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MES DE ABRIL DEL 2002 El Mundo de Andalucía

Martes 30: El Padre Leonardo

Cambios y renovación en el Excelentísimo Cabildo Metropolitano, vulgo Los Canónigos de la Catedral. Los canónigos vienen a ser los académicos de la Española, que limpian, fijan y dan esplendor a la Palabra de Dios y a la solemnidad de los cultos en su honor. Ha habido entre los señores calonges jubilaciones y pases a la reserva activa, y aquí el Amigo Vallejo le ha dado juego al banquillo archidiocesano, alineando nuevas figuras en el equipo titular. Entre ellos, por seguir con los términos futboleros, un "crack" de la Iglesia muy sevillanamente entendida, de la Caridad muy según los lemas de las hermandades del Baratillo o de Santa Marta. Hace su apostolado lo mismo entre toreros que entre desheredado de Cáritas, en Triana que en las bodas de la Caridad. Es el cura cercano, afable, que conocemos por su simple nombre en esta ciudad de los apellidos. Hablamos del Padre Leonardo, un cura como un Castillo. Don Leonardo ya es canónigo. Quiere ello decir que cuando nos metamos con los canónigos, hacemos excepción de usted, Don Leonardo. Porque lo entendemos como nombrado para esa plaza de sevillanía activa que siempre hay entre los canónigos. Usted es el sucesor del asiento que en el coro ocuparon Muñoz y Pabón, Bandarán, el Padre Estudillo o últimamente, hasta su jubilación, Paco Gil Delgado. Quiere ello decir que la afición espera mucho de usted, Don Leonardo: que sea el valedor, quizá en solitario, de las tradiciones sevillanas de esa Iglesia Mayor convertida en rentable museo turístico. 

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Lunes 29: Una Feria en su sitio

Aunque se va perdiendo colectivamente el sentido de la medida, las cosas en Sevilla siguen teniendo su sitio y su tiempo. Ir contra sus coordenadas es arriesgarse inútilmente al fracaso. De ahí el éxito de la Feria del Libro, que está donde tiene que estar, en plena Plaza Nueva, entre naranjos y autobuses de Tussam, y cuando tiene que estar, en pleno ciclo primaveral de las fiestas de la calle, no en tiempo de mesa de camilla. En esta ciudad de mentalidades resistentes al cambio, aunque encantadas con los estrenos y novelerías dentro de lo que quevedescamente permanece y dura, el éxito fundamental de la Feria del Libro es que se parece muchísimo a la idea de Feria del Libro que tienen los sevillanos. Montada con toda dignidad, ofrece algo más que libros de mayor venta y títulos oportunistas de las estrellitas de le televisión, como son los catálogos completos de las entidades no lucrativas que editan obras de sevillano o andaluz asunto. Recomendados, por ejemplo, entera la caseta de la Fundación El Monte. Y para que "no farte de ná", el ambigú. Feria sin barra de trastienda y sin veladores es Feria perdida, aunque sea la del Libro. Algunos salen de la Feria con las Obras Completas de Don Juan Robles compradas. Que es un libro no sabemos si de tapa dura o tapa blanda, pero desde luego de tapas. 

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Domingo 28: Editor Rodríguez Castillejo

Pian, piandito, desmintiendo con el riesgo del dinerito de su bolsillo el tópico de que aquí no se lee y de que aquí no se edita, publicó docenas de libros de sevillana materia. Rescató clásicos hispalenses, volvió a publicar olvidadas ediciones agotadas de autores casi ignorados, abrió sus prensas a los nuevos, recopiló efímeras hojas sentimentales que amarilleaban en la oscuridad de las hemerotecas, puso entre las novedades obras que todos citaban, pero que nadie leía. Hablamos del editor Rodríguez Castillejo. Contra viento y marea, demostró que puede haber editoriales sevillanas, si existen ganas, amor a la literatura y capacidad emprendedora. Como siempre, recibió en vida el doblón de plata con que Sevilla paga a quienes la aman y sirven: nada. A su muerte, los aprovechados de turno incluso pusieron en peligro la continuidad de su obra, que esforzadamente siguió con temple y ánimo su viuda. Desde ayer, por Alcosa, las esquinas de una calle sevillana le hacen por fin justicia en azulejos. Ponen: "Editor Rodríguez Castillejo". (De esto, claro, no entienden absolutamente nada los que vienen a tomarnos el pelo y a cobrar, creyéndonos tan catetos que nos vamos a escandalizar con su desafiante exhibicionismo de hombres de la gabardina de la literatura.) 

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Sábado 27: Góndolas del asfalto

César González Ruano, haciendo una greguería de Ramón Gómez de la Serna, llamó "góndolas del asfalto" a los coches de caballos de alquiler. Me imagino que más pensando en los peseteros de Sevilla que en los simones de Madrid. Los coches de caballos son las góndolas de esta Venecia turística en que se ha convertido Sevilla para vivir de las rentas de su historia, de su imagen, de sus mitos, de sus monumentos. Pero mientras Venecia cuida sus góndolas, sacadas de brillo, y los gondoleros van vestidos de gondoleros, con el sombrero que por eso se llama en francés "canotier" y con su camiseta marinera de listas, aquí en Sevilla cuidamos tanto las cosas que los cocheros van vestidos de telasmares, después que se pudieran dos días mal contados el uniforme que les dio el Ayuntamiento y que les pagamos todos. De cómo están los coches de mugre y de sombrillas de playa, mejor no hablar, en la paradoja de la ciudad de la exhibición de enganches con carruajes privados perfectamente cuidados y carruajes de servicio público absolutamente degradados. Así las cosas, el Ayuntamiento, en vez de exigir que los cocheros vayan presentablemente de uniforme y de controlar el mínimo ornato de los milores y manolas, les autoriza a que pongan toldillas con publicidad, eso sí, muy reglamentado todo. Mejor sería hacer menos reglamentos nuevos de publicidad y exigir el cumplimiento de todo lo legislado sobre coches y cocheros. 

