ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC,  28 de abril de 2014                 
                                
 
¿Más auditorios, hijos míos?
 
En Sevilla no cabe ni un mangazo más. Ni una sillita de los chinos más. Ni un tonto más. Ni un trincón más. Ni un auditorio más. ¡Hala, otro auditorio entre el Puente de las Delicias y la Punta del Verde! Y para que sea más sevillano, con el nombre en inglés: Sevilla Park Arena. Hombre, si por lo menos fuera el Sevilla Park Albero...

(Inciso sobre albero, en torno a las contradicciones barrocas de Sevilla. Una curiosidad como de reverso de hoja de taco de almanaque de los que venden en la centenaria Papelería Ferrer. Sevilla es el único lugar del mundo que tiene un Arenal donde no hay arena, sino albero. "Albero maestrante", que dicen los cúrsiles, como si el albero fuera un marqués completamente canino que hubiera probado ante la Junta de Recibidores del Real Cuerpo la nobleza de sus "Ocho apellidos tiesos", que podría ser la siguiente película, esa cinta sí que iba a arrasar en las taquillas. Por lo menos en las taquillas de los vestuarios de Pineda, porque en el Aero no hay más deporte que el Butaking y el Catering.)

Decía ayer mi admirado Alberto García Reyes que "las grandes estrellas de la música no pasan por Sevilla porque el Auditorio Rocío Jurado, Fibes o la SGAE tienen aforos pequeños y el Estadio Olímpico no fue diseñado para conciertos". Y digo yo: ¿tan necesario es que las grandes estrellas de la música pasen por Sevilla, Alberto querido? ¿No nos basta con que pase el Guadalquivir? Sin que las grandes estrellas de la música pasaran por Sevilla nacieron aquí los grandes genios de la pintura, del cante, de la poesía; se hicieron dos exposiciones universales; fuimos Puerto y Puerta de las Indias; una sevillana llegó a Reina de España y si quieren sigo poniendo grandezas acaecidas sin que Beyoncé o Lady Gaga se dignaran aportar por aquí. O precisamente por eso: porque ni Beyoncé ni Lady Gaga vinieron a trincar la tela, que es a lo que vienen las grandes estrellas, a que hagamos el cateto y colas de madrugada para sacar las entradas, que les apoquinemos el caché, que en los camerinos dispongamos la logística de todos sus peregrinos caprichos y que, como en la película del otro que tampoco vino (ni falta que hace), "coge el dinero y corre".

¿Para qué vamos a gastarnos el dinero en un auditorio más? ¿Para que se lleven el dinero de Sevilla estos artistas internaciones? Si a Sevilla lo que tienen que venir es a traer el dinero, no a llevárselo. ¿No podemos aviarnos con los artistas que cuando firman discos en la FNAC de la Avenida la cola de chavalotas llega a la difunta Filella? ¿Por qué no ponemos en regadío los auditorios que tenemos muertos de risa, como la locura del Estadio Olímpico, donde caben 10.000 criaturas pegando saltos a los sones de una banda de rock? Sevilla infrautiliza las 80.000 plazas de auditorios que tiene, ¿a qué hacer más locuras con las 20.000 plazas más del Sevilla Park Javier Arenas o como se llame? Sevilla tiene hasta auditorios por estrenar, como el que incomprensiblemente hizo la SGAE. ¿Y el de Fibes? ¿Ustedes han ido al auditorio de Fibes, otra joía barbaridad, estando criando malvas y jaramagos como está el Auditorio Rocío Jurado de la Expo, donde caben 8.000 personas, y que no veas el avío que daría si le hubieran puesto algo tan fácil como un techo de uralita?

Pero, ay, en la Muy Novelera Ciudad está todo el mundo encantado con el proyecto del "fagamos un Sevilla Park Arena tal" que a mí de momento me suena al Allianz Arena del Bayern Munich y cuya locura da un dolor de cabeza que necesita un tubo entero de Aspirina Bayer. ¿Es que con el Sevilla Park Arena se va a acabar el paro? ¿Es que se van a colocar allí todos los titulados universitarios que no encuentran su primer empleo? ¿Es que con el Sevilla Park Arena se van a acabar el Mangazo, los ERE y las mariscadas sindicales? Tan raro me parece todo y tan descabellado, que deberíamos exigir una auditoría sobre tanto extraño interés en hacer más auditorios nuevos, cuando Sevilla tiene auditorios y teatros para dar y regalar.

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