ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  30 de mayo  de 2020
                               
 

Lo que ya no abrirá

En el paseíto de ayer por el desierto y fantasmal Barrio de Santa Cruz sin turistas hablábamos de la cantidad de locales de todo tipo de negocios todavía cerrados, como si estuviéramos aún en la fase más dura del comienzo del confinamiento. Lo que no pensamos entonces es lo que nos planteamos ahora, al hilo de las malas noticias sobre la deliciosa heladería "La Florentina" de la calle Zaragoza, que ha echado el cierre para siempre: de todos esos locales hoy cerrados porque todavía no les interesa abrir por las cortapisas de las fases de la desescalada, ¿cuántos no abrirán ya nunca más por el Covid? ¿Cuántos dueños de establecimientos cerrados actualmente, con el personal apuntado en el ERTE, sin que les haya entrado un solo euro en la caja desde comienzos del mes de marzo, están en esta hora echando las cuentas, si se las trae volver a abrir o si echan abajo para siempre la persiana metálica del cierre?

Lo de "La Florentina" es toda una triste metáfora de lo que puede ocurrir o está ocurriendo en el comercio sevillano. Esta deliciosa heladería llevaba abierta desde 1995. Tenía fama mundial por sus helados de sabores raros y exquisitos, que recomendaban en 140 guías turísticas en todos los idiomas. Su dueño, Joaquín Liria, era todo un artista del helado. No se limitó a los clásicos del fresa, vainilla y chocolate, sino que allí podías tomarte un helado de los sabores más raros o más nuestros que imaginarte pudieras, el de pestiño, el de torrijas, el de torta de aceite de Castilleja, el de piñonate, el de azahar... Frente a tanta heladería de nueva planta, la mayoría de ellas franquicias, como se han abierto en Sevilla en los últimos años, "La Florentina" era algo nuestro y clásico. Tan nuestro, ¿qué digo yo?, como el escaparate de los sombreros jipijapas de Maquedano o el barómetro del fraile con la capucha en las vitrinas de la Papelería Ferrer de la calle Sierpes. En "La Florentina" los helados no eran de serie, de repetición de sabores como los que venden en tantas heladerías nuevas abiertas a porrillo, sobre las que me pregunté un día qué habían abierto más en Sevilla: si heladerías o si clínicas dentales.

Lo que más me sorprende del cierre de "La Florentina" es precisamente esto. Cierra cuando en Sevilla se han abierto decenas y decenas de nuevas heladerías por toda la ciudad y en especialmente los lugares más frecuentados hasta ahora por los turistas. Ver a un grupo de turistas tomándose su helado sentados en los escalones de las Gradas de la Catedral junto al Sagrario de la Catedral era una estampa frecuentísima hasta hace nada. Hasta la aparición del dichoso bicho del virus que todo lo que puesto patas arriba y ha dejado desierta la Sevilla que habíamos convertido en parque temático de sí misma.

Por eso, cuando pasamos ante muchos establecimientos todavía cerrados, a pesar de encontrarnos ya en fase 2 de la desescalada, sobre todo negocios de hostelería que dependían del turismo, como tantas cosas de la economía de Sevilla, nos hacemos la pregunta del millón, de los millones de pérdidas: ¿volverán a abrir cuando lleguemos a la fase 3 y todo empiece a recuperarse y a volver a la normalidad, o ya cerrarán para siempre? Es una cifra terrible la que quizá nos encontremos de aquí a unos meses: la cantidad de empresas y negocios que han desaparecido porque no han podido superar las pérdidas de los dos o tres meses obligatoriamente cerrados y sin que entre un euro en la caja, teniendo que seguir pagando buena parte de los gastos generales. Empresas y negocios contagiados por el Covid hasta la muerte, que han tenido su Palacio del Hielo económico. A lo mejor, igual que "La Florentina" nos encontramos que, sin salir del gremio, ya no abren más muchas heladerías de franquicia, de las que se habían puesto de moda y muchos otros negocios que dependían del turismo. Ya nada será como era. De "nueva normalidad", nada: será otra cosa. Bastante anormal. Quien continúe tendrá mucho de superviviente del "Titanic" en este hundimiento de la economía sevillana, en esta difícil situación donde se está ayudando tan poco a las empresas. "La Florentina" ha cerrado para siempre. Menos mal que como París en "Casablanca", siempre nos quedará Rayas para los helados auténticamente sevillanos, no de franquicia. Ojalá Rayas no siga el camino del creador Joaquín Liria y sus maravillosos helados de torrijas de la calle Zaragoza.

INFORMACION SOBRE EL CIERRE DE "LA FLORENTINA"

 

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