En la brevedad de 140 caracteres lo ha contado Juan Manzorro. Manzorro de Cádiz, gran periodista de la radio y la televisión, cronista excelso del Carnaval y de las cofradías, pregonero de la Semana Santa y forofo del Cádiz, como está mandado. De haber corrido otros tiempos, Pemán lo hubiera contado en una Tercera de ABC. Manzorro, tan inteligente que a pesar de su larga experiencia se considera eterno Becario de Vejer, su tierra natal, lo ha clavado en los 140 caracteres de la red, que en el caso gaditano creo yo que es más bien la de de pescar chocos de trasmallo.

Cuenta Manzorroque para hacer una información llegó la otra tarde al Ayuntamiento del Puerto, Puerto de, Puerto de Santa María, con su compañero el cámara de Canal Sur. Temprano. Tanto, que no se encontró allí más que al vigilante de seguridad y a una limpiadora que estaba poniendo aquello como Las Pepis de la chirigota del Selu dejaron el Oratorio de San Felipe Neri para la Cumbre Iberoamericana: como los chorros del oro. A falta de concejales, asesores, jefes de gabinete y jefes del Área y de la Hectárea, el bueno de Juan Manzorro saludó al vigilante y a la limpiadora, y les dijo que iba a hacer la información de un acto programado a la lorquiana hora de las 5 de la tarde con la Delegada del Gobierno en Andalucía. Y la buena mujer que escamondaba aquello, cuando oye lo de la Delegada del Gobierno, va y le dice a Manzorro:

--- ¿Y esa quién es, la Cospedal o la otra?

Óooooooole. ¿Quién es La Otra? ¿La que cantaba La Piquer con letra de Rafael de León, la que a nada tiene derecho porque no tiene un anillo con...un carguete por dentro? No, La Otra es como lo de otra canción, como la de "Yo soy esa": con lo que quieran llamarle se tiene que conformar la clase política. Los que están en la pomada, los tertulianos, los comentaristas, los entrevistadores, se creen que todo el mundo sabe tanto como ellos del Quién es Quién en esta selva de cargos públicos que enmaraña a España. Que la gente sabe perfectamente quién es la Cospedal y quién la delegada del Gobierno en Madrid o donde sea. Y la verdad del cuento y la inmersión en la realidad, la ahogadilla en la verdad de España, traerla suelen las limpiadoras del Puerto. A la gente, ¿qué más le da que sea la Cospedal o sea la otra? Como Mingote pidiendo el voto para Gundisalvo: "¿A usted qué más le da?". La otra puede ser, por ejemplo, Soraya. Pero cualquier Soraya: ora la Soraya de estribor, la del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, ora la Soraya de babor, la del PSOE, Soraya Rodríguez. Cuánta inflación de cargos no habrá en España que hasta tenemos las Sorayas repetidas.

Parte de la ruina nacional es por las preguntas que se hacen las limpiadoras, que ojalá cogiesen fregona y cubo y quitaran tanto cargo y carguete. El episodio del Puerto refleja que más allá de la anécdota, de la Tercera de ABC que podía haber escrito Pemán si le llega a referir la historia su secretario don Antonio Llaves, o del minirrelato que Juan Manzorro ha cuadrado en 140 caracteres, hay un montón de cargos, carguetes, mamelas y mamandurrias a los que la gente ni conoce "ni falta que le importa", que se dice en Cádiz. Un poner: en Cádiz la gente conoce a Teófila Martínez, la alcaldesa. Y ya está. Pero pregunte usted en La Viña o en Puntales a ver quién demonios conoce al delegado de la Junta de Andalucía. O a los distintos delegados provincialesdel PSOE o de IU. Todos se empeñan en sacar el cuello en la foto y en sonreír cuando llega Manzorro con el cámara de Canal Sur. Pero, al final, la limpiadora del Puerto sólo conoce a la Cospedal, y eso porque sale en el telediario de La 1. Los demás son "la otra". La otra... manera que tenemos de tirar el dinero en esta inflación de cargos que ocupan señores absolutamente desconocidos a los que encima hasta les subvencionamos la tostada con manteca colorá del desayuno.