ¿O esa es la clave, España, que el manacorí es demasiado español, que no le da vergüenza serlo, que está orgulloso del himno, de la bandera y de su Patria? ¿Quieren olvidar a Nadal o quieren tirar por tierra a un símbolo de la mejor España, o ambas cosas a la vez?

Alcaraz tiene sólo 19 años. Lo cual es un mérito. Como es una exageración quererlo convertir en héroe y mito deportivo nacional con esa edad, cuando todavía no ha ganado un solo "Grand Slam", con todo el camino de tierra batida que le queda por delante. ¿A qué estas prisas? No quiero que se me enfaden en Murcia, pero siendo de la pedanía del Palmar, me suena a como si quisieran proclamarlo Papa por el rito del Palmar...de Troya? Demasiadas esperanzas en alguien cuya carrera ha empezado fulgurante, no lo niego y lo admiro, pero que le puede ocurrir como a Ansu Fati, que cuando debutó con el Barsa parecía que estábamos ante un nuevo Di Stéfano y a quien una desgraciada lesión lo ha apeado del pedestal en que muchos lo colocaron de la noche a la mañana, pregonándolo como la esperanza y el futuro del club. ¿Puede ocurrirle algo así a Carlos Alcaraz? Dios no lo quiera, pero son demasiadas impaciencias las que se han puesto en su figura de indudable fuera de serie. Esto es España pura: levantar estatuas para derribarlas. Hasta que conviertan a Nadal en emérito, en el Emérito Nadal, parece que no van a parar, despreciando sus méritos y olvidando su orgullo de español.

 

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