ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Reforma contra la Virgen de los Reyes

Yo me creía que eso de querer pasar el Jueves Santo a Lunes era una mamarrachada del presidente de la CEOE, un catalán sin paladar para comprender lo que ese día significa, por ejemplo, en la Plaza de los Carros, en la Fábrica de Tabacos o en la iglesia de la Anunciación (traduzco: en Montensión, en Las Cigarreras o en El Valle). Pero hay quien ha mejorado en patochadas calendarias con notable ardor a aquel tonto de almanaque que quería que el Jueves Santo fuera lunes para no disminuir la productividad. Con el agravante de que es una señora de aquí abajo, andaluza de Huelva, que debe de tener sensibilidad para saber que con las cosas de comer no se juega, y con las cosas de sentir y de creer, menos todavía.
Me refiero a doña Fátima Báñez, la ministra de Trabajo puesta por Javier Arenas, que es de los mejores Báñez de San Juan del Puerto y de Almonte, y a quien hay que suponer una cierta sensibilidad para que sepa que el día que en los pueblos llaman "de la Virgen de Agosto" y en Sevilla sencillamente "de la Virgen" es una fecha que ni se puede ni se debe cambiar así como así, porque es tocar los cimientos de la tradición y de la fe. La ministra de Trabajo ha presentado el trueque de fiestas de guardar en el calendario como un triunfo en su negociación con patronal y sindicatos para la reforma laboral, como si eso fuera a resolver el paro. No el despido libre, no los liberados sindicales que se llevan el sueldo a su casa sin doblarla, no el modelo de contrato laboral, no: para Fátima Báñez, el problema más importante que había en España era el día de la Virgen de los Reyes. Y hasta que no han dejado a la Virgen sin fiesta en su día, en connivencia con la CEOE y con los sindicatos, no ha parado la buena señora. Ya ves tú: lo que les importará el día de la Virgen de los Reyes a los sindicatos o al presidente de la CEOE, que es catalán. Pero Fátima Báñez tenía que haber pensado, si no en la Virgen de los Reyes, al menos en esas Vírgenes de agosto de los pueblos de su tierra onubense, a las que ha las ha mandado a todas a lunes.
Aunque diga la ministra lo que quiera, en Sevilla el día de la Virgen no puede adelantarse al 13 de agosto, como han aprobado. ¿Usted no ve el Día de la Constitución, el jueves 6 de diciembre, que lo pasan al lunes 3? Al Día de la Constitución que le vayan dando, no tiene el menor arraigo, es de ayer por la mañana. ¿Pero pasar de día, adelantando o retrasando, el día de la Virgen para que no moleste a la productividad ni origine puente? Nequaquam. Y lo más divertido es que en ese acuerdo han puesto unas fiestas inamovibles: el 6 de enero, el 1 de mayo, el 12 de octubre, el 8 de diciembre y el 25 de diciembre. Bueno, pues en Sevilla, sea como sea, hay que añadir a esas fechas inamovibles el Día de la Virgen de los Reyes, para que siga siendo el 15 de agosto. Hay que entonar un "no nos moverán el 15 de agosto" cívico-religioso, como ya se hizo cuando aquel intento de pasar el Corpus a domingo. Entonces se encontró la fórmula de declarar el día del Corpus como fiesta local de Sevilla, dijeran lo que dijeran los obispos y el Gobierno. Algo así habrá que hacer con el 15 de agosto. No se puede hacer la reforma laboral a costa del día de la Virgen de los Reyes. ¿Es que así se va a acabar con el paro, sacando a la Virgen de los Reyes o el 13 de agosto o en día de trabajo?
Envío a Javier Arenas: Javier, métele la bronca a tu protegidísima Fátima Báñez, hombre, que al primer tapón, zurrapa para Sevilla...

 

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