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Viernes 26: Drogas en las casetas de distrito

En las cámaras ocultas del periodismo de investigación y denuncia de EL MUNDO TV, se pone "Al descubierto" en Antena 3 Televisión el submundo del tráfico y consumo de drogas, cocaína, éxtasis, pastillas y otros males del siglo. Entre esos lugares de tráfico y consumo, riá, pitá, la Feria de Sevilla. Los reporteros, fingiendo despiste, van por la noche de Feria preguntando con palabras iniciáticas dónde pueden comprar pastillas y gramos de cocaína. Los cicerones abyectos del Polígono Norte y de Las Tres Mil los dirigen al portal, como las muñecas de Famosa: tienen que dirigirse a las casetas municipales de distritos, a las de puertas abiertas y que sea lo que Dios quiera. Y allí que sale, para que toda España lo pueda ver, el escudo del Excelentísimo Ayuntamiento de Sevilla y el rótulo de Distrito de Triana en la pañoleta de la caseta. En la puerta, peleas y navajas; dentro, todo el mercadeo de las patillas y de la coca no precisamente cola que pueda imaginarse. Estas casetas de distrito, recordamos, se montan con dinero de todos los sevillanos y con nuestros impuestos se mantienen. Quiere ello decir que lo de Chaves con el PER de los toxicómanos es nada al lado de lo hace el Ayuntamiento. Lo del Ayuntamiento es más generoso aún. El Ayuntamiento paga para traficantes y consumidores de drogas la viña sin vallado de estas casetas, que son las droguerías de distrito para la Feria del Caballo y del Camello. Es que somos de modernos... 

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Jueves 25: Faltan 35 días

Hay muchas Sevillas. Y en ellas, muchos relojes sentimentales, muchos cronómetros, como las esferas repetidas del comercio de la calle Sierpes. Hay tantos relojes de los tiempos del gozo como Sevillas posibles existen. Si para los rocieros hoy faltan 24 días para ver a la Blanca Paloma por la calle Moguer o por el Eucaliptal el Lunes de Pentecostés, para otros sevillanos hoy faltan 35 días. Hoy faltan exactamente 35 días para que Sevilla huela a romero y a roja cera sacramental. Para que suene a repique de la Giralda, a copla de seises y a la banda municipal tocando el "Venid adoradores" detrás del paso de San Fernando. Faltan 35 días para las portadas de Corpus en la Plaza, para las fachadas colgadas de damasco, para los escaparates hermosamente provincianitos decorados con sacramentales racimos de uvas y manojos de espigas. Los que saben medir esos días con el exacto reloj del gozo de las vísperas son, ciertamente, menos numerosos que los rocieros. Son los secretos capillitas del Corpus, que los hay. Pasada la Feria, estamos en la Cuaresma de los capillitas del Corpus. Quienes, en su doble militancia sacramental y fernandina, saben mejor que nadie que también faltan 35 días para celebrar quizá por última vez el día del Santo Rey como fiesta local, como quiere el zafio grupo andalucista municipal con su política de folkloreo vasto y basto. 

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Miércoles 24: Los otros premios taurinos

Resaca de días de premios taurinos después de la Feria. Si aun terminada la Feria quiere usted seguir saliendo en los papeles, ya sabe lo que tiene que hacer: reúna a diez o doce amigos, busquen un nombre sonoro y castizo para la peña y decidan otorgar anualmente el premio de "Los del Tendido 12" o "Los Que Van a Los Toros de Pescuezo". Aunque parezca que no, quedan cosas por premiar. Que tal como están las cosas en la Fiesta, podrían empezar a ser en negativo, para que de verdad fueran premios reñidos y disputados. Si no, todo se lo llevan, como este año, Dávila Miura y Torrestrella. Por eso le animamos a que constituya usted esa peña y que otorguen el premio al Toro Más Manso de la Feria, galardón que estaría reñidísimo. No tanto como el disputadísimo Premio a La Peor Corrida. O el premio "Coge el Dinero y Corre", al Figurón del Toreo más Decepcionante, que también requeriría segunda votación para lograr "quórum". En cuanto al gran premio, al Premio Estafa, sería ya otra cosa: todos los años lo obtendría por unanimidad la Empresa Pagés. Por lo que respecta a la Medalla del Sufrimiento por la Afición Taurina, habría que darla todos los años, colectivamente, a los pagadores y sufridores abonados de la plaza de Sevilla. Porque además de aguantar allí estoicamente todos los petardos del abono, tienen luego que soportar los insultos de los revisteros radiofónicos de Madrid que los llaman chovinistas y no sé cuántas cosas más. 

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Martes 23: Muerte entre cascabeles 

En Sevilla es muy fácil asociar la muerte a noviembre, a la alhucema de la copa, a la procesión de la espada y el pendón, cuando el cielo nublado se pone color losa de Tarifa de las Gradas. Pero el teletipo de los crisantemos sigue repicando a difunto en plena feria. Entonces, sonidos de cascabeles y riapitá de sevillanas, sí que es difícil comprender la muerte en abril, en la ciudad tan llena de vida y de azules cielos. En plena Feria se nos han ido dos grandes sevillanos que fueron mucho en la Semana Santa y que ahora pasaban sus últimos años en la humildad del anonimato de esta ciudad que olvida a sus hijos. El uno era de Triana, de la calle Larga, donde conservaba la pureza de su casita. Era Fernando Morillo Lasso, el que vestía a la Esperanza de Triana. El que dignamente se ganaba la vida con su manta de joyero a dita. El otro era de la hermandad de Los Gitanos. En un momento él fue, casi solo, la hermandad de Los Gitanos: Joselito Lérida y Vargas. Vargas, como buen gitano que era. Si Morillo vistió a la Esperanza de Triana, Joselito Lérida, como el mejor verso popular de los que escribía, mandó ponerle a la Virgen de las Angustias la mantilla blanca con la que todavía está en las estampas que vende el capiller de la iglesia del Valle. Los dos se han ido cuando la muerte es más incomprensible en Sevilla. Lo más triste es que ya se habían ido mucho antes, en esta ciudad que, riá, pitá, todo lo olvida.

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Lunes 22: Faltan 27 días

Y tras la Feria en la que ha sobrado de todo, ahora faltan. Faltan 27 días para el 20 de mayo. Fecha que a nosotros nos tienen que explicar qué es, pero que los rocieros saben de sobra que es el Lunes de Pentecostés del 2002. Un capillita nos decía en la Feria: "Es que en Sevilla, en cuanto que llega el Viernes de Dolores, ea, todo se viene encima de golpe y cuando te das cuenta ya ha pasado hasta el verano..." Quiere decir que hoy empieza la nostalgia para los rocieros. Hoy están los rocieros ya en plena Cuaresma de lo suyo, que haberla, hayla. En el Rocío, al almonteño modo según Sevilla, también hay reparto de papeletas de sitio, mudás, ensayos de las cuadrillas, limpieza de la plata. ¿Cuáles son los capirotes de la Alcaicería de esta Cuaresma rociera? No lo sabemos, pero tiene que haberlos, doctores tiene la devoción a la Blanca Paloma que lo sabrán demostrar. Como los días que faltan para el Domingo de Ramos en los relojes cofradieros, el reloj de arena de las marismas ya marca ese "Faltan 27 días" como una proclamación del gozo de las vísperas. Nos gustaría ser rocieros para tener esos gozos del estreno de cada año: el primer cohete, la primera gaita que se oye, el primer tamboril que suena, la primera carreta camino de un corralón del Cerro, de Triana, de Sevilla-Sur vienen a ser para ellos como el primer nazareno para nosotros. 

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Domingo 21: Lunares como mostachones

Aquella sevillana antigua contaba los lunares del vestido de flamenca y llegaba a la cifra exacta de 64, entre rojos, azules, morados y blancos. Bueno, pues larga se quedó la contabilidad de número de lunares de tu vestido según la moda de este año. Esta Feria se han llevado los trajes de flamenca con lunares tan grandes, que con 64 había más que suficiente para hacer los vestidos de todo el cuadro flamenco del Patio Sevillano del Paseo Colón. Lunares grandes como lunas llenas de abril, en el único traje regional que tiene moda. Esto de la cambiante moda del traje de flamenca enlaza directamente con la estética sevillana del estreno en Domingo de Ramos y con los estrenos de enseres en las cofradías. La novelería aquí forma parte de la tradición y el estreno, de la costumbre. En la guasa de la Feria nos decían que el tamaño de los lunares de la moda de flamenca de este año era un homenaje a Aguilar de Campoo y a las galletas Fontaneda. Corregimos inmediatamente: los lunares inmensos han sido un homenaje a los mostachones de Utrera y a las tortas de Castilleja. 

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Sábado 20: Marismeños Mix

Todos los años, la misma pregunta: ¿cuál es la sevillana de esta Feria? Nosotros, en nuestra habitual excepción al cainismo imperante en las gacetas hispalenses, diríamos que sin lugar a dudas, desde el punto de vista de la belleza sentimental y de la importancia cultural, las sevillanas históricas que ha rescatado Pablo Ferrand. Esas sevillanas del Mochuelo, de Escacena, de La Niña de los Peines. Esas sevillanas para banda de pueblo que suenan a tristeza antigua de la vieja alegría. Pero la realidad va por otro lado. La sevillana de este año es el mix de Los Marismeños: ea, la ea... Decimos mix porque han rizado el rizo del género: arrancan por nanas; luego copietean por la cara la paloma de Iradier, trátala con cariño, que es mi persona; más tarde hacen el "remake" de la tradicional jerigonza del fraile, con lo bien que lo baila, dejadla sola, solita en el baile. Esto es lo que funciona. ¿Por qué? Por lo que domina también en esta Feria: la influencia mediática. No se olvide que Los Marismeños, a los que les duelen las guitarras de tantos años de cante y de ser los trovadores oficiales de la Hermandad Matriz del Rocío, son conocidos ahora en toda España gracias a la basura del corazón que nos invade, protagonizada por uno de sus componentes. Tenían que hacer su ocasional "Macarena" para aprovechar la collada de los cinco minutos de fama tombolera. Y lo han hecho. 

