ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  21 de junio  de 2023
                               
 

Nuevos ricos

Cada día trae su afán y cada crisis, sus cambios de dinero, que pasa de manos. Las dos crisis, la del 2008 cuando la burbuja inmobiliaria, y la que aún tenemos encima, que empezó con la pandemia y no sabemos cuándo va a terminar, nos han traído muchas ruinas. Grandes ruinas de las que apenas se sabe quiénes son sus protagonistas. El dinero es tan escandaloso que se sabe en qué manos está, pero no de cuáles se ha ido. No hablo de los carteles de "se alquila" o "se vende" en los negocios que no aguantaron la crisis, sino de las grandes fortunas que cayeron, en muchos casos no tan sólidas y fundamentadas como creíamos.

Es curioso, pero sabemos el nombre de los nuevos ricos, pero no de los nuevos pobres, de los arruinados por la crisis y por las exigencias de los bancos. Los nuevos ricos no son los viejos pobres encauzados hacia la prosperidad por la crisis, en la que unos se hundieron pero otros, emprendedores, salieron milagrosamente a flote no se sabe cómo ni de dónde.

Nada gusta más en Sevilla que un nuevo rico. La ciudad está estrenando nuevos ricos desde que fue Puerto y Puerta de las Indias, desde que vio ascender al poder y la fortuna a los que hicieron los primeros grandes negocios con las Américas. Luego vino otra buena hornada de nuevos ricos con la Desamortización, los que ya tenían dinero pero lo aumentaron comprando bienes de la Iglesia. En la Primera Guerra Mundial, la neutralidad de España también permitió grandes negocios que trajeron su correspondiente tacada de nuevos ricos. Siempre ocurrió igual en todos estos casos de la Historia. Los grandes apellidos, las grandes familias nobiliarias, estaban tiesas, mientras ganaban prestigio social y poder los nuevos ricos. A los que todos querían conocer, por la influencia de su dinero en la ciudad. Con los que todos querían emparentar, como el ejemplo de las machadianas coplas de Don Guido.

Las sucesivas crisis nos han traído nuevos ricos que por lo reciente de su ascenso social no los conoce todavía mucho la gente. La gente cree que los nuevos ricos siguen siendo los que ya son viejos pobres, por muchos apellidos y alcurnia que tengan. A mí me sorprende agradablemente que muchos de los nuevos ricos no sean señores mayores, sino jóvenes emprendedores. Los nuevos ricos me caen bien. Me sorprende la rapidez de su ascenso social, cuando nos enteramos de todos los negocios que tienen, del poder económico que han reunido. Quizá el paradigma sea mi admirado Rosauro Varo, con sus increíbles operaciones financieras de Pepephone o de Cabify, o su reciente nombramiento como vicepresidente de Movistar Plus. O podíamos citar a Iván Bohórquez, el hijo del genial y recordado rejoneador y ganadero jerezano Fermín Bohórquez, que ha sabido aumentar casi exponencialmente la fortuna familiar. O el misterioso Mario López Magdaleno, del que raro es el día que no nos enteramos que ha comprado otro negocio más, otro palacio más, y que la plantilla de sus negocios es de 1.300 profesionales. Contemplando la Historia comprobamos que no hay nada más viejo que el triunfo en Sevilla de un nuevo rico.

 

Correo Correo Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico

         

 

 

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio