SEVILLA
                    es tierra vieja y sabia, fundada por Hércules y fortificada
                    por Julio César, que fue el primer turista que vino a ver
                    la Expo de la Bética, y tiene en su historia solución para
                    todos los enigmas, pasados, presentes y venideros. Y con la
                    memoria de Sevilla he hablado acerca del asunto que inquieta
                    a la nación, de cómo han de ser hechas las levas y
                    dispuestas las quintas, para lo cual me ha dado cumplida
                    respuesta, demostrada con la sabiduría de la experiencia.
                    Salió a la conversación el servicio militar obligatorio o
                    la profesionalización de los Ejércitos, el sevillano me
                    dijo: 
                    --El Ejército, para que funcione, tiene
                    que ser de profesionales, o por lo menos de voluntarios. Y
                    eso aquí en Sevilla lo sabemos mejor que nadie y tú mismo
                    lo sabes. 
                    
                      --¿Que lo sé yo? 
                     
                    --Tú lo sabes, porque tú has escrito
                    mucho de los armaos y una vez le oí decir al Pelao que tú
                    escribías con la pluma de un casco de la Centuria Macarena.
                    ¿Cómo son los integrantes de la Centuria, mozos de
                    reemplazo acaso? ¿Los obligan acaso a ponerse las
                    enagüetas y la coraza? 
                    --No, todo lo contrario. Voluntarios y
                    bien voluntarios, que poco orgullo tienen de serlo... Y
                    además, ya sabes que se dan los macarenos bofetás como las
                    del Prendimiento por salir de armaos... 
                    
                      --¿Y cómo funciona la Centuria? 
                     
                    --De maravilla, ¿a mi que me vas a
                    decir, que tú mismo acabas de reconocerlo? Suelo decir que
                    la Centuria, el Jueves Santo, hacia las diez y media de la
                    noche, yendo a rendir sus lanzas ante el Gran Poder es la
                    mejor representación de la ciudad. Si a mí me dijeran que
                    de una Semana Santa nada más que puedo ver quince minutos,
                    me quedaba con ese cuartito de hora de los armaos en San
                    Lorenzo... 
                    --Pues ahí donde los tienes, funcionan
                    porque la Centuria es, por así decirlo, un Ejército
                    profesional. Y sin salir de la Roma andaluza, en la Semana
                    Santa se demostró que los ejércitos de reemplazo no
                    sirven. 
                    
                      --¿Se demostró en la Semana Santa? 
                     
                    --¿Tú no te acuerdas de los armaos que
                    sacaba la Amargura antiguamente el Domingo de Ramos? Bueno,
                    armaos... Eran unos tíos vestidos de romanos, que es una
                    cosa muy distinta... 
                    --Sí, me acuerdo que se contaba en
                    Sevilla que Luis Ortiz Muñoz había comprado las ropas del
                    rodaje de una película de romanos de Cifesa... 
                    --Aquello no funcionó, porque era un
                    ejército de reemplazo, que sabrás que los integrantes de
                    la centuria eran policías armadas, a la fuerza, y así
                    iban, sin gracia ninguna. ¡Vamos, que la tuvieron que
                    quitar ... ! 
                    --Ahora que me lo dices, lo mismo pasa
                    con los romanos del Santo Entierro... 
                    --Mozos de reemplazo también, no son
                    profesionales de Roma, voluntarios de Pilatos como los de la
                    Macarena... Por eso van con esa falta de garbo, con esos
                    plumeros negros... 
                    --Algunos hasta tienen la misma cara que
                    los marineros de la «Cazadora», ahora que lo pienso... 
                    --Porque es lo que yo te digo: que en la Centuria
                    Macarena tenemos la mejor razón de la profesionalidad del
                    Ejército. El voluntario macareno se parte el pecho por
                    marcar el paso con los tambores... Los de la Amargura iban
                    por obligación, los más tristes del mundo. Por eso, en vez
                    de tanto debate, los políticos lo que tenían era que
                    venirse aquí a Sevilla y hablar de estas cosas con tinto y
                    pescado frito, que en el tinto y en el pescado frito está
                    la verdad.
                        |