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Viernes 19: La Feria, sin literatura

Ante la nutrida y extensa eclosión literaria de la pasada Semana Santa, sobre la que Javier Aristu dijo con sorna que muchos habían roto en Cernuda, esperábamos por fin que de este cernudiano año no pasara que la Feria inspirase textos bien plumeados. Pero nada. Tampoco la Feria da cosecha literaria en el 2002. Todo lo más se llega a la crónica descriptiva del ambiente, con muchas negritas de nombres propios o con la carta de tapas de las casetas más espléndidas. Qué le vamos a hacer: la Feria no da literatura. Ni cara, ni barata. Sencillamente no da. Ya no tiene ni la literatura satírica anual de antaño, la de los almanaques del Maestro Currito o de Er 77. Esto seguramente ocurre porque nadie aspira a dar el Pregón de la Feria, porque no hay. Pues por no dar, la Feria no da ni pregones. Hay pregón taurino (que da siempre un señor de por ahí que va muy poco a los toros); hay pregón de los enganches (que da siempre un caballista que no engancha); pero la Feria en sí no tiene más pregón que el encendido de la portada. Y si me apuran, ni poesía tiene ni ha tenido apenas. Ni los poetas sevillanos de la Generación del 27, tan sevillanos, hicieron poemas de la Feria. ¿Dónde los poemas de Feria de los tan cofradieros Sierra o Laffón? La antología literaria general sobre la Feria cabe en las varillas de un abanico, con el texto clásico de Bécquer y dos párrafos de Romero Murube. No hay más escritores de Feria que los autores de sevillanas. 

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Jueves 18: Metáfora de María Teresa Campos

Nadie los llama, pero vienen, lo que es más de agradecer todavía. Para que vengan, no reciben patrocinios ni subvenciones, en este mundo mediático que es capaz de matar por coger su trozo de la tarta publicitaria. La mayoría de las veces les dan todo lo más facilidades. Hablo de los profesionales de la información televisiva que cogen los bártulos de sus programas de gran audiencia desde Madrid y se vienen a hacerlos a Sevilla. Podría citar muchos nombres, pero como en este caso soy más amigo de Platón que de la verdad, hablo concretamente de María Teresa Campos. Por Feria y por Semana Santa no se le caen los anillos malagueños para venir a vivir la fiesta con los sevillanos. Desde el martes, con su vestido de flamenca de Lina, María Teresa Campos ejerce de sevillana ante su audiencia de toda España. ¿Qué significa eso? Pues significa que en el programa de máxima audiencia matinal se está haciendo propaganda de Sevilla, y para bien, desde esta tierra que suele salir tanto por culpa de las corrupciones políticas, los sucesos truculentos y los chuflas profesionales del famoseo. ¿Cuánto valdrían esas horas de televisión para toda España pagadas a precio de tarifa publicitaria? Sobre todo, pensando que ya el turismo (desgraciadamente) es nuestra principal fuente de ingresos. Bueno, pues me pongo lo que sea a que a María Teresa Campos el Ayuntamiento, cuando pase Feria y se vuelva a Madrid, seguro que ni le manda a Tele 5 un saluda dándole las gracias. 

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Miércoles 17: La Feria, hecho diferencial

La calle. Decididamente, lo nuestro es la calle. Quien nos ve en Semana Santa o nos ve ahora, en Feria, se queda impresionado de cómo sabemos funcionar como pueblo y como colectividad a efectos de la calle, de la hospitalidad, del movimiento colectivo en esta pacífica y anual rebelión de las masas. La pena es que aquí lo que de verdad nos sale bien es poner una cofradía en la calle o una Feria en abril. Cada cual se sabe su papel y lo representa de Oscar. Pero no le sabemos sacar partido a nuestro hecho diferencial. ¿Se imaginan a este pueblo en pie, exigiendo cosas en vez de tragando todo lo que haya que tragar? Por eso la "Guía del visitante" que ha editado el Consorcio Turismo de Sevilla nos da una pista para que hagamos ver al resto de España que lo nuestro es por lo menos como lo de los vascos, pero en plan simpático. En esa Guía se explican todas nuestras palabras autóctonas de la Feria. Prueben a escribirlas, ¿qué digo yo?, en mozárabe mismo, y verán cómo podíamos pedir hasta los beneficios fiscales de un concierto económico y proclamarnos territorio histórico. Vean, vean: kaseta, kaballistas, katxarritos, kalesitas, flamenka, txocolate con kalentitos, Kalle del Infierno. Los que toman más en serio el hecho diferencial sevillano son precisamente los del Ave, a quienes no se les cae de la boca lo de "faralaes" para demostrar que ellos saben a la perfección esta lengua vernácula que hasta debería proteger la Unesco. 

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Martes 16: Resaca de la Noche del Pescao

En el calendario laboral hay fiestas recuperables y fiestas abonables. Y fiestas incomprensibles, como la de hoy. De cómo Don Monteseirín está gobernando Sevilla lo dice hasta el almanaque: hoy es fiesta local. ¿Por qué? Ah, porque a Don Monteseirín le ha salido del alma. ¿No inventaron el malhadado Lunes de Resaca? Pues él ha inventado el Martes de Remete. Un día de fiesta perdido. Día de fiesta con el que no se pueda hacer puente, ni es día de fiesta ni es nada. Un martes de fiesta que se ve a leguas que tenía que haber sido por lo menos el viernes de feria. Si lo hubieran puesto el viernes de feria, que era lo normal y lógico, el puente hubiera sido de garabatillo: de jueves a domingo. Pero dan de fiesta el día que la Feria está menos animada, inventándose una especie de Resaca de la Noche del Pescao absolutamente innecesaria. Esto es lo que ha decretado Don Monteseirín. Cabezas más sensatas del Ayuntamiento, cuando vieron la coincidencia del Corpus y de San Fernando en el 30 de mayo, pensaron con la referidas cabeza que hubiera sido más lógico declarar festivo local el viernes 21 de junio, día de la preocupante Cumbre de Sevilla sobre la que no estamos tomando las debidas precauciones. Con fiesta el día de la Cumbre, hubiéramos quitado gente de las calles de Sevilla, curiosos para ver el pollo que quieren formar los profesionales de la antiglobalización. Pero eso, claro, sería lo sensato. Y ya saben que la sensatez aquí tiene una ausencia sacada de brillo.

