Yo sé por qué llora San Pedro en las Lágrimas. Llora por la ciudad perdida. Desde allí arriba, al ver el horror entre Chapina y el Patrocino, llora por la Torre Pelli. Llora por la ciudad convertida en parque temático de sí misma, por el Barrio de Santa Cruz degradado y entregado a las hordas de turistas chungaletas que no dejan tanto dinero como dicen. Pero sobre todo llora este año por la degeneración de las cofradías. San Pedro, con su llave en la mano en la Puerta del Perdón, ha visto a unos señores de una cofradía que cogieron a su Cristo y se lo llevaron a una clínica para hacerle unas pruebas antes de meterlo en el quirófano de la restauración, como si lo tuvieran apuntado a Sanitas. Y para lucirse, en el gran motor de la Semana Santa, que es la vanidad y el ansia exhibicionista de figurar y de ser algo a costa de las cofradías todo el que no es nadie ni nada en Sevilla, los señores que habían llevado a su Cristo a la clínica se hicieron una foto con Él...y la mandaron a los periódicos. Que (ésta es otra), la publicaron como lo más normal del mundo: unos capillitas sacando pecho y dándose importancia a costa de una imagen del Señor tapada con una sábana sobre una camilla.

Y eligen una nueva junta de gobierno y, ¡hala!, todos allí a retratarse junto a los sagrados titulares. Acabo de ver en Internet una foto de tal guisa: una serie de mindundis cofradieros que no son nada ni nadie saliendo retratados a costa del Cristo y de la Virgen de una cofradía de cuarta. Y los nuevos hermanos mayores, cuando los entrevistan, con la cantidad de sitios que hay en Sevilla donde hacerse una foto, no eligen otro lugar que la capilla, para salir luciéndose al lado del Cristo o de la Virgen.

Con notable acierto, en los comienzos de la inflación de las cofradías y del sacamiento de quicio y de la pérdida de medida y de papeles en los asuntos de la Semana Santa, mi admirado Carlos Colón acuñó el término "Kofrades", aplicado a los que ahora llaman Frikis: a los jartibles degenerativos de la cuestión. Tomo esa K de Kofrades y la otra K de aquello de Alejandro Kodak Marcos y para describir a esta partida de ególatras cofradieros con tanto afán de protagonismo y ansias de salir retratados a costa de sus Cristos y de sus Vírgenes acuño la voz "Kodakofrades". Son plaga en las cofradías. Por culpa de este exhibicionismo tenemos la inflación cofradiera que padecemos, esto de que todo el año sea Semana Santa...para que ellos sigan luciéndose. Y en las televisiones locales, ni te cuento. ¡Qué horror! Qué tíos más jartibles los Telecofrades y los que hacen esos programas, a los que ponen los Kodakofrades como lumbreras del periodismo patrio, ¿no los van a poner, si los están sacando en pantalla todo el año?

En Semana Santa todos estos señores de las cofradías van con el rostro oculto por al antifaz, ¿no? ¿Por qué entonces el resto del año se dedican a este exhibicionismo ególatra, a esta vanidosa emulación, en su insaciable afán de protagonismo? Insisto: se impone el apagón cofradiero. O al menos el apagón periodístico, fotográfico y televisivo. Don Marcelino Manzano, nuevo delegado diocesano de Cofradías: ahí tiene usted tarea. ¡Duro con los Frikikofrades, con los Telecofrades y con los Kodakofrades!