La lengua española está más viva cada
día. Tanto, que crece y se multiplica en nuevos
dialectos. Hay un dialecto del español de enorme
vigencia, cada vez más hablado, de plena actualidad, que
es el Tertulianés, sobre el que di aquí unas cuantas
lecciones: esto es, en sus propias palabras, "dicho lo
cual, puse negro sobre blanco y hasta donde yo sé el
escenario de la puesta en valor del salto cuantitativo
que crece exponencialmente" de esta jerigonza que no
dice nada, camelancia suprema de la que tantos cobran
como jornaleros de los micrófonos sin un Gordillo que
defienda sus derechos de tirarse a la piscina (vacía) de
Moratalla para pontificar sobre cuanto desconocen. Ahora
he descubierto otro dialecto vivísimo del español: el
Telediariés. La jerga del telediario. Telediariés puro
es la obligación que todo enviado especial y
corresponsal tiene de empezar su locución informativa
con el preceptivo "Así es", cuando el presentador da
paso a una grabación que atufa de vieja y dan de matute
como directo.
El Telediariés, por ejemplo, es la lengua oficial de los
incendios del verano. El Telediariés crea palabras y las
destruye. Tanto como el fuego los montes. (Preciso que
la frase "Cuando un monte se quema algo suyo se quema,
señor conde" es de Perich, no de ningún otro genio de
"La Codorniz", "Hermano Lobo" o "Por Favor"). Para los
fuegos de este verano, el Telediariés ha impuesto que el
"incendio forestal" no existe. Son fuegos a secas. O
incendios a secas, por mucho que los mojen los
helicópteros cuyos pilotos se la juegan tirando
vejigazos de agua sobre las llamas. -
Ahora, que en materia de todos los fuegos, el fuego, que
diría Cortázar, lo que más éxito tiene en el léxico del
Telediariés es lo de "efectivos". En todos los
informativos de todas las televisiones han desaparecido
palabras tan clásicas en los viejos fuegos de las
rastrojeras del verano como bombero, guarda forestal,
guardia civil, guardabosques, voluntario de la Cruz
Roja, socorrista de Protección Civil. Todos son
"efectivos". Contra el fuego en nuestros montes no
luchan bomberos civiles o bomberos castrenses de la
Unidad Militar de Emergencias (que para eso ha quedado
el Ejército, ay, de bomberos duplicados, ¿no les da
pena?). En perfecto Telediariés, todo el que participa
en la extinción de un incendio forestal o agrícola es
"un efectivo". Hasta les quitan la condición de personas
que se juegan la vida contra las llamas, cuando dicen
asépticamente: "En su extinción trabajan casi mil
efectivos".
-- Efectivamente, Burgos, efectivamente...
Con una curiosidad, además. El "efectivo" del
Telediariés designa tanto personas, abnegadas y
efectivísimas personas, como cosas, cuales son los
aviones y helicópteros apagafuegos. Suelen decir: "En la
zona trabajan trescientos efectivos terrestres y siete
aéreos". Me inquietan los "efectivos aéreos". Tal como
lo dicen, si "efectivo terrestre" es un bombero, o un
señor del Infoca, o un voluntario, un "efectivo aéreo",
¿qué es? ¿Un señor que ha logrado el milagro de la
ingravidez y que, como un astronauta en su paseo
espacial, flota en el aire con una manguera en la mano y
va echando agua desde las alturas como el ángel del
"Gloria in excelsis Deo" sobre el portal de Belén? No,
padre: "los efectivos aéreos" no son personas, son los
helicópteros y los aviones, pero por lo fino de la
cretinez del Telediariés.
Dialecto al que hay que aplicar urgentemente las
dictatoriales normas de uso no exista de la lengua,
antes que las profesionales del feminismo protesten.
¡Cuidado que tanto hablar de "los efectivos" cuando el
fuego de los montes de Málaga y nadie acordarse de "las
efectivas"! (De las efectivas muestras de imbelicilidad
creciente que da la lengua castellana en los
telediarios.)