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Lunes 15: Las puertas del Baratillo

Se ha convertido ya en costumbre. Lo que será para muchos una tradición. En la ciudad fundada por Hércules, "tradicional" no es el legado de usos y costumbres que pasa de generación en generación. "Tradicional", en la tornadiza Sevilla, es lo que dura más de cinco minutos. Por eso muchos dirán que es ya tradicional en las tardes de toros de Feria la maravilla de las puertas abiertas de la Hermandad del Baratillo. La hermandad de las dos Vírgenes tiene el acierto no hacer la desarmá de sus dos pasos hasta que se arrastra el sexto toro de Miura. Allí, para contemplación de extraños y gozo de propios, cada tarde están La Caridad y La Piedad en sus pasos, con parte de la candelería encendida, como si fuera aún Miércoles Santo. A los que vienen en el Ave para ver estos nada sevillanos carteles del Ave que nos ha hecho tragar este año el Niño de Canorea, se les ofrece conocer de cerca la Semana Santa por el mismo precio que han tenido que pagar en la reventa. Y para el Guinnes Book, hay flamencas de importación que pueden retratarse en la delantera de un palio. Claro que los de Ave se van sin admirar lo más secreto baratillero: la restaurada imagen del Señor San José, cuya peana dice que fue regalada a la cofradía por un hermano que se llamaba José Delgado, Pepe Hillo. Si las reglas del Silencio las redactó Mateo Alemán, los hermanos del Baratillo se dedicaban a escribir Tauromaquias dieciochescas... 

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Domingo 14: Bendita vanidad de los enganches

Si fuera una cofradía, diríamos que el buen sitio para verla es la calle Adriano, a partir de las 10 y media de la mañana. Nos referimos a la XVII Exhibición de Enganches de la Feria de Sevilla. A esa hora, en Adriano, podrá usted ver con detalle los coches participantes, los enganches a la calesera, a la inglesa o a la húngara, esperando entrar a la plaza de los toros para su desfile. Todos estarán, y nunca mejor dicho, en perfecto estado de revista y policía. Cocheros y lacayos perfectamente vestidos. Mantillas blancas. El recuerdo de las colecciones del Pantera o de Pickmann en las maravillas de los carruajes que conservan Rocío de la Cámara, Gabriel Rojas, Valentín Alvarez Vigil, Rafael Alvarez Colunga. Ni Inglaterra, siendo Inglaterra, conserva un tesoro tan numeroso de coches de caballos ni mantiene tantos caballos o camperos tiros de mulas. Ha sido un auténtico milagro de conservación, promovido por aficionados particulares. Y sin un duro de dinero público. Aquí, que para reponer cuatro tejas en un convento se le pide dinero a la Junta, contrasta este monumento vivo, restaurado y conservado por la iniciativa privada, que es el parque andaluz de coches de caballos. Bendita vanidad de los nuevos ricos y de los señoritos de nuevo cuño, benditos beneficios especulativos del ramo de la construcción, que han permitido conservar este patrimonio andaluz que malvendieron los propietarios agrícolas de toda la vida, cuando se arruinaron tras no doblarla durante generaciones y generaciones de pro indivisos. Feria, casetas, enganches, carruajes

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Sábado 13: ¿Dónde están los guardias?

¿Se acuerdan ustedes de la cantidad de guardias municipales que se veían por la carrera oficial y sus aledaños durante la Semana Santa? ¿Se acuerdan que hasta alineaban a los juveniles en el equipo titular, a los alumnos de la Cuerda Academia de Policía vestidos de paisano y estampillados de agentes con el peto reflectante? Bueno, pues han llegado las vísperas de Feria y no se ve por ningún lado un solo un guardia ordenando este inmenso embotellamiento en que se ha convertido Sevilla por culpa de las obras y de la incompetencia de la autoridad competente. Ir a los toros en taxi es arruinarse. Directamente. De Nervión a la plaza de los toros se tarda 15 euros. Los tapones del Paseo Colón llegan a la calle Torneo por un lado y a Las Delicias por el otro y a la Pasarela por el de más allá. Nada digamos de la Puerta Jerez, o del Foso, o del Caballo. Y en ninguno de estos sitios se ve un guardia para algo tan elemental como ordenar la circulación ante semáforos desbordados, en cuyos cruces los coches que se quedan descolgados en las intersecciones forman los grandes atascos. Atascos que se evitarían si en vez de tanto presumir de alevines de guardias en la carrera oficial los pusieran ahora en esos cruces de la leña. ¿Se imaginan cómo va a ser esto cuando empiece de verdad la Feria? 

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Viernes 12: La Demetrio y Calle Betis

Viajando se aprende. Hasta en los viajes virtuales, como el que ayer proponía Rafael Rodríguez, al dar a conocer el sitio en Internet de la Asociación Demetrio de los Ríos: www.demetriodelosrios.com . Viajando hasta ese sitio nos enteramos de dos cosas, importantitas. Primera, que no todo es perfil cívico plano en esta ciudad que todo se lo traga y a la que todo le parece bien. Que hay asociaciones privadas que, en el espíritu de la vieja Adelpha, aún siguen batallando contra los desafueros urbanísticos, contra las nuevas desamortizaciones que destruyen los conventos (como el de Santa Clara) y contra la pérdida de pulso ciudadano en la conservación de la ciudad histórica, que es precisamente la gallina de los huevos dorados del turismo. Y segunda cosa de la que nos enteramos: que a la orillita del Guadalquivir, en la calle Betis, quieren hacer una caja de zapatos de cemento en forma de restaurante mastodóntico para 2.300 personas, perpetuando la destrucción del borde histórico del río. Dicen en Internet los de la Demetrio: "Nos produce verdadero horror la total destrucción paisajística que supondría la construcción de tamaño pesebre. Da miedo, como miedo da que el autor del proyecto sea el arquitecto Jaime Montaner Roselló, arquitecto insensible, solo conocido por sus actuaciones políticas -- ex consejero de Economía y de Obras Públicas de la Junta de Andalucía -- y menos mal que no por sus proyectos arquitectónicos." 

