ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 3 de septiembre  de 2023
                               
 

Pasapalabra

Les confieso de verdad, no como en los cambios de bando que se están dando en el lamentable Caso Rubiales, que en mi vida he visto "Gran Hermano", "Supervivientes", "La Voz" o semejantes detritus televisivos. Como tampoco había visto "Pasapalabra". Hasta que en estas vacaciones, en las horas tórridas del atardecer, me he aficionado al programa. Que hace una labor impagable por el léxico de la lengua española. A nadie se le ha ocurrido, y no quiero dar ideas, que "Pasapalabra" se emita simultáneamente en las lenguas cooficiales del Reino, según en qué región se emita. (Inciso de precisión: piden que en el Congreso y el Senado se pueda hablar en estas lenguas cooficiales, vascuence, catalán, gallego. Sin considerar que son cooficiales sólo en las autonomías en que se hablan como maternas u obligadas en la enseñanza y en las relaciones con la Administración, como señala el artículo 3 de la Constitución: "El castellano es la lengua oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla". Y aclara en el siguiente párrafo ese mismo artículo: "Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos." En sus respectivas autonomías, ojo, no en toda España. Así que ya lo saben: todo diputado y senador, como cualquier español, tiene el deber de conocer y usar el castellano. Y si lo entendemos todos, ¿a qué gastarnos el dinero en pinganillos y traducciones simultáneas en las Cámaras?).

"Pasapalabra" es un admirable tesoro de la lengua que nos queda en la tele. En "el rosco" con las letras del abecedario, palabras olvidadas, en desuso o en trance de pérdida, voces antiguas del campo, adjetivos que ya no se estilan, tiempos verbales infrecuentes, son preguntados a los concursantes, según su letra inicial, casi siempre por su definición en el DRAE. Si preguntan en la A por "instrumento de agricultura que, movido por fuerza animal o mecánica, sirve para labrar la tierra" es "arado". Y si en la C hay que acertar el "oficial de graduación inmediatamente superior al teniente e inferior al comandante" es "capitán" la voz que acerque al concursante al premio deseado, pues quien acierta todas las letras del abecedario se lleva un bote que ya va por más de 800.000 euros. Hay, no obstante, preguntas dificilísimas, insolubles, como "con la D, río japonés que baja del monte Nantai" o "con la L, apellido del autor que ganó el premio Goncourt de novela en 1963".

Por muy conocedores de la lengua que sean los concursantes, siempre hay al menos cuatro letras en las que hay que responder a este tipo de dificilísimas preguntas. Lo cual recuerda en ese momento uno de los invitados famosetes al programa, que le dice: "Estás a 4 de obtener un bote de... ¡ochocientos mil eurazos!". Como en "Pasapalabra" algo así le dirán de aquí al día 27 a Feijóo, y él mismo lo está diciendo ya: "Estás a cuatro escaños de ganar el bote de la presidencia del Gobierno". Porque, claro, no quiere responder, en la J, qué partido separatista catalán tiene en su mano, con la amnistía y la autodeterminación, la igualdad entre españoles, la unidad de nuestra nación y la Constitución de 1978.

 

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