Este año la
portada de la Feria parecía una portada de Corpus.
Representaba la fachada del Salvador, ese templo como
desamortizate y desacralizado que han convertido en una
especie de salón de actos, al que para compensar su virtual
cierre al culto le han puesto de mote La Colegial, que
parece nombre de tienda de ropa para escolares.
-- ¿Dónde le compras el uniforme a tus niños?
-- En La Colegial.
Total, como Jardilín, Rorro y las tiendas maravillosas de
ropa infantil quedan cerca, cuela La Colegial. Cosa que
gracias a Dios nunca le dijimos en Sevilla al Salvador.
Sería maravilloso que un día la portada de la Feria
representara, ¿sabe usted qué? Pues una portada de Feria,
joé, y no el recortable de un edificio en plan Castillos
Exín. Antes las portadas de Feria eran portadas de Feria, no
esta especie de fallas arquitectónicas que se han inventado
como "tradición". Ya sabe usted: en Sevilla una "tradición"
es algo que alguien, por vanidad y para figurar, se inventó
ayer por la mañana.
Y en compensación porque la portada de la Feria pareciera
una portada del Corpus, este año en la Plaza, en vez del
altar de plata de siempre, magnifico, clásico, sobrio con su
fondo del enorme repostero de damasco, han montado una
caseta de Feria para la imagen gótica de la Virgen de la
Hiniesta. Dicen que es un dosel o baldaquino, pero es una
caseta de Feria. Es como una pañoleta de caseta de Feria,
sólo que rectangular en vez de triangular. Vayan, vayan,
porque aquello tiene un ver, de cateto, de hortera y de
Gregorio Serrano. Por cierto: en Sevilla siempre hay una
"plaza gregoriana" de salir en todas las fotos. Antes la
plaza gregoriana de salir en todas las fotos la ocupaba el
pobre de Gregorio Conejo, ahora enfermo y apartado de todo
en su pueblo. La gregoriana plaza vacante de Conejo la ocupa
ahora otro Gregorio: Gregorio Serrano (ibérico de bellota de
buena gente, por otra parte). Si su niño le da mucha lata,
señora, y quiere entretenerlo para que la deje tranquila,
déle unos cuantos Abecés atrasados y dígale, señalándole su
foto:
-- A ver, niño, mira estos periódicos y dime cuántas veces
viene retratado este señor, Gregorio Serrano.
La horterada de la Plaza dice Serrano que es un dosel o
baldaquino. Hombre, baldaquino, baldaquino, lo que se dice
baldaquino, yo entiendo por baldaquino el de Bernini en la
Basílica de San Pedro y cosas así. O el altar maravilloso de
la Statio Orbis que montó Rafael Manzano en Los Remedios
cuando gracias a Sevilla un Papa bajó a la Calle del
Infierno. Pero la perrería pintarraqueda que le han puesto a
la pobrecita Virgen de la Hiniesta en la Plaza es
simplemente una catetada. No le falta un perejil: el escudo
de la ciudad (muy malamente pintado); los dos maceros; el
NO8DO; dos que no se sabe si son llaves de la ciudad o
raquetas de la Copa Davis cruzadas; el Agnus Dei
eucarístico; y un toro, ¿es el de San Lucas, es el "Fiscal"
de ensueño de Alcurrucén que El Cid se dejó ir en San Isidro
o es el Taurus del horóscopo nocturno de Tele 5, como dice
Julio Domínguez Arjona?
Si querían, como dicen, honrar a la Virgen en el VI
centenario de la fundación de la Hermandad de la Hiniesta
Gloriosa, que hubieran puesto el altar clásico de siempre
con más flores y con más cera. Que hubieran repetido esa
Sevilla soñada del Corpus que Jesús Martín Cartaya ha
bordado en la foto que ha servido de cartel. José Jesús
García Díaz decía que la Cabalgata son los niños y los
caramelos. Podía haber añadido que el Corpus son los seises
y la Custodia. Las demás son catetadas. Y mariconadas de
pésimo gusto como la caseta de Feria que han perpetrado en
la Plaza contra la Virgen de la Hiniesta.
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