ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Si Mercasevilla fuera Mercamadrid

Lo denunciaron mil veces...

—Oiga usted: ¿de qué copla de Rafael de León es eso de «lo denunciaron mil veces»? ¿De aquella que dice «lo denunciaron mil veces/pero nunca quise/poner atención»?

Pues no es de ningún cuplé, aunque se esté viendo la copla. Digo que denunciaron mil veces que hay dos varas de medir en política y muy especialmente en los asuntos de meter la mano en el cajón. Si quienes han metido la mano en el cajón y se han llevado la manteca son unos tíos del PP, los jueces los imputan como las balas, la Policía va inmediatamente a por ellos, los trinca, y en cuerda de presos, con grilletes en las muñecas, atraillados como perros en rehala, salen en el telediario de las 3. Esto es el modelo PP de la mangoleta. El modelo PSOE de la mangoleta es que, bueno, verá usted, eso es una acusación que han hecho, pero no está nada claro aún, son suposiciones, no hay pruebas, todo es una manipulación de los fachas, que buscan pelusillas en los rincones de las casas ajenas para desviar la atención sobre los montones de basura que tienen en la propia. Por mucho que hayan metido la mano en el presunto cajón, y por mucha presunta manteca que hayan mangado, aquí no sale nadie del PSOE detenido ni esposado, y mucho menos en el telediario de las 3, que es la tapia del fusilamiento al amanecer en estos juicios sumarísimos ante la opinión pública.

—O «publicada», como repiten ahora como loritos los del Ayuntamiento de Sevilla, que se llaman a sí mismos «el Gobierno», vamos, como si la Plaza Nueva fuera La Moncloa.

Han denunciado mil veces la existencia de estas dos varas de medir, y en Sevilla lo estamos viendo en un triste caso práctico, sin que por cierto nadie levante la voz. Hablo del Caso Mercasevilla. ¡Qué Fundación Mercasevilla ni Fundación Mercasevilla, para quitarle hierro! ¡Caso Mercasevilla! Han tenido que llevar política e informativamente la denuncia del caso a Madrid, al Congreso de los Diputados, para que medio se conozca en España la bacalá, y nunca mejor dicho lo de bacalá hablando del Barranco de Mercasevilla. Pasa con Mercasevilla como ocurrió con el Caso Juan Guerra. En Sevilla todo el mundo sabía que Alfonso Guerra le había puesto un despacho oficial a Mienmano y que allí, qué te voy a contar yo que tú no sepas. Lo sabía todo el mundo en la Sevilla del No Passsa Nada. Hasta que no saltó el escándalo a Madrid no empezó a existir el Caso Juan Guerra. Con Mercasevilla, tres cuartos de lo propio. El Caso Mercasevilla y las implicaciones políticas de altísimos barandas de la Junta han empezado a existir sólo cuando el asunto ha salido del indolente, tragón y cobardón ámbito sevillano, donde todo el mundo pone la mano, que rima.

Pero ni por esas. Va a parecer que aquí los únicos culpables del Caso Mercasevilla son los valientes hosteleros que no quisieron entrar por el aro y pagar la morterá, como tantos empresarios del régimen, y si quieren doy nombres. Aunque hay grabaciones, aunque los han cogido con las manos en la manteca colorá, ¿usted ha visto salir esposado a nadie en el telediario de las 3? ¿A que va a parecer que Mellet, Rivas, Ponce y Asociaciones es una consultoría de por ahí de por Nueva Torneo?

Y todo porque se trata de Mercasevilla, del Ayuntamiento y de la Junta, que usted sabe de qué signo político son. ¿Se imaginan que los empresarios de La Raza fueran los de Casa Lucio, y que el impuesto revolucionario de la mangoleta lo hubieran exigido en Mercamadrid, en complicidad con el Ayuntamiento de Ruiz Gallardón y en connivencia con la Comunidad Autónoma de Esperanza Aguirre? ¡La de veces que habríamos visto ya a Mellet, Rivas, Ponce y Asociados salir esposados en el telediario de las 3! Y el más asociado de todos habría sido Gallardón, por descontado. Mientras que Chaves, mire usted: tan ricamente en Madrid, de Vicenada.

 

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