Meditaba yo aquí el domingo pasado sobre el absurdo de que
anduviéramos recortando por acá y por allá, del Rey abajo,
todos, y que mientras tanto, como si el Ministerio de
Defensa no se hubiera enterado de nada, mantuviese la
presencia de nuestras gloriosas tropas en esas extrañas y
contradictorias "misiones de paz" donde matan a nuestros
soldados cada lunes y cada martes, de modo que según los
datos del Tribunal de Cuentas en 2011 nos habíamos gastado
en estos territorios donde no se nos ha perdido
absolutamente nada la cantidad de 2,35 millones de euros al
día, que son casi 400 millones de pesetas a cada toque de
diana e izado de la bandera de la Patria.
Principio quieren las cosas, que dijo Don Quijote cuando
salió de la venta, y si no lo dijo, lo debió decir, porque a
mí me vendría aquí ahora divinamente. Del mismo modo que
Johnny cogió su fusil, don Pedro Morenés, ministro de
Defensa, ha cogido ya la tijera militar que yo pedía el otro
día y ha anunciado que nos retiramos del Líbano, que el
repliegue previsto del 20% de los 1.100 soldados, clases,
oficiales y jefes que tenemos allí se va a incrementar este
año hasta el 50%. Traduzco: ya hemos retirado del Líbano 250
hombres y nos traeremos de regreso a la Patria a otros 300
en noviembre. ¿Por qué? Pues Morenés lo ha dicho, tijera en
mano: que España tiene que ahorrar y que recortar gastos, y
que en 2011 nos gastamos en El Líbano 196 millones de euros,
que se dice pronto, con la falta que harían esos 196
millones de euros aquí para no quitarles la paga de Navidad
a los funcionarios, ¡la inquietud que les iba a entrar otra
vez a los pavos de Pascuas, pero lo contentos que se iban a
poner los fabricantes de mantecados de Estepa y a los de
seguimos queriendo turrón, turrón, turrón...! Y ha dicho
Morenés algo más realista: seis años después de iniciarse
esa misión en El Líbano, ya se han cumplido sus objetivos y
allí no pintamos nada.
Y hay más tijeretazos a toque de corneta ordenados por don
Pedro Morenés, que por lo menos confortan ante tanto
derroche y tanta locura vestida con la dignidad del uniforme
caqui. De Afganistán también parece que estamos dispuestos a
venirnos. En Afganistán tampoco estuvo mal la cosa de tirar
el dinero que no tenemos. En 2011 nos gastamos allí 450
millones de euros, que se dice pronto. ¿Cuántas pensiones
podíamos haber dejado sin recortar con los 450 millones de
euros tirados, sí, tirados, en Afganistán, conflicto que,
insisto, ni nos va ni nos viene ni nos reporta beneficio
alguno? ¿O es que estamos en Afganistán porque les vamos a
vender un Ave, asunto que todo lo justifica en política
anterior, la colocación de un Ave a quien sea?
Echo en falta, empero, lo de siempre: la política
informativa de este Gobierno que aún no ha conseguido
comunicar que todos los males presentes devienen de que
están tratando de remediar el desastre al que nos llevó
Zapatero y su mariachi, así como su conjunto de derrochonas
señoritas vicetiples colocadas ahora todas con sueldazos de
ensueño en la ONU e islas adyacentes, tras la preparación
artillera de las morteradas que tuvimos que pagar para
asegurarles el porvenir. Cuanto ha anunciado Morenés, que es
ni más ni menos que el comienzo de la retirada militar de
España en las mal llamadas misiones de paz, ha habido que
buscarlo casi en la letra chica de los periódicos. Y vuelvo
a lo de siempre: anda que si es Zapatero el que repliega las
tropas para evitar dispendios, o Rubalcaba mismo, aquí se
entera hasta Cascorro en su estatua del Rastro... (Por
cierto, Cascorro lleva una lata de gasolina, de la misma
marca que están echando las turbas en las calles españolas,
con lo cara que está la gasolina...)
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