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Jueves 11: Ahora somos Porto Alegre

Qué trabajito le cuesta a Sevilla ser Sevilla... La cosa viene de largo. No hay que remontarse a la Roma andaluza de Cervantes o García Lorca. El hoy olvidado alcalde Félix Moreno de la Cova fue quien lanzó aquella idea, tomada a chacota en su tiempo hasta por sus amigotes del Aero Club, de que Sevilla era "la metrópoli del Sur de Europa". Luego, con la democracia, aquel sueño utópico se hizo realidad: léase Expo, Encuentro de Dos Mundos y otros tópicos al uso en el 92 de los telemundis de la mangoleta. Antes y después, circuló la idea borbollista de que esto era, o tenía que ser, "la California del Sur de Europa". Ahora, Don Monteseirín ha cogido de nuevo la Guía Michelín de Encontrar Sentido a Sevilla y ha proclamado que ni Nueva Roma ni Nuevo Los Ángeles, que Nueva Roma y Los Ángeles tienen nombre de confitería y hay que buscar otro sitio. Que esto es, por la salud de sus niños, el Porto Alegre de Europa. Tan convencida está la gente de ello, que regalan un vale para dos cervezas y una ración de queso en la caseta municipal al que sepa decir dónde demonios está Porto Alegre. No, Puerto Perico, no; Puerto Perico es lo que está más allá de la Cruz del Campo. Lo que dice Don Monteseirín que somos es Porto Alegre. Él tampoco sabe por dónde cae Porto Alegre. Quien lo sabe de verdad es el que le escribe los discursos, que es un tío muy viajado. 

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Miércoles 10: El teletipo de los crisantemos

En la ciudad ritual, el teletipo de los crisantemos es una fuente inagotable de noticias. El teletipo de los crisantemos son las esquelas mortuorias de los periódicos. Por ellas nos enteramos que se ha muerto un viejo comerciante de la calle Sierpes: don Epifanio Izquierdo Benito, el de Paños Izquierdo Benito, que tenía su lujosa tienda de cortes de tejido al lado de la armería de don Zacarías Zulategui Huarte, Deportes Z. De cómo cambia Sevilla dan idea estos nombres de los viejos comerciantes de Sierpes que ya no están entre nosotros: los dichos, más Fillol el de la horchatería, Casal el de los bolsos, Herrera el de las plumas, Peralto el de la imprenta, Pascual Lázaro el de la librería, Carmona el de la betunería, Bors el de la barbería, Calvillo el del bar con fonda. Y más idea de cambio sociológico todavía da pensar que Izquierdo Benito llenaba sus refinados escaparates de piezas de telas para trajes de caballero. La gente se compraba el corte de traje en Izquierdo Benito y se iba al sastre a que le hiciera a medida el terno, para estrenarlo el Domingo de Ramos. Unos usos absolutamente increíbles, contemplados ahora, cuando todo Corte de traje es Inglés y está en la Plaza del Duque, mientras Sierpes, con la muerte de estos caballeros de la Maestranza del Comercio, se va degradando por días, sucursal de recuerdos de Sevilla del barrio de Santa Cruz, en beneficio de esa calle Tetuán tan de Milán o de Roma... 

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Martes 9: Entusiasmo descriptible

Como partidarios de la Causa nos duele tener que reconocerlo, pero el entusiasmo popular despertado en Sevilla por la visita del Príncipe de Asturias es bastante descriptible. Don Felipe de Borbón no borbonea ni tiene el gancho popular de su augusto padre, qué le vamos a hacer. Ni la posibilidad de aparecer como heredero de la sevillanía de su egregia abuela Doña María de las Mercedes. Esa herencia, con tercio de mejora por parte del Duque de Lugo, le ha correspondido a la Infanta Doña Elena. La culpa, claro, no la tiene Don Felipe. Los actos sevillanos de Su Alteza Serenísima han sido organizados por alguien que despierta un entusiasmo también bastante descriptible, como Don Monteseirín. El cual hasta echó un bando y todo para que se cuelguen los balcones. Si usted, don Monteseirín, echa un bando para que se cuelguen los balcones, tiene que empezar por poner la ciudad de dulce, no limitarse a tres colgaduras y cuatro banderitas tristes en la Avenida. Ni la Corona ni su Muy Leal Ciudad de Sevilla se merecen esto. Cómo será el despiste de la organización de la parte sevillana de la visita del Príncipe, que ésta es la hora en que no sabemos si va a la Feria o si no va, si va a los toros o si no va, si va a la hermandad de la Real Familia (que es Pasión, no otra) o no va... Es un baldón para la ciudad que por causas ajenas a los sevillanos cualquier visita del Príncipe de Asturias a una capital sudamericana tenga mayor repercusión popular. (La prueba del 9 será si va o no a Casa de Anselma). 

