ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC,  18 de abril de 2014                  La Semana Santa en El Recuadro
                                
 
Okupas de Kofradías
 
Este concepto de los okupas de Semana Santa se lo tomo emprestado a Luis Carlos Peris. Me gusta reconocer autorías y pagar sus regalías para que no tenga que hacer lo que pasa al que la copia. Y me apresuro a escribir del asunto antes que termine la Semana Santa, en Viernes Santo, dejando de lado incluso, que ya es dejar, a mi Barco del Carbón con su Divino Capitán de la Salud en su mástil del madero redentor. Muchos lo dirán quizá el Lunes de Pascua. Servidor se apresura a pensarlo ahora. Apasionada, indignadamente. Pero amorosamente, con el dolor con que se recuerda a una novia que, como la que era de Olvera (como Javier Arenas) se fue con otro la puñetera. Así que del tirón y sin seguir en absoluto las nada divinas enseñanzas de la ojana de Sevilla y de los capillitones falsos, nos atrevemos a decir: la Semana Santa, señores, y lo digo con todo dolor de mi corazón, se le está yendo o se le ha ido de las manos a Sevilla. Hablo de la fiesta en si, de la celebración callejera, de la ciudad conmemorando la Pasión de Cristo...o vaya usted a saber qué. Porque también hay una paralela Semana Santa Laica de quienes se echan a la calle, en efecto, pero las cofradías les importan una higa, y un pimiento los pasos de Cristo y de su Madre. Esas pandillas que salen de las paradas del Metro o se bajan de los autobuses con las bolsas de los avíos de la botellona. Los que van por la calle con el vaso de cerveza (de plástico) en la mano.

En la Semana Santa, y siento decirlo y constatarlo, como lo habrá comprobado usted mismo, todo está sacado de quicio y de canon. De medida. Todo es ya desmedido. Esto se les ha ido de las manos al Ayuntamiento, al Consejo, al CECOP, a Protección Civil, a todo el mundo. Tanto esplendor cofradiero ha traído este otro lado oscuro de la Luna del Parasceve: en Sevilla no se cabe. Las calles no están hechas para soportar tantas y tan copiosas bullas. Antes te encontrabas bullas y tapones por donde pasaban las cofradías. Pero es que ya las hay por toda Sevilla, sin cofradías. Yo he visto la calle Cristóbal de Castillejo, la de Casa Morales, taponada de gente el Domingo de Ramos. No se podía ir ni para adelante ni para atrás. ¿Por qué? Porque la cola que, estabulada entre barandas, estaba esperando en García de Vinuesa para atravesar la carrera oficial por la Punta del Diamante llegaba más allá de la freiduría La Isla.

Cuentan historias para no dormir de los tapones de La Alfalfa. De los alrededores del Duque y La Campana, ni te cuento. El pasillo-trampa de Matacanónigos ha sido un peligro. ¿Matacanónigos? ¡Matadero de criaturas que quieren pasar de Alemanes a Mateos Gago! Por no hablar de la agresión a un señor en San Esteban, que Javier Rubio glosaba y condenaba ayer mejor que pueda hacerlo yo ahora.

¿Qué está pasando aquí? Cuando escribo, con los armaos a punto de iniciar su Recorrido, no sé aún cómo habrá ido la Madrugada. Toco madera de la cruz leñosa de un penitente de La Quinta en esta ciudad de Cuarta que antes era de Primera, acordándome de las carreras de aquella Madrugada. La Semana Santa la han tomado las masas, los okupas de las sillas de los chinos que encima te insultan cuando quieres pasar. Sillas de los chinos contra sillas de la Carrera Oficial. La demagogia está servida: lucha de clases en Semana Santa, los barrios contra el centro. Los okupas callejeros se plantan de modo que parece que tienen la Escritura de Propiedad de la Acera y que han pagado el IBI. Así nunca se han visto las cofradías en Sevilla, apalancados. La bulla era otra cosa. Ahora, en muchos sitios, no es ni siquiera bulla: es sencillamente gentuza. Repito: gen-tu-za. Que se ha inventado una Semana Santa incómoda, agresiva, soez, donde no hay forma de ver cofradías sin sobresaltos, sin angustias. Siento amargarles el Viernes Santo, pero está al caer que sabios doctores reconozcan que a Sevilla se le ha ido de las manos la Semana Santa de las calles. Estamos en manos de los de la Korrala Kofradías.

 

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