ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Giralda en azul

Acabo de poner "Giralda de azul" en el título y me entra la duda. ¿Es realmente azul el color con el que están haciendo los ensayos para colorear con luces a la Giralda en la noche del 5 de enero? Yo creo que azul, azul, lo que se dice azul, no era el color de la prueba que volvió locos a los aficionados a hacer fotos y vídeos con el teléfono móvil para subirlos directamente a Facebook o YouTube. ¿Cuántos vídeos de la "Rapsodia in Blue" de la Giralda sin Gershwin hay ya en YouTube?
-- Pues casi tantos como del espectáculo de luz y sonido de la Plaza de San Francisco, del "mapping", un exitazo de crítica y público en el centro revitalizado por Zoido estas Pascuas.
-- ¿Y no echó usted nada en falta en ese espectáculo?
-- No sé... Algo de las cofradías, si acaso. -
-- Pues yo eché en falta nada menos que el título de "Mariana" entre los de la Ciudad, que para ello lo consiguió la Hermandad de San Bernardo por inicaitiva de don Antonio Filpo. Y hay que decirle a Benito Castellanos, que es el autor felicitadísimo de la idea, que se pase por la Puerta Jerez y se aprenda los versos legendarios de la Historia de Sevilla, tan mal citados en las proyecciones, y que son exactamente: "Hércules me fundó,/Julio César me cercó/de muros y torres altas/y el Rey Santo me ganó/con Garci Pérez de Vargas". -
Pero íbamos al color de la Giralda iluminada. De azul, azul, lo que en Sevilla entendemos por azul, no la han iluminado. En Sevilla tenemos un concepto muy claro del azul. Hay toda una paleta del azul, que va del azul Murillo al azul Velázquez, del azul Carretería al azul Baratillo, del azul San Esteban al azul Hiniesta. ¿Será por azules? Pero el que le han puesto a la Giralda no es ninguno de esos azules. Es morado. Me la han puesto moraíta de martirio. El color hay que buscarlo en la paleta penitencial y nazarena del morado, más que entre el azul o el celeste concepcionista. Un ingenio de esta Corte, don Julio Domínguez Arjona, ha dado con el color exacto: a la Giralda la han puesto color Pitufo. A la Giralda la han apitufado. Lo cual es una falta de respeto: "Ya no respetan ni a la Giralda, maestro". Cuando la Giralda tiene su propio lenguaje de las fiestas. La Giralda, que es una señora, se expresa en su propio lenguaje ceremonial de siempre. Alzando pendones con la bandera blanca y celeste de la Purísima cada 8 de diciembre. O con luminarias y ministriles, como cuando la boda de la Infanta Doña Elena. O con repique de campanas, que para eso las tiene, y únicas en el mundo. ¿Qué querían los 20 concejales, 20, que la Giralda se sume a la exitosa Bulla Sin de estas Pascuas en las calles del centro? Pues que cuando esté terminando en la plaza de San Francisco el espectáculo de luz y sonido dé la torre un pino mayor de primera clase, alias repique, y verás tú cómo se nos ponen los vellos de punta, si lo oímos, además, en la Punta del Diamante, donde el tío que vende el incienso nos asegura un perenne olor a Semana Santa, que es el Chanel Número 5 que para dormir sus sueños se pone esta Vieja Dama que es Sevilla. -
Y digo yo: ¿qué necesidad hay de hacerle estas perrerías de ponerle la luz de los Pitufos a la Giralda, si no es Júzcar, el pueblo de la serranía de Ronda que pintaron todo de ese color para hacer la propaganda a la película? Y encima, el 5 de enero. Mire usted: el 5 de enero, Sevilla no está para pitufadas. No está más que para ver la Cabalgata y para que todos nos sintamos niños: "¡Melchor, echa caramelos1". Salvo que en la Noche de la Ilusión quieran aniñar a la Giralda, y por eso me la apitufan a la pobre...

 

 

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