El callejero del centro que quieren cerrar con el chirrín chirrán de las cámaras chivatas estaba lleno de nombres gremiales: Colcheros, Manteros, Boteros, Chapineos, Chicarreros. En esas calles se agolpaban los maestros de cada uno de esos gremios. Aunque ahora los nombres no figuran en el nomenclator, tal costumbre gremial se mantiene. La calle Cuna y la Plaza del Pan podrían ser Calle de la Novia y Plaza Nupcial, no he visto más tiendas de trajes de novia que por allí. Y no sólo en el centro. En los polígonos también. En la Carretera Amarilla está la avenida de Montes Sierra, ¿no? Bueno, pues no es Montes Sierra: es la Avenida del Automóvil. Piense en la marca de coches que quiera, alemana, japonesa, coreana, de donde sea, que en Montes Sierra hay un concesionario.

Y en Los Remedios, en la calle Virgen de Luján, igual, pero en bancos y cajas de ahorros. No creo que en la City de Londres ni en Wall Street de Nueva York haya mayor concentración de bancos y cajas de ahorros que en la calle Virgen de Luján. Piense una caja de ahorros rara, de una ciudad o provincia extrañísima. Bueno, pues seguro que la sucursal de esa caja está en Virgen de Luján. Donde están todos los bancos, los grandes y los chicos, el Santander, el BBVA, Banesto, el Popular, el Andalucía, el Sabadell, el BNP, Bankinter, Citibank. Menos los bancos Ikea de la Puerta Jerez, todos tienen sucursal en Virgen de Luján.

Y las cajas, igual. No: más. En una puerta está la CajaSol de Pulido. En la siguiente, la Unicaja de Braulio. En la de más allá, Cajasur con la chapela de la BBK. En la otra, la Caja Rural de García Palacios. Y luego, siempre puerta con puerta, todo el mapa de España de la fragmentación de las cajas: Caja Duero, Caja España, por supuesto que La Caixa, Caja Granada, por descontado que Caja Madrid, Caixa Galicia, Caja de Badajoz, Cajastur, la CAM. Todas. Menos las cajas del Carrofour, todas están en Virgen de Luján.

O estaban, que es a lo que voy. Por si hubiera poca crisis de alquileres y no fuera difícil arrendar un local comercial, con los kilómetros cuadrados de bajos vacíos y de edificios enteros de oficinas sin utilizar que hay en Sevilla, viene el FROB, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, y sin pensar en los propietarios de Virgen de Luján se pone a fusionar cajas, en frío o en caliente. Será muy bueno para la economía, pero, hijo, es la ruina de los arrendadores de locales. El que ha ideado las fusiones no ha pensado en los pobres propietarios que invirtieron sus ahorritos en un local comercial y se lo tienen alquilado a una caja. Pregunto: ¿cuántos locales se van a quedar vacíos como sigan fusionándose las cajas y cerrando las sucursales que tengan repes? Pues yo se lo voy a decir: media calle Virgen de Luján tendrá que poner el letrero de «Se alquila». Bajo el que, claro, vendrá un guasón como el de Utrera que contaba el inolvidable Salvador de Quinta, que pusieron en un local el letrero de «Se alquila» y vino un tío y escribió debajo con un cisco picón: «¿A que no?». El arrendamiento de locales se está poniendo tan chungo que en las papelerías creo yo que van a vender los carteles de «Se alquila» con el «¿A que no?» ya puesto de fábrica.