ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Urdangarín en el Museo de Cera

EL Museo de Cera de Madrid, versión españolísima del famoso de Madame Tussauds en Londres, tiene algo de aquellas barracas de feria donde se reproducía muy desagradablemente la cogida y muerte de Granero. Las galerías del Museo de Cera tienen mucho de colección de ninots indultados en el rompeolas de la fama y la fortuna. Si André De Toth hizo su película sobre «Los crímenes del Museo de Cera», en el nuestro los asesinatos los perpetra la realidad. Como la rueda de la fortuna, los personajes aparecen y desaparecen según suben o bajan en el Ibex 35 de la popularidad, la oportunidad o la dictadura de lo políticamente correcto. Así, un día, en los crímenes del Museo de Cera madrileño se cargaron a Jaime de Marichalar. Divorciado de la Infanta Doña Elena, había caído en desgracia y dejado de pertenecer a la Familia Real. Entonces no hubo ni comunicados ni escándalos, ni desayunos con sapos y sin diamantes del jefe de la Casa de Su Majestad, ni indignados sin Puerta del Sol. Sin que nadie lo defendiera, el pobre de Jaime de Marichalar sufrió la más terrible de las humillaciones. En efigie, pero la sufrió. Como cuando la Santa Inquisición quemaba a los herejes en efigie cuando no les podía echar mano. En todos los periódicos salió la foto de un empleado del museo que literalmente arrancaba la figura de cera de Jaime de Marichalar de entre las que formaban el grupo de la Familia Real y se lo llevaba... ¡en una carretilla! La foto de Marichalar en la carretilla, aunque de cera, era la mejor demostración de que ya no era de la Familia. ¿Qué hicieron entonces con su elegante figura, vestido con su impoluto traje azul marino de raya diplomática? ¿Almacenarlo, en espera de tiempos mejores? No, reciclarlo. Como Marichalar es bastante aficionado a los toros, me lo colocaron al pobre en un burladero de callejón viendo las figuras de cera de todos los toreros presentes en el museo, con Enrique Ponce a la cabeza. Hasta que desapareció misteriosamente del Museo. Quien quisiera ver a Jaime de Marichalar en un burladero de callejón tenía que ir a la plaza de Las Ventas, donde suele ocuparlos de gañote, no a la Plaza de Colón.
No sé qué habrán hecho en el Museo de Cera con don Ignacio Urdangarín... Perdonen que le diga don Ignacio a Urdangarín, pero no tengo confianza con él como para llamarle Iñaki, que me suena a apelativo vascorrete de compadres de frontón y chiquitos. No sé, decía, qué habrán hecho con el Duque de Palma en el Museo de Cera de Madrid. Pero su salida de la Familia Real ha sido mucho más de chafarrinón de barraca de feria, de muerte de Granero, que la de Marichalar. A Marichalar lo sacó del Museo de Cera un empleado en una carretilla, pero a Urdangarín lo ha quitado de la circulación personalmente el Rey. Y sin carretilla. Y no en efigie de cera y en el Museo, sino en persona y en la realidad triste de la cultura del pelotazo. Su Majestad ha estado como siempre de bien y de oportuno. Adelantando el 6 de enero, el Rey ya le ha echado carbón a Urdangarín.

Estoy dándole vueltas a la frase del Jefe de la Casa de S.M. y veo que lo de «ejemplar» es, en el fondo, como la carretilla del Marichalar de cera. ¿Qué ha dicho, que no es ejemplar o que es un ejemplar, que no es lo mismo? ¡Vaya ejemplar! Y observo que el Duque de Palma ha dejado de existir como tal. Todos dicen Urdangarín, nadie mienta ya al Duque de Palma. Me he acordado de Galerín, el cronista satírico sevillano, que a Cayetano Ordóñez, Niño de la Palma, le decía el Niño de la Palma...toria. Aun a la espera de lo que diga la Justicia, Urdangarín ha palmado. De momento ya es el Duque de Palma...toria.

 

Articulos de días anteriores

Ir a página principal (Inicio) de www.antonioburgos.com

 

Para buscar dentro de El RedCuadro

 
    

 

Correo Correo

Clic para ir a la portada

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio