Quieren algunos que la calle Tetuán y la calle Velázquez se
conviertan en carrera oficial, porque caben más sillas que
en Sierpes y así el Consejo se embolsica más parné. Ambas
calles ya son carrera oficial: la carrera oficial de las ONG
mendicantes. Todos los propagandistas de las ONG te paran en
Tetuán o en Velázquez, preguntándote si tienes un minuto
para la Cruz Roja, para Unicef, para Greenpeace o para
Hipócritas sin Fronteras, la ONG que no existe, porque si
existiera habría que apuntar en ella a media Sevilla, la
ciudad falsa y crudelísima. A mí me pararon las muchachas de
Greenpeace en la esquina de Velázquez con Pedro Caravaca. La
Jefa de mi Casa Civil había entrado en Bershka y servidor
estaba en el jubileo de la pestaña: te quedas a la puerta de
una tienda en una calle del centro y es como un coche
parado. Y se me acercaron las muchachas de Greenpeace, con
sus acreditaciones y cartapacios. Pensé:
-- Hombre, menos mal que Greenpeace ha mirado al cielo de
Sevilla, ha visto la Torre Pelli asomándose al Puente de
Triana, asomándose a la Plaza de los Toros, asomándose a la
Catedral y asomándose a la poca vergüenza que hay aquí, que
No Passssa Nada, y estas señoritas están pidiendo firmas
contra el regalito que nos va a dejar Pulido...
Já, já, poleá... ¡Qué Torre Pelli ni qué niño muerto! Las
dos muchachas de Greenpeace, tan preocupadísimas por el
medio ambiente, no sabían qué era la Torre Pelli. Les dije:
-- ¿Son ustedes de Greenpeace? Pues a ver si hacen esas
protestas que acostumbran, escalan la Torre Pelli y
despliegan esas pancartas amarillas que ponen ustedes en los
barcos balleneros, para que se entere la Humanidad del
crimen de lesa estética que están cometiendo en el cielo de
Sevilla...
Y la muchacha, con una cara de extrañeza bastante
descriptible, me dijo:
-- ¿Qué es la Torre Pelli?
Se lo expliqué breve y urgentemente. A lo que una compañera
de la propagandista se acercó con una postal en la mano y
señalándomela me dijo:
-- Es que nosotras estamos en esta campaña contra el Hotel
del Algarrobico, que lo tienen que derribar porque está en
un parque natural, y contra el dragado del Guadalquivir. Lo
que usted dice lo tienen que decidir en Madrid, donde
programan las campañas. Si quiere, le doy el correo
electrónico y les escribe.
Es lo que estoy haciendo, y sin correo electrónico: por el
correo de ABC, que es mucho más efectivo. ¿Pero Greenpeace,
qué es? ¿Una organización ecologista o una multinacional de
vaya usted a saber qué intereses? ¿Cómo tienen cara de pedir
firmas y ayudas en pleno centro de Sevilla contra el hotel
del Algarrobico (que a los sevillanos nos importa un carajo),
o contra el dragado del Guadalquivir (para hacernos la
puñeta y que no puedan subir por el río los cruceros
turísticos que dejan dinero y los barcos que dan actividad
al muelle) y están callados como hetairas ante el atentado
ecológico de la Torre Pelli? ¿Dónde están los ecologistas
con carné ante este crimen contra Sevilla que nadie detiene?
¿Dónde los ecologistas valientes que protesten y desplieguen
una pancarta en el lugar del crimen visual? ¿Dónde está
Izquierda Unida-Los Verdes? Se habla del impresionante
Silencio Verde de la Esperanza Macarena. ¡Pues anda que el
silencio verde lamentable de los ecologistas de plantilla
ante la Torre Pelli! Nada, vamos a tener que decir que
Sevilla es una ballena, una foca o un lince, para que los
ecologistas profesionales quieran tumbar la Torre Pelli.
Para la Greenpeace del Algarrobico y del dragado del río, No
Passsa Nada con la Torre Pelli.
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