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la edición andaluza de
EL MUNDO, me preguntaba retóricamente ayer: "¿Qué hubiera
pasado en los Estados Unidos si se hubiera comprobado que el
subgobernador de Texas se había entrevistado en aparente secreto
con Ben Laden y el FBI hubiera descubierto la tostada?" Me
respondía a mí mismo: "El único problema sería a esta ahora
escoger entre Sing Sing o Alcatraz: ver dónde enchironaban al
tío. Porque al tío de momento lo enchironaban y después, ya
veremos."Gracias a la informática y a
pesar del virus MyDoom, un lector me matiza la respuesta a la
pregunta retórica. Respuesta que hago mía entera y plena: "Si el
subgobernador de Texas se hubiese entrevistado en secreto con la
cúpula de Al Qaeda y el FBI lo hubiese grabado, este señor no
estaría ni en Sing-Sing ni en Alcatraz. Estaría en Guantánamo.
Acusado de alta traición. Encadenado. Incomunicado. Sin abogado
defensor hasta que se aclarase el asunto. En España está en el
gobierno de una autonomía. O en alguna comisión de derechos
humanos. Pero es que estos americanos no son demócratas. Los
demócratas de toda la vida somos los españoles."
Los americanos, como no son demócratas,
tampoco tienen el arte de dar la vuelta al calcetín que tiene el
Partido Socialista. Yo es que los admiro. Me maravilla cómo les
funciona esa tintorería de hechos y de ideas que tienen montada.
Cumplen la consigna recibida al instante y la repiten
machaconamente con efectividad pasmosa. En un dos por tres meten
un hecho en la tintorería del sofisma y la demagogia , y, ¡plas!,
hacen de lo blanco, negro. Calcetín vuelto. Mucho más rápido que
lo de "lutos en veinticuatro horas", que ponía aquella
tintorería de Los Americanos en Argüelles. Cuando el caso Juan
Guerra fue admirable. Pepe Oneto lo ha contado. En pleno
fregado, preguntó en un mitin socialista a un asistente qué era
eso de Mienmano y el de la gorra de propaganda, la banderita, el
autobús y el bocadillo le dijo: "Ná, los fascistas, que son unos
mamones, que le quieren quitar a Alfonso Guerra el despacho que
le ha puesto a su hermano."
Ahora, lo mismo. Si Oneto preguntara a aquel
votante del mitin qué ha pasado con
Carod y Maragall,
seguramente le explicaba: "Ná, que los fascistas han cogido a
los espías del CNI para poder reunirse con la ETA, y el Rajoy
ése se ha sentado con Josu Ternera para decirle que apunten las
pistolas para otro lado, el muy cabrón. Menos mal que están ahí
ese Maragall y ese Carod, que sí que son demócratas, porque esto
que ha hecho el PP de negociar con la ETA es que no hay derecho,
usted..."
Sobre Carod, en El
Redcuadro:
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Carod, en
andaluz
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En español
Dos tazas de Carod