ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


El Rocío laico de los cooperantes

Pues ya verás tú cuando los cooperantes de Barcelona Acción Solidaria descubran el camino del Rocío. No hay nada más parecido a una caravana por África que el camino del Rocío. Lo digo por experiencia. Yo encontré el camino del Rocío en África. En los viajes de la Philip Morris para periodistas que organizaba, Tito Hombravella me convidó a conocer una República Sudafricana que acababa de superar el «apartheid» y donde con Alfonso Ussía descubrí en territorio zulú que el Príncipe Butelesi iba vestido como en España sólo se atrevía a hacerlo Porrinas de Badajoz. Conocimos el África profunda, como la reserva de Sabi Sabi, donde hallamos leones tan poco fieros que dedujimos que eran felinos funcionarios con plaza en propiedad, pues en vez de rugir a los turistas se dedicaban a hacer el crucigrama y a leer el «Marca». Una noche nos llevó Tito Hombravella por la sabana africana, bajo el árbol de la fiebre y las estrellas de una Cruz del Sur que comprobamos no era un invento de Rafael Alberti, sino una constelación de verdad.

En aquella nocturna excursión íbamos en unos vehículos todo terreno por aquella marisma, digo, sabana, en caravana. Acompañados por servidores de color. A la voz de mando de un negro principal que ejercía como alcalde de carretas, nos detuvimos en el silencio de la noche, bajo el estrellerío. Pongan ustedes mismos un horizonte sonoro de fieras ululando en la lejanía. Pararon los vehículos, hicieron con ellos un círculo, encendieron en su centro una candelada. Y de no sé qué carriolas, los criados negros empezaron a sacar mesas y sillas, copeo y tapeo abundante, y algunos se pusieron a cantar sus coplas regionales. Alfonso Ussía, emocionado ante tanta africanidad y tanta negritud, me preguntó:

—¿Qué le parece a usted esto, compadre?

—Pues como el camino del Rocío. Esto es «una pará en el camino», a la luz de la candela.

Pensaba que la caravana de turismo solidario de Barcelona era como la Operación Clavel que organizó Boby Deglané para traer colchones y ajuares a los damnificados sevillanos por la riada del Tamarguillo en 1961. Pero no. La caravana de quienes los propios nacionalistas catalanes califican de niñatos me ha recordado el camino africano del Rocío que conocí en Sabi Sabi. La caravana de cooperantes Visa Oro es como la Hermandad del Rocío de Barcelona, pero sin carreta del Simpecado. Unos señores que con el pretexto de la solidaridad se lo pasan pipa haciendo el camino. Como no conocen El Quema ni la Raya Real, se van a África. Para ser buen rociero hay que hacer el camino, y para presumir de progre, ir de caravana a África. No valen los envíos de puerta a puerta por avión, deben llevarlos ellos. Si no, ¿cómo se van a divertir haciendo el camino? En la caravana rociera de los turistas solidarios catalanes sólo faltaban Los del Río con su «Ay, Macarena, uuuuuh», que suena bastante africanito por cierto.

Señores cooperantes catalanes: pues aunque no puedan divertirse ni presumir haciendo el camino, mejor que vuestras próximas solidaridades para los negritos las manden por Seur. Y diviértanse mejor haciendo el camino del Rocío en plan Julián Muñoz. Nos saldrá más barato. La Hermandad Matriz es de Al-Monte, no de Al-Qaeda, y no coge rehenes catalanes cuyo rescate tiene que pagar luego la España de la que se quieren ustedes separar.

 

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