ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Dos regímenes mejor que uno

A estas horas los especialistas internacionales en ciencia política deberían venir a España en tropel, para estudiar qué es lo que pasa aquí, por qué pasan las cosas que pasan y por qué, encima, a la gente le parece lo más normal del minado que pasen las cosas que pasan. Tenían que venir los especialistas internacional para estudiar muy a fondo qué es necesario para perder unas elecciones en España y, por el contrario, qué hay que hacer para ganarlas.

--- Pues muy sencillo, no se meta usted en esos berenjenales. Para ganar las elecciones en España, ¿sabe usted lo que hay que hacer? Pues nada. Y además, mentir lo más posible. A los españoles nos va la marcha, que no hagan nada y que nos engañen. Pero, eso sí, con una condición: que sean de los nuestros. Todo lo de los nuestros está legitimado, mientras todo los de los otros, aunque regalen una casa en Marina Dor a cada votante, y quince días de vacaciones en la Rivera Maya, y un Megane, no ganarán nunca en la vida, se presenten por Almería o se presenten por el Distrito Macarena, por la sencilla razón de que no sólo son de los nuestros, sino que son fachas, reaccionarios, cavernícolas y unos rancios, sobre todo rancios. Ah, y unos casposos. Las dos palabras de moda para insultar a los adversarios son rancios y casposos.

Algo tiene que pasar aquí para que no funcionen las leyes internacionales de la democracia. Ojo, no digo que esto no lo sea. Simplemente, afirmo que es una democracia rarita, que nos la deberían mirar los especialistas, porque muy normalista que digamos no es. ¿Cómo un partido que ha estado negociando con los asesinos de la ETA en el llamado Proceso de Paz y encima negando que negociaba? ¿Cómo un partido que ha llevado la economía al desastre y encima sin tomar una sola medida para evitarlo? ¿Cómo un partido que se ha inventado problemas inexistentes, como la memoria histérica, la educación para la ciudadanía o el matrimonio homosexual? ¿Cómo un partido que ha favorecido a los separatistas, que tienen ya anunciados dos referéndums para declarar la independencia sin que haya sido aplicado principio alguno constitucional para garantizar la unidad de la patria? ¿Cómo un partido que ha roto la separación de poderes y ha tenido a buena parte de los jueces y al Fiscal General a sus órdenes directas para que el asesino Juana Chaos se diera paseítos por la muralla real? ¿Cómo un partido que ha renegado de Alemania, de Francia y de Estados Unidos y nos ha hecho íntimos amiguitos de Cuba, de Venezuela y de todos los zarrapastrosos del mundo? ¿Cómo un partido que ha hecho todo esto, y más, y siga usted poniendo disparatones, no sólo no ha perdido las elecciones, sino que ha elevado sus cuotas de poder y ha barrido a los minoritarios que lo apoyaban pata perpetuarse en el poder?

Y además, pero no lo último, ¿cómo la provincia donde más apoyo ha sacado este partido ha sido Sevilla y cómo la región que más votos le ha dado ha sido Andalucía, estando Sevilla como está y estando Andalucía como sabemos, o precisamente por eso, por cómo aquí se ha perpetuado y afianzado el Régimen del Caudillo Chaves?

Sí, ya sabemos, el que no se consuela es porque no quiere: ellos serán los que tendrán que pechar con la crisis gorda económica que se avecina, con los problemas de la emigración, con todos esos simpapeles despedidos de los trabajos por bajo cuerda que tenían, con la constricción parada, con las hipotecas por las nubes, con las suspensiones de pagos, con el turismo paralizado, con los precios subiendo todos los 8.000 de los Himalayas de la inflación. Mejor, dicen los optimistas, que peche el PSOE con las consecuencias de lo que han liado ellos mismos, y que no sea el PP el que tenga que venir a sacarle las castañas del fuego, como la otra vez, cuando dejaron la Seguridad Social sin un duro y con trampas para coger elefantes.

Pero da igual. Lo que hay es lo que hay. Si esta vez no han perdido las elecciones y si esta vez no han terminado con el régimen de Chaves, no sé cuándo será. Sí, ya sé, esto es lo más democrático del mundo. No me negará usted, empero, que tenemos la democracia más rarita del mundo. Tan rarita, que parece más sudamericana que europea. De menos hizo Dios a Chávez con zeta al final. Ya teníamos el régimen de Chaves. Ahora vamos camino del régimen de PP. Como los plátanos de Canarias: dos regímenes, mejor que uno.

 

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