¿Tienen la calculadora a mano? Bueno, aunque soy de Letras yo sí la tengo, y echo las cuentas por usted. El Gobierno se gasta en linces 6 millones de euros al año. Yo creo que es algo. La Consejería de Medio Ambiente calcula que en la actualidad hay algo más de 200 linces en libertad, unos 160 en Sierra Morena y algo más de 40 en Doñana. Pongamos 200 linces en números redondos. Echen las cuentas: 6 millones entre 200 ejemplares sale a 30.000 euros por lince. Y esos 30.000 euros divididos entre los 12 meses del año nos dan que se gastan 2.500 euros al mes en cada lince. Una paga mensual de 2.500 euros no la tienen muchos becarios, ojalá la tuvieran. Una paga mensual de 2.500 euros no la tienen muchísimos funcionarios que han tenido que terminar una carrera y preparar unas oposiciones, hacerlas y ganarlas. Una paga mensual de 2.500 euros no la tienen muchos pensionistas.

Así que, ¿de qué protestan porque la Conferencia Episcopal haya sacado su campaña de publicidad con la foto del niño y con la foto del lince más protegido que el niño, con la frase: «¿Y yo? Protege mi vida.»? Sí, ya sé, protestan porque el lince no es lince ibérico. Es un lince facha, no un lince progre. Ese lince no es funcionario de la Junta, lince en plantilla, como todos los linces progres. Que como saben son linces que llevan, aparte del chip y del collar del GPS, el carné del PSOE en la boca, el famoso voto cautivo de los linces, que votan a estos sociatas que sí que son unos linces. ¡Qué trama de intereses han tendido en Andalucía y que red de intereses creados tienen tejida, que hasta los peces gordos de la derecha económica están apresados en ella! Bueno, y si el lince que sale en la campaña de los obispos no es ibérico de bellota, ¿qué pasa? El niño gateando que han sacado tampoco es muy ibérico que digamos, a mí me parece una mijita chinesco, ¿y qué? ¿Es que van a bajar los 6 millones de euros gastados al año en linces porque el de la campaña contra de la barra libre del aborto no sea ibérico?

Con esas cifras de lo que se gastan en linces al año, la Conferencia Episcopal se ha quedado corta. Los becarios mileuristas podían poner otra valla, con una foto de un chaval recién licenciado y otra foto de un lince, y un lema que dijera: «El lince gana 2.500 euros al mes. ¿Y yo? Protege mi vida». Pero es que la misma valla y las mismas palabras, cambiando la foto del becario por otra de un pensionista, nos podrían servir para los jubilados: «El lince gana 2.500 euros al mes. ¿Y yo? Protege mi vida». Y poniendo la foto de un funcionario de carrera junto al lince, lo mismo: «El lince gana 2.500 euros al mes. ¿Y yo? Protege mi vida». Y lo mismo poniendo al lado del lince la foto, ¿qué digo yo?, de un profesor de primaria, de un empleado de banca, de un guardia civil, de un policía nacional, de un militar, de un conductor de autobuses, de un bombero: «El lince gana 2.500 euros al mes. ¿Y yo? Protege mi vida».

Y cuando esa publicidad esté en marcha, no le pregunten a Fernando Hiraldo, director de la Estación Biológica de Doñana, que dirá, como sobre la campaña contra el aborto, que no se puede comparar la exigua población del lince ibérico con la humana, «que probablemente sufre un problema de superpoblación». Lo mismo que ha dicho que es bueno el aborto porque sobran niños, señalará que es bueno que se mueran de hambre los jubilados, y los becarios, y los funcionarios, y los guardias civiles, porque sufren un problema de superpoblación y linces, en cambio, sólo hay 200.

Ahora, que las cuentas que no han aparecido y que me gustaría que echara alguien es cuántos humanos listísimos viven a costa de esos 200 linces. Los vividores del lince sí que son unos linces y sí que están más protegidos aun que ellos.