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Lunes 8: Exhibición de enganches de TVE

Por si a la circulación del Paseo Colón en obras y de la calle Antonia Díaz en sentido Arenal le faltara algo para la sublimación del tapón continuo, llegan los "tradicionales" camiones de las retransmisiones taurinas de Televisión Española y los aparcan avasalladoramente a las mismas puertas de la plaza. La más bella esquina de la plaza de los toros, otra vez convertida en un aparcamiento de camiones y contenedores y en una maraña de cables. Cuando los turistas preguntan por el monumento a Curro Romero, les dicen: "Es lo que hay detrás de los camiones". ¿Cómo pueden llegar cada año estos señores de TVE y de Vía Digital mandando y arrasando, poniendo sus camiones donde les sale de las programaciones, sin que nadie diga nada? ¿Se atreven a hacer lo mismo en Las Ventas o en Pamplona? ¿Tanto dinero da TVE a Canorea y a los maestrantes, tanto les cobra el Ayuntamiento como vovi institucional en tasa de estacionamiento, como para que todos los sevillanos hayamos de tragar en beneficio de las haciendas particulares de estos señores? Con las obras del Paseo Colón, se ha perdido la oportunidad del siglo de haber mandado este año los camioncitos dichosos por lo menos a la calle Adriano, o a los bajos del Muelle de la Sal. Nada, nada: cobrar la tela de la tele es más importante que la dignidad de un entorno monumental y la fluidez del tráfico. Y allí estará hasta el domingo de Feria, la "tradicional exhibición estática de enganches de TVE". 

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Domingo 7: Poemilla de la acacia podada

Estaba la acacia con su blanca flor/ y llegó la poda, poda que podó./ Estaba la acacia con sus blancas ramas,/ y llegó la poda, y empezó a cortarlas. / Con sus flores blancas estaba la acacia/ y la cortan, cortan, cortan con un hacha./ Con sus blancas flores estaba tan bella/ cuando la cortaban con la motosierra.../ La podan, la talan, vuelven a podar,/ le dejan el tronco de casualidad./ Estaba la acacia con flores de abril / cuando la podaron casi de raíz./ Estaba la acacia toda primavera/ cuando la podaron con una escalera./ Los hombres que vienen la acacia a podar/ son de una contrata llamada Agropark./ Los hombres que podan la acacia en abril/ no son de esta tierra, vienen de Madrid./ En su furgoneta veo que lo pone:/ Madrid, Agropark, calle de Pío XII./ Ay, señor alcalde, don Monteseirín:/ ¿por qué hacen las podas en el mes de abril?/ ¿Es que le molestan las flores de acacia,/ será que a sus socios no les hacen gracia?/ Ay, señor alcalde, don Monteseirín:/ qué pena de acacia, podada en abril... Más sobre acacias en El RedCuadro  Flora de Sevilla

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Sábado 6: El hábito de un monje

El hábito, decididamente, no hace al monje. Y menos al canónigo efectivo de la Catedral de Córdoba y de honor del Cabildo Metropolitano de Sevilla. Mucho menos hace el hábito a quien al frente de Cajasur, donde se la tienen jurada, ha vencido valientemente todos los intentos junteros de laminarlo con la fusión y con el pensamiento único de la caja única decretado por el que prácticamente es el partido único en Andalucía. No hace tampoco el hábito al gran mecenas de las artes y del patrimonio histórico-artístico andaluz. Por eso en la Casa de los Pinelo, cuando todos los numerarios estaban de tiros largos, el uno de frac, el otro de chaqué y aquí el Amigo Vallejo de hábito talar y pompa arzobispal para recibir con toda justicia como académico de honor de Bellas Artes al excelentísimo señor don Miguel Castillejo Gorraiz, vulgo El Cura de Córdoba, el recipiendario no se presentó de sotana y manteo, ni de cléryiman romano a lo Javierre, ni de frac, ni de chaqué, sino con uniforme de gala de Cortefiel: esto es, de traje y corbata, como capillita en quinario. El Cura puede. Cuando se ha probado el valor cívico como el Cura lo ha demostrado en el asunto de las Cajas, y cuando se ha protegido a la cultura como lo ha hecho, don Miguel Castillejo puede permitirse el lujo de ir a que lo reciban de académico hasta vestido de armao de la Macarena si le da la gana... 

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Viernes 5: Venga, más monumentos...

Si ayer hablábamos del Triunfo conmemorativo del terremoto de 1755 en la plaza del mismo nombre, quizá uno de los primeros monumentos que se alzaron en Sevilla, hoy debemos considerar que Sevilla quizá sea una de las ciudades más monumentales de España. Pero entendiendo al monumento no sólo como el edificio con valor histórico o artístico, sino en su acepción de obelisco, hito, estela o estatua que se erige en conmemoración de algo o de alguien. Raro es el mes que no se erige un monumento a un personaje, persona o personilla que anda por la historia de esta Sevilla, o un monumento genérico y temático. Sobre los basamentos de los monumentos, muchos logran sus propios cinco minutos de fama, pintando la mona mientras realizan la campaña para erigirlos. Ahora, en una glorieta del Patrocinio, junto al Cachorro, tendremos el monumento rociero. ¿Más Rocío todavía, hijos míos, con lo mal que sienta en Almonte y en Huelva que Sevilla se apodere del Rocío por el procedimiento del tirón, del tirón popular de sus cinco hermandades? ¿Más monumentos aún, para que luego los niñatos los pintarraqueen y ultrajen? Pues nada: no se hartan de monumentos. Por nosotros, que sigan. Campo desde luego que tienen. Aún faltan el Monumento al Nazareno, el Monumento al Capataz, el Monumento al Costalero, el Monumento a Ybarra y Bonaplata como inventores de la Feria, el Monumento al Pali, el Monumento a Pepe El Escocés, el Monumento al Traje de Flamenca, el Monumento al Sombrero de Ala Ancha, el Monumento al Caballo e incluso el Monumento a María la Morena, la que puso un potaje. ¿Será por monumentos? 

