ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  17 de julio  de 2023
                               
 

Vuelven los peajes

En política, los países anglosajones no perdonan el engaño. Lo que aquí es un instrumento hacer política. El último por parte del mentiroso Sánchez, el peaje de las autopistas. Han dicho que van a poner peaje en todas las autopistas del Estado por exigencia de Bruselas a cambio de los fondos que nos dieron cuando el Covid. Cuando Bruselas ha aclarado que a ellos que los registren, que es decisión de la propia España. Y No Passssa Nada. Sé que con lo que voy a decir me voy a echar a la gente encima, pero a mí me encantaría que volviera al menos un solo peaje: el de la AP-4, Sevilla-Cádiz. Que quitaron el 31 de diciembre de 2019 y fue presentado como una victoria. A mí fue un trozo de nostalgia que me quitaron. La concesión de la autopista había cumplido 50 años, estaba más que amortizada. Cuando, desechado el sueño desarrollista del Canal Sevilla-Bonanza, se puso toda la ilusión en la autopista de Cádiz como medio de unión rápida y segura entre las dos ciudades hijas de Hércules. Una vía rápida entre el puerto de Cádiz y la actividad económica de Sevilla, entonces en plena pujanza industrial y agraria, sin que se hubieran desmantelado las fábricas ni venido la reconversión industrial.

La autopista se inauguró el 1 de marzo de 1973. Era una maravilla. En 55 minutos te ponías desde el Puente Carranza en el Campo del Betis, con escaso tráfico, pues la circulación pesada, para ahorrarse el peaje, iba por la Nacional IV. La autopista era, así, como una cómoda calle entre Sevilla y Cádiz. Como una prolongación de La Palmera o de la Avenida gaditana, por la que ibas tranquilo y seguro, con una circulación fluida que te garantizaba el tiempo que ibas a tardar. La autopista costó 6.000 millones de pesetas de la época, presupuesto que se cumplió sin desfases ni dilatación de plazos. Sus 93 segurísimos kilómetros se terminaron en cuatro años, tiempo récord dada la envergadura de la infraestructura, perfectamente mantenida por la concesionaria, Bética de Autopistas primero, Aumar luego. La autopista empezó a ser familiar para quienes viajaban entre las dos ciudades, con sus dos simpáticas zonas de descanso, cada una a un lado de la vía, en El Cerro del Fantasma. Pero pronto comenzó una campaña pidiendo la liberación del peaje, que empezó por la supresión del de Jerez y se consiguió en su totalidad en 2019, derribándose las cabinas de cobro de Las Cabezas. Y ahí empezaron los problemas. La autopista gratis absorbió casi todo el tráfico de la N-IV y aunque no había detención para pago en Las Cabezas, allí se forman siempre largos atascos, que no sabes cuándo vas a llegar a tu destino. Si vuelve el peaje de la autopista de Cádiz, se acabarán los continuos atascos y el aumento de siniestralidad. Me parece maravilloso que vuelva el peaje. La autopista volvería así a ser la cómoda y segura calle entre Sevilla y Cádiz en la que en 55 minutos te plantabas desde el Campo del Betis en el Puente Carranza. Y que verá usted como se confíe el 23-J y venga a votar después de echar el día de playa, seguro que le coge tal embotellamiento que llega con los colegios electorales cerrados.

 

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