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Dicen
que el portal de Belén, sin ángel, sin mula y sin buey, pero
con pateras, ha estado este año en el Polideportivo de Tarifa,
y que la Nacional 340 es el naranjel para una nueva huida al
Egipto europeo que hacen los pueblos asfixiaditos. La Navidad se
ha nocheviejizado y acotillonado, incluso en TVE, con ese
Raphael diciéndole a Lina Morgan que se le había caído una
pluma en plan caído se le ha un clavel, con la cantidad de
plumas que se le estuvieron cayendo toda la noche al mondrigón,
pegando plumazos con su cola de caballo y sus tacones. Y como la
Navidad se ha nocheviejizado, se nos va vivo el Belén viviente
de Tarifa. Los padres que llevan a sus hijos a ver nacimientos,
los deberían acercar a Tarifa. Dice Chaves que esto lo tiene
que solucionar el Ejército. No, esto lo tiene que solucionar el
corazón, que lo tenemos de piedra, como La Montera del Torero,
en la Ruta del Toro.
Estaba oyendo ese rosario en familia por lo civil que es cada
Nochebuena el
Mensaje de Don Juan Carlos, aún con la corbata negra de
este año horrible que comenzó con la muerte de Doña María de
las Mercedes, y será que lo tenemos muy reciente y muy cercano,
porque se fue por el río de Granada, porque se fue por la
sombra de Torre Tavira, pero me acordé de "La murga de los
currelantes" de Carlos
Cano. El Rey evocaba los comienzos de su feliz reinado y
entonces sonaba aquella copla: "Que vuelvan pronto los
emigrantes..." Volvieron, y el que no se compró un taxi,
puso un bar. Pero los emigrantes siguieron llegando. Ahora como
inmigrantes. No nuestros desde Alemania, sino ajenos, desde el
moro y desde más para abajo del moro. Y ahora las dignísimas
autoridades hacen por su cuenta el popurrí de aquella murga, y
nos dan la suya, cambiando la letra: "Que
no vengan muchos inmigrantes, o llamo a la Legión."
En vez de llamar a la Legión, el Rey, en su mensaje, llamó
a una puerta más cierta: la del corazón. Bien cerca que tuvo a
los negritos del Africa tropical mientras nos daba el colacao
institucional de su mensaje. Las mesas rebosaban de pavos al
horno y estaba sobre ellas todo Estepa, todo Jerez, todo
Sanlúcar, todo San Sadurní de Noya, toda Escocia, cuando el
Rey, dale que te pego, en todo lo suyo: "En estos días
navideños, el espíritu de fraternidad debe acercarnos a los
que han tenido menos oportunidades de progreso, a aquellos que
sufren la enfermedad o la marginación social, a los débiles y
desprotegidos". Y al final, pero no lo último,
directamente los inmigrantes: "Y a todos vosotros,
españoles, inmigrantes que compartís con nosotros vuestro
trabajo, esfuerzo e ilusiones, y extranjeros que habéis elegido
vivir entre nosotros, os deseo todo lo mejor y que este año
nuevo os depare bienestar y felicidad..."
A ver si en los despachos oficiales andaluces se le echa una
miraíta al mensaje de S.M. y se estudia, que va a examen en
cuanto volvamos de las vacaciones de Navidad, pues muchos no
tienen aprobado este difícil parcial de Andalucía como tierra
de inmigración. No han quitado del tocadiscos donde ponían a
Paco Ibáñez la casé de los emigrantes, por eso usan a los
inmigrantes para dar la murga a Madrid. Hemos pasado del
problema de los emigrantes al de los inmigrantes. En la moda
lingüística de los apócopes, diría que de los emi a los
inmi. Por haberse dirigido a ellos con tanta ternura, yo le
daría al Rey el premio Emi de mensajes por dirigírselo a los
inmis.
Sobre el drama de las
pateras, en El RedCuadro:
La
avalancha
Las
pateras
La fiesta de moros y cristianos de las pateras
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Hemeroteca
de artículos en la web de El Mundo 
Biografía de Antonio Burgos
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