A Zoido le deben de encantar las palabras que empiezan por T. No salimos del Talento que prometió apoyar en su campaña electoral cuando entramos en el Talismán de la Copa Davis, cuya enmienda a la totalidad recordarán ustedes que me tuve que comer con papas. Ahora Zoido ha unido ambos conceptos, Talismán y Talento, en un programa de becas para jóvenes artistas, y para apadrinarlo se ha traído a Antonio López. Vamos, a un pintor de gotelé...
Sí, al pintor vivo más importante de España, al más cotizado y buscado. Al que tarda más que las obras de la Catedral en pintar un cuadro, y que tiene a la Familia Real en lista de espera desde hace un chaparrón de años. Zoido está sabiendo usar el mejor capital que tiene Sevilla, que es el propio nombre de Sevilla, el propio mito de Sevilla. Me imagino que López ha venido como decía Beni de Cádiz, "sin trincá". Ha bastado quizá que le diga el alcalde el nombre de Sevilla para que Antonio López haya venido. A elegir exteriores, como se diría de un director de cine. De esta iniciativa quizá saldrá un cuadro histórico: Sevilla vista por Antonio López. Habrán visto una foto del alcalde con el pintor en una de las altas torres de Nuevo Torneo, allá por la calle de los astronautas, o de los astrónomos, o de los astrólogos... Vamos, por donde se hizo con la dicha un lío Monteseirín en su famoso y ridículo discurso de YouTube.
López está en la foto mirando el paisaje desde la altura de esas Giraldas repes que son las torres no gemelas, sino cuatrillizas, de Nueva Torneo. Viendo la foto he tenido un mal pensamiento: ¿mira que si para lo único que sirve la malhadada Torre Pelli es para que López pinte a Sevilla desde allí? Porque si López, desde las torres de Nueva Torneo, ha quedado subyugado por una ciudad que nace del campo como Venus de la mar, no quiero ni pensar lo contento que se pondría desde lo alto del rascacielos más inútil y disparatado, que parece que ha condenado ya la Unesco, pero que no interesa sacar la sentencia ante ese poder fáctico que se llama Cajasol, que no ha elegido nadie en las urnas pero que incomprensiblemente manda tela en Sevilla.
López quiere pintar una Sevilla atravesada por el río, como nacida del campo, la que no ven los turistas: "Una vista desde fuera de la Sevilla moderna, con zonas sin edificar, sus primeras casas y cómo se va espesando hasta alcanzar la ciudad, donde se adivina su centro". La de Nueva Torneo no le sirve. Desde allí vio la Sevilla de las bloques y las barriadas, del puente del Alamillo y, en primer plano, el cementerio y las chabolas del Vacie, pero sin río. Mejor que no le haya gustado. Y mejor que no insista en lo que no ven los turistas, porque la Sevilla de los contornos de la ciudad es horrorosa, más fea que Albacete, con los estercoleros, las escombreras, los vertederos de basura y las bañeras viejas abandonadas en una cuneta donde pasta el burro de un chatarrero. --
¿Por qué está emperrado López con una Sevilla que quizá no existe, y que él ve "con una luz lechosa", no sé si desnatada o descremada, o sea, una ciudad completamente Clesa o Asturiana? Quiere pintar toda la ciudad desde la altura, atravesada por el río... ¡Este hombre lo que quiere es repetir el grabado de Guesdon, el "Sevilla a vista de pájaro"! Señor: si en Madrid pintó genialmente la Gran Vía con la calle de Alcalá, un topicazo, y se dejó de cuentos, ¿por qué no pinta aquí la Plaza de la Virgen de los Reyes y se deja de imitar el grabado de Guesdon, que ya se sabe lo que le pasa al que la copia? Los antitópicos también son un tópico. Tópico con T de Talismán y de Talento. Pero ésos son otros López.