Lo que quiero explicar no sé cómo se dirá, pues, en tertulianés, ni en sanchés, que es ese lenguaje tan políticamente correcto del nene y la nena que habla tan divinamente el guapo nuevo del PSOE. Pero sí sé que cómo se dice en andaluz: que el tal Sánchez es un mandado, voz españolísima olvidada en Castilla. Un mandado es