ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Las setas no son lentejas

Con esto de las Pascuas no hemos resaltado convenientemente que estrenamos año electoral. Las municipales están a la vuelta de la esquina, en mayo. Tendremos una Feria no sé si con fumeteo en las casetas o sin fumeteo, pero desde luego con campaña electoral hasta en los claveles de las gitanas. Campaña electoral terrible, porque en ellas nos va el ser y la esencia de Sevilla. Tal como suena, y no es que quiera ponerme solemne. Tenemos la oportunidad de decidir si queremos que Sevilla se siga pareciendo a Sevilla o si queremos que unos insensatos derrochones se la sigan cargando y la pongan como Albacete con Giralda o Düsseldorf con cofradías.
A mí lo que me aterra de las urnas es el sistema electoral. El que gana las elecciones puede ser el perdedor y viceversa. Ya pasó. Las ultimas municipales las ganó Zoido, que fue quien más votos sacó. Pero le quitaron la alcaldía por el procedimiento del tirón los del Pacto de Perdedores: el de yo —soy— médico y el gachó de la cachimba...y de la mariscada. Si queremos que esto cambie, que dejen de hacer barbaridades, Zoido no sólo tiene que ganar, sino que sacar mayoría absoluta, para que no se junten otra vez los perdedores y sigan con la costosísima colección de barbaridades en que han convertido a Sevilla. Que un señor de derechas elegido por los más de los sevillanos no pueda ser alcalde si no saca mayoría absoluta no es un defecto de la ley electoral. Es una putada.
Yo le recomendaría a Zoido que borrara la conjunción condicional «si» de su diccionario. El «Si» está muy bien para el poema «If» de Kipling: «Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila,/cuando todo a tu lado es cabeza perdida...» Pero para la campaña a mi me da pavor cuando Zoido mete el condicional: «Si soy alcalde...» ¿Qué «si soy» ni «si soy»? !«Cuando sea alcalde», Zoido, que no es lo mismo! Oído, cocina electoral: marchando una de convencimiento. Quite de su discurso el «si soy alcalde» y meta la directa de «cuando sea alcalde». Que lo tiene que ser. Por la cuenta que nos trae.
Con una dosis de realismo importante, Zoido ha expresado cuál es su postura sobre las Setas, que no son Metropol Parasol, sino Metropol Paranada (copyright: Sebastián Torres). Ha dicho: «A mí no me gustan las setas, pero me las tengo que comer. No se pueden dinamitar, como quieren algunos, 120 millones de euros». Óoooole. Que conste que soy de los que, encabezados por Rafael Manzano, quisieran que borráramos las setas con un poquito de goma. De Goma 2. Pero Zoido me ha convencido. Vuelvo a mi calculadora de pesetas, con la que se ve mejor la copla del despilfarro. ¿Usted sabe cuántos son 120 millones de euros? Pues... ¡20.000 millones de pesetas! ¿Usted se imagina la riqueza que se habría podido crear, y los puestos de trabajo, con 20.000 millones de pesetas en inversiones productivas y no en disparates para cargarse a Sevilla? Pero esto es lo que hay. Las setas no son lentejas, que el que quiere las come y el que no, las deja. Nos las vamos a tener que comer con papas, por culpa de esta partida. Así que, Zoido, vale: aceptamos setas como animal de Compañía, ya que están junto a la calle de tal nombre. Pero, a cambio de comernos las setas con patatas, no «si es usted alcalde», sino «cuando sea alcalde», derogue el Plan Centro, quite el tranvía y pare la Torre Pelli. Y logre sobre todo que Sevilla se vuelva a parecer a Sevilla, por la salud de su hijo Fernandito.

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