El toreo suele llamar "plazas de temporada" a las que celebran festejos durante todo el año, fuera de las ferias en las que únicamente funcionan las de segunda y tercera categoría cuya apertura va unida a la fiesta de la localidad. Y siento decirlo como sevillano, pero Sevilla hace ya muchos años que dejó de tener plaza de temporada. Concretamente, la plaza no ha abierto a ningún festejo en el mes de agosto. Su actividad acabó con las novilladas sin caballos de julio y ha permanecido también sin festejos todo septiembre, lo que llevamos de mes y hasta el día 29, con las tres corridas de la mini Feria de San Miguel.
Es un cambio de costumbres en el que los viejos taurinos repararon hace tiempo. El 600 fue el gran enemigo de los toros en Sevilla. Desde que las familias se motorizaron y los domingos podían irse a las playas, se terminaron las corridas de toros como atractivo del día de descanso semanal. Además, con este calor que ha hecho este año en las sucesivas olas en que los 40 grados eran pocos, ¿quién aguanta una corrida en la solanera del tendido 12? Sevilla dejó hace ya muchos años de ser "plaza de temporada". Se dan las corridas de Feria, las del abono de las novilladas de junio, los festejos sin caballos de la oportunidad para los chavales nuevos en julio, que suelen coincidir con la Velada de Samta Ana y "cerrado por vacaciones en la playa hasta septiembre".
Lo que sí hemos descubierto ha sido la plaza multiusos, como auditorio de conciertos de los cantantes de moda. La gente no va a una nocturna, pero sí al triunfal concierto que Joaquín Sabina brindó a Curro Romero. Mira que hay auditorios en Sevilla entre Ifema y La Cartuja. Pues tiene la plaza una aureola de prestigio que los conciertos nocturnos veraniegos en ella tienen otra vitola, superior, como de mayor calidad, por el prestigio que da el propio escenario histórico. Aunque vengan los Rollings Stones al Cartuja Center o al cercano Teatro de la Maestranza, no es lo mismo que si actúan en la plaza del Arenal. Y por otra parte no es nada nuevo este "multiusos" nocturno veraniego de la plaza de los toros. Antes de la motorización y de la generalización de las vacaciones, en la plaza del Baratillo solía haber muchas noches de verano representaciones flamencas, solas o precedidas por una novillada sin picadores o una charlotada. Fueron los años dorados de la llamada "Ópera Flamenca", que tuvo su escenario natural en las plazas de toros, como recordaba Juanito Valderrama en sus memorias. La plaza se llenaba para oír a las figuras flamencas del momento, como ahora no hay billetes para Joaquín Sabina.
Pero como hay mal que cien meses dure, no habrá mejor colofón para la temporada taurina de este año que la Feria de San Miguel, con la retirada de El Juli de los ruedos el 1º de octubre. Dicen que ya se ha terminado el papel, y eso que no ha sido puesto aún a la venta. Compensa tener cerrada la plaza tantos días para que al final vivamos en ella un acontecimiento histórico, como será esta despedida. ¡Suerte, Julián López!
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