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Jueves 4: Burocracia turística abarrotá

Sevilla es ciudad triunfal y triunfalista. La Plaza del Triunfo no se llama así por el que de mármol conmemora allí, junto a la Casa Lonja, el terremoto del día de Todos los Santos de 1755. La Plaza del Triunfo se llama así porque Sevilla, entre el Alcázar, la Catedral, la Giralda y el Archivo de Indias se siente triunfalmente triunfalista. No deben extrañar, pues, a los hosteleros los triunfalismos municipales al uso en materia de medir turistas y ocupación de camas. "¿Cómo estaba Sevilla en Semana Santa?", preguntan al Ayuntamiento. Y el Ayuntamiento responde en plan Dúo Sacapuntas: "Abarrotá..." Es lo lógico. No van a decir que en el Hotel Alfonso XIII sobraban habitaciones. Si en el Hotel Alfonso XIII sobran habitaciones el Viernes Santo, ¿para qué sirven el Consorcio de Turismo, y la Consejería de Turismo, y el Patronato de Turismo y la Oficina Técnica de Turismo, y el Área de Turismo, y la Hectárea de Turismo? Hay que recurrir el triunfalismo del millón de personas del Rocío, del millón de personas del sábado de Feria, el clásico millón de visitantes. Fundamentalmente, para justificar el suelo. Que digo yo que si les tuvieran que dar habitación doble con baño a todos los que viven del cuento del turismo en Sevilla sin tener ni papa de idea del turismo, entonces sí que la ocupación hotelera iba a estar al 200 por 100. La burocracia del turismo sí que está abarrotá... 

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Miércoles 3: Gotas frías

Era cuestión de cruces. No era la Santa Cruz en Jerusalén de la Primitiva Cofradía de los Nazarenos de Sevilla, sino la Santa Cruz de Tenerife. Ahora se aclara todo, y lo decimos con todo respeto, porque hasta ha habido muertos de por medio. La que tenía que haber caído en Sevilla el Jueves Santo por la tarde y el Viernes Santo de madrugada (no "madrugá", que es la de los madrileños) fue la que descargó en Santa Cruz de Tenerife. Nunca tantas cofradías se quedaron dentro con tan pocas gotas, ni frías ni calientes, sino gotas de cera de las hermandades que decidieron salir, como la Quinta Angustia Valiente de Rodríguez Caso. Si en Tenerife no pudieron predecir que iba a caer la gota fría, y no precisamente de Juan Luis Guerra, se explica que aquí fuera de signo contrario, que se pasaran de cautos en materia de preservación del patrimonio artístico cofradiero. Cada hermano mayor que dejó dentro su cofradía tras consultar al hombre del tiempo jura y perjura que a él no le dijeron en Meteorología que podía llover, sino que tenían la certeza de que iba a caer la del tigre. En Tenerife están reclamando al maestro armero. Aquí, como el más conocido de los hombres del tiempo es canillita, los que reciben ahora las quejas del maestro armero son los hermanos mayores cautos. Tan cautos que a las 6 de la tarde del Jueves ya sabía alguno que a la 1 de la madrugada del Viernes no iban a salir. Si en Canarias hubiera estado el hermano mayor del Gran Poder, no había habido un solo muerto en Santa Cruz de Tenerife. 

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Martes 2: Teoría del exceso

"Conste que cometo seguramente algún pecado de irreverencia si digo lo que otros comentaristas ya han expuesto: esto de la celebración de la Muerte cristiana ha llegado ya a ser un exceso, una demasía. Repasar la mayoría de los periódicos andaluces durante los pasados días era asistir en sus páginas a una competencia extraordinaria de cristos, vírgenes, hermanos mayores, costaleros presumidos, armaos macarenos, legionarios, presos redimidos, gitanos plañideros, toreros gloriosos en su época, alcaldes con vara y medalla de mando; todos festejando la Semana Mayor. Hemos también contemplado la febril competencia de notables periodistas por ver quién era capaz de expresar con mayor lirismo el matiz luminoso del sutil atardecer al paso de la cofradía. Alguno incluso resucita un remedo de estilo cernudiano en este su año. Pero lo mejor de todo ha sido lo de los bomberos de Nueva York... El año que viene hasta es posible que otra cofradía supere el listón y sea capaz de presentarnos a algún grupo de inmigrantes lituanos, son católicos la mayoría, y por supuesto sin papeles, portando algún paso por las calles de cualquier ciudad andaluza." Como aquí no practicamos el cainismo al uso en la prensa sevillana, tras felicitar a su autor tenemos mucho gusto en hacer nuestro cuanto antecede, firmado ayer por Javier Aristu en "El País" de Andalucía. ¿Pasa algo? 

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Lunes 1: Un espejo de albero

En esta Sevilla cada vez más sevillana (o más hispalense, vaya usted a saber) y cada vez más encantada de haberse conocido, que se ufana de que cada Semana Santa es mejor que la anterior, ayer se inició el abono taurino menos sevillano que se despacha. Alguien nos ha comentado que son carteles con toreros del Ave para un público que llega a verlos en el Ave, pagando lo que haya que pagar y haciendo de paso ricos a Juan Robles, a Canorea y a los tíos de la mafia consentida de esa reventa que depende de las competencias taurinas y policiales transferidas a la Junta de Andalucía y que sigue tan intacta como cuando era responsabilidad del Ministerio del Interior y del delegado del Gobierno. Dicen que la plaza del Arenal es un reflejo fiel de la ciudad, como un espejo de albero, y puede que lleven razón. Ido el que se fue, Sevilla, hoy por hoy, no tiene torero propio, y tiene que traerlos según los gustos de Madrid. En el espejo de albero, la falta de liderazgo taurino sevillano se corresponde con la falta de liderazgo civil en la ciudad. Si Sevilla da en muchos aspectos encefalograma plano, el mundo del toro no podía ser una excepción.

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