Ni españolizar Cataluña, ni catalanizar España, ni
mercadonizar el supermercado del Cortinglés. Aquí urge lo
que no se plantea ningún partido, ni dentro ni fuera de la
raya de picadores de la Constitución: sacar de su ruina a
los tiesos. Cómo será la cosa, que hasta los catalanes, los
que presumían de tener el PIB regional más gordo y
retotolludo, andan tan tiesos como los andaluces, pidiendo
rescate. No creo yo que los catalanes separatistas se
quieran ir de España por cuestiones de identidad nacional ni
esas chuminadas con estrella (Damm). Quieren irse para no
tener que pagar su parte en la triste convidada a la deuda
que nos dejó el padre de las niñas de Zapatero, que el
Gobierno nos está obligando a pagar a escote a todos los
españoles. Esto de pagar la deuda es como lo que he contado
de la irrepetible gracia del torero Pepe Luis Vázquez, que
tiene fama de catalán, vamos, de agarradete. Almorzaba Pepe
Luis con unos amigos y a la hora de pedir la cuenta dijo
solemnemente:
-- Señores: vamos a pagar entre los tres, porque mejor tres
"jeríos" que un muerto.
Los catalanes no quieren pagar su parte de la deuda ni
muertos. No es que se quieran separar de España: se quieren
ir sin pagar, que no es lo mismo. Se quieren largar de
España para no ser ni siquiera "jeríos".
Igual que nos dan las estadísticas del paro, deberíamos
saber algo mucho más desolador y real: el número de tiesos
con su puesto de trabajo aún no perdido que hay en España
por culpa de la crisis. Tiesos como la mojama de Ayamonte,
tiesos como la garrocha de Joaquín Buendía, tiesos como el
bacalao de Barea. Cataluña no se españoliza, pero España se
empobrece. Cada vez menos pagamos más impuestos. A base de
sufrir recortes en el sueldo y aumentos en los precios,
llegará el día que no quede clase media a la que apretarle
más el cinturón de la presión fiscal. Los tiesos vamos todos
camino de la ruina inminente. Por ahí preguntan cuando hay
elecciones:
-- ¿Es usted ahora más feliz que antes de que Mengano ganara
las elecciones?
Aquí habría que hacer una pregunta semejante sobre la
tiesura. Preguntar para establecer el I.T.P., el Indice de
Tiesura del Personal:
-- ¿Está usted ahora más tieso que hace dos años?
Las joyerías deberían acuñar ya urgentemente la Medalla de
la Tiesura, que todos llevamos ya al cuello, como la cruz de
Jesús que me diste tú de la copla, con el logotipo de la
crisis y de la incapacidad de vencerla por una cara y por la
otra, esta leyenda: "Hoy estoy más tieso que ayer, pero
menos que mañana".
Los españoles antes nos dividíamos en conservadores y
progresistas, centralistas y autonomistas, merengues y culés
y esas cosas. Ahora todos, a la fuerza, estamos divididos en
dos grandes grupos: Tiesos y Forretas. Los mayoritarios
tiesos estamos cada vez más tiesos y los minoritarios
forretas, cada vez más forretas. Igual que muchas grandes
fortunas fueron amasadas por los aprovechateguis sin
escrúpulos en las carencias de la guerra, ahora hay unos
tíos que parece que la crisis no va con ellos, porque se
están haciendo más ricos todavía a costa de nosotros los
tiesos. Como Julio César dividió la Galia "in partes tres",
la crisis ha dividido a España en dos: los que no tenemos
dinero y los que lo tienen, pero ofensivamente, que parece
que sólo ellos lo tienen, y que hasta tal punto se
aprovechan de la España del "Se vende" que un día hasta
querrán comprarnos el alma a los tiesos. Y del modo que lo
están comprando todo: a la baja, por media pringá, porque
saben que los tiesos estamos asfixiaditos.
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