ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Ramos y Navas, dos catetos en la gloria

Como en Nueva York le preguntó Fernanda a Bernarda, mirando por la ventana del piso más alto de un rascacielos, aquello de «¿Utrera pá dónde cae? ¿Pallá o pacá?», en el platillo volante en forma de estadio de Johannesburgo, Navas seguro que le preguntó a Ramos cuando saltó al terreno de juego de la final: «Sergio, ¿Los Palacios pá dónde cae? ¿Pallá o pacá?». Y eso que decían que a Jesús Navas no le gustaba meterse en carretera, y que donde esté Los Palacios que se quite la selección española, el Mundial, el bigote de Vicente del Bosque y la novia de Iker Casillas, muá, muá. Anda que si no llega a darle agobio salir de Los Palacios...

Los catalanes de la selección estuvieron a punto de estropear el triunfo patrio sacando el Estatut del Tururut en forma de bandera de las cuatro barras, cuando lo que se festejaba allí era el triunfo de España, no de una Comunidad Autónoma que no quiere serlo y que cuando incumple la sentencia del Constitucional sobre la nación no es insumisión, no, insumisión es sólo cuando Murcia rechaza la Ley de la Barra Libre del Aborto. Andrés Iniesta, en todo caso, debía haber sacado la bandera de Albacete, joé, porque éste no es catalán, éste es de Fuentealbilla.

Quien le sacó las castañas del fuego a la selección fue Jesús Navas el de Los Palacios. Cuando salió, animó el cotarro y puso aquello para ganar. Como antes, partido tras partido, avance por la banda tras avance por la banda, el que cavó los tomates de muchos triunfos fue Sergio Ramos. Y no por ello Jesús Navas ni Sergio Ramos sacaron la bandera andaluza en la final vuelta triunfal al ruedo con la Copa de Orobriz. Sí, la copa del Mundial parece que la patrocina Orobriz. ¿Es de oro, o de oro del que cagó el moro? Si la cogiera Lopera, la vendía en el «Compro Oro» más cercano.

Digo todo esto porque yo le pongo ahora dos nombres de Sevilla al triunfo de España: Sergio Ramos y Jesús Navas. Y a esos dos nombres de dos catetos en la gloria de España les pongo el de sus pueblos: Camas y Los Palacios. Si Camas tenía un Camino donde florecía el Romero, ahora allí siempre es Domingo de Ramos. El 11 de julio fue, en verdad, el Domingo de Ramos. De Sergio Ramos. En Camas hay ya un monumento a los toreros y deben ir pensando en un bronce para Ramos. A mí ahora me gustaría tener la pluma camera de Muñoz San Román para cantar las glorias de Sergio. Como me gustaría tomar la de Romero Murube, que era de Los Palacios, para glosar ese «Pueblo Lejano» donde nació y creció su paisano Jesús Navas. Ya sé por qué corre Navas tan bien por la banda. Se cree que todas las bandas del mundo, incluidas las de Johannesburgo, son la Recta de Los Palacios y huelen a mistela. Y que la portería es el Palenque, donde se entran las mejores sandias, digo, jabulanis, del mundo. Me imagino que pronto habrá en Los Palacios una esquina con azulejos que lleven el nombre de Navas, como Jesús ha paseado su nación palaciega por el mundo. Y lo más bonito, que a estos dos catetos en la gloria los puso en órbita otro cateto: uno de Utrera que se llama Joaquín Caparrós. La gloria de España pasa por Los Palacios y por Camas. ¡Vivan los cate-tos!

 

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