Es infinito el repertorio sevillano de comparaciones populares, compendio de nuestra gracia y también a veces de nuestra guasa. Muchas de estas comparaciones populares hacen referencia a la duración de las cosas: "Va a durar más que las obras del puente". ¿Qué puente sería el de la comparación? ¿El de Triana, el de Barcas, el de San Telmo? De todo este amplio surtido de comparaciones, el más sonado, quizá porque lleve la Giralda dentro, es el de "va a durar más que las obras de la Catedral". Que duran todavía, en la reinversión de los beneficios de las entradas de la visita turística en la propia conservación y mantenimiento del templo, idea que se le ocurrió al difunto canónigo don Francisco Navarro cuando preparábase la Catedral para los fastos de 1992, que marcó, como se dice ahora "un antes y un después" en el funcionamiento del templo, en su apertura a los sevillanos, en su primitiva función religiosa y no museística.
Ese repertorio de frases sobre la duración de las cosas podríamos ponerlo al día. Y decir, por ejemplo: "Va a durar más que las obras de San Francisco Javier". O "va a durar más que las obras de la avenida de La Raza", a la que pusieron un plural como mote para no ser recistas: "Las Razas". Lo cual nos lleva ahora a la duda profundiza de si está dedicada a la raza canina, a la raza ovina, a la raza porcina o a la raza felina.
Y, por el contrario, en Los Remedios se acaba de inventar la otra cara de la moneda de estas clásicas comparaciones pululares sobre el "tiempo que muere en nuestros brazos", como concluye con verso definitivo la "Epístola moral a Fabio". La frase que se acaba de inventar en Los Remedios, después de lo que duraron las obras del aparcamiento subterráneo de Virgen de Luján (que arruinó a tantos), es: "Anda, que duras menos que las obras de República Argentina". Ha sido una maravilla: en un fin de semana, hechas y terminadas. Visto y no visto. De sábado a lunes. A las 7 de mañana del sábado estaba todavía el suelo agrietado de soportar durante tantos años tanto tráfico y el lunes las 7 horas estaba todo como nuevo, se lava y se estrena, y con unos materiales que asegurar además que van a durar más que un martillo en manteca o que las plazas escolares vacantes en la ciudad donde cada vez nacen menos niños.
Las obras de la noche al día como aquel que dice de República Argentina demuestran que cuando se quiere algo con celeridad se puede conseguir. Son, desde luego, un mal precedente para el propio Ayuntamiento y para las administraciones nacional y autonómica y sus obras eternas. Ahora la gente preguntará: ¿por qué está durando tanto la ampliación del Puente del Centenario, con tantas molestias y desvíos, y lo de la Plaza de Cuba y República Argentina lo han hecho antes de que nos demos cuenta, en un fin de semana? ¿Por qué no hicieron de la misma forma el túnel de SE-40? Ay, qué preguntas más tontas y qué repuesta más cantada: "¿Usted no sabe la cantidad de votos del PP hay en República Argentina? Quizá la calle donde más se le vote de toda Sevilla".
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