La dual Sevilla da
famosos por colleras. Antes eran parejas de hermanos: los hermanos Bécquer, los hermanos
Machado, los hermanos Alvarez Quintero. Ahora ya no son hermanos. Porque las colleras
famosas son ahora Los del Río, amigos y residentes en Dos Hermanas. Son Vittorio y
Luchino, compañeros y residentes en la Casa de Velázquez. Los únicos hermanos famosos
ahora son Los Morancos, pero ésos no son de Sevilla. Son de Triana. O los hermanos
Guerra. Pero ésos son del juez Márquez. Los arquitectos Antonio Cruz y Antonio Ortiz
cumplen, pues, la ley de las colleras famosas de Sevilla, de los sucesores de San Isidoro
y San Leandro, de Joselito y Belmonte, de Hércules y Julio César. Y cumplen también las
normas no escritas del habla sevillana, donde las cosas se escriben de una forma y se
pronuncian de otra. Se escribe Cruz y Ortiz pero se pronuncia Los Monchis. ¿Por qué les
dicen Los Monchis? Niño, marchando una de carné de identidad y de generales de la ley...
Cruz se llama Antonio Ramón
Cruz Villalón, Sevilla, 1948, titulado 1971, ETSA Madrid. Ortiz se llama Antonio Ortiz
García, Sevilla, 1947, titulado 1971, ETSA Madrid. Como Cruz era Antonio Ramón, le
decían Monchi. Y como Ortiz empezó a trabajar con su compañero de curso de la ETSA de
Madrid en cuanto ambos se titularon, pues pasó por la otra parte dual y sevillana de
Monchi Cruz. De donde Los Monchis, que no me negarán que sonaba como a conjunto musical
en aquella Sevilla de "Smash", de "Goma" y de cuanto sacaron entre
Gonzalo García Pelayo y el injustamente olvidado M-11.
Lo que más me gusta de Los
Monchis es cómo se trabajan el arte de las distancias en Sevilla. Su discreción. Esto
sí que es humildad, y no la de Mañara. Creo que regalan un fin de semana en el hotel
nuevo de Sancti Petri a quien presente una foto de Los Monchis pintando la mona en
Sevilla. Ellos pintan donde tienen que pintar, sobre el tablero de proyectos. Hablando de
pintar: para pintar este retrato de Los Monchis he buscado material, y donde más cerca
está impreso un libro sobre su obra es en Estados Unidos, en la Princeton University
Press, vamos, una editorial de fascículos que hay allí. Para mí que a efectos de la
Sevilla del 92 son más que Aníbal González y Juan Talavera fueron para la Sevilla del
29. Pero tienen el buen gusto de no alardear de nada. Son de la sevillanísima cofradía
del silencio y del trabajo. Aunque han hecho lo que han hecho. En esta Sevilla donde es
famoso cualquier decorador chuchiperri, casi nadie conoce a Los Monchis si los ve por la
calle. Puede que alguien conozca a Cruz, ah, sí, el hijo de Cruz Auñón el notario...
¿Pero a Ortiz? A Los Monchis, pues, los conocen donde los tienen que conocer: donde
encargan los estadios olímpicos de Madrid, donde dan los premios de arquitectura. Otros,
cuando les otorgan un premio, dan una rueda de prensa y se retratan. Los Monchis cogen y
guardan el telegrama en un cajón y añaden unas líneas en el curriculum que mandan luego
para que les encarguen museos en Cádiz, pabellones de España en Hannover, estadios en
Sevilla, estaciones de autobuses en Huelva, conjuntos residenciales en Amsterdam,
universidades en Canarias, estaciones en Basilea, plazas de la Cultura en Melilla, puentes
sobre el río Maas en Maastricht, y sobre el río Kwai porque ya lo hicieron en la
película, que, si no, también se lo encargan a Los Monchis. Y la Torre Eiffel porque ya
está hecha, que, si no, no hay quien se la quite a Los Monchis.
En cuanto a Sevilla, han hecho
unas obritas de nada: la estación de Santa Justa, el Estadio Olímpico, la Biblioteca
Pública... Vamos, reformas de cuartos de baño y adaptaciones de pisos bajos para locales
comerciales... Y como no son nada importantes, ni los conocen fuera de Sevilla, ni hacen
libros sobre ellos en Princeton, ni les dan premios que no hay cojones de aprenderse el
nombre, como Europaische Architektur... Y, claro, como están mano sobre mano, por eso no
se les ve por ninguna parte ni se retratan, que para figurar ya están esos arquitectos
tan importantes que firman la decoración de la casa de una que quiere ser artista y que
es muy amiga de José Manuel Soto.
-----------Puntas del Diamante-------
UNA BICICLETA HOLANDESA.-
Tomen el modelo del sevillano típico y clásico, den la vuelta al guante, y les sale la
imagen de Los Monchis, intimista como un cuadro de Carmen Laffón y no chillona como una
acuarela torera de Escacena. Nadie podrá decir: "Hombre, Los Monchis... Pero si yo
tomo café con ellos todos los días, ¿cómo les van a hacer el Estadio?" El menos
atípico de los dos puede que sea Cruz, que dicen las señoras que es el más guapito. Y
dicen los caballeros que tiene caseta en la feria, me resisto a creerlo, y que es
aficionado a los toros, lo avalo. Pues bueno, Monchi Cruz es un raro sevillano de
bicicleta. Pero no una bicicleta cualquiera de Gaytán, sino una bicicleta holandesa,
magnífica, su tesoro. Otros se gastan el dinero en enganchar en la feria para alardear.
Cruz, en comprarse la mejor bicicleta holandesa. Que nadie sabe que es holandesa. Se creen
que es de Gaytán.
LA PEINETA.- Pegaba que
fuera en Sevilla donde pusieran mote popular a un edificio de Los Monchis, pero ha sido en
Madrid. Se escribe "Estadio de Atletismo de la Comunidad de Madrid", pero se
pronuncia "La Peineta". La peineta de La Martirio era la famosa en Madrid...
hasta que construyeron La Peineta de Los Monchis. En Madrid no hay más peineta que ésa.
DE ATOCHA A SANTA JUSTA.-
Dicen que el AVE une a Madrid con Sevilla. Puede ser. Lo que no sabe la gente es que el
AVE une directamente la obra de un maestro con la obra de sus discípulos. El AVE es la
distancia más corta y más rápida entre la estación de Atocha según proyecto de Rafael
Moneo y la estación de Santa Justa, según proyecto de Cruz y Ortiz.
EL MUSEO DEL "NÁ".-
Los Monchis hicieron en Cádiz la rehabilitación para museo del Baluarte de Candelaria,
en el borde de murallas de la Alameda, frente al Faro de las Puercas. El proyecto y los
carteles de obras dijeron que aquello era el Museo del Mar. Hicieron una exposició de las
almadrabas del Duque de Medina Sidonia y después no hubo nada más. Aquello permanece
desde entonces vacío. ¿Saben cómo le pusieron los gaditanos al Museo del Mar de Los
Monchis, al museo que nunca existió? Pues el Museo del Ná...
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ABEL
INFANZON "LA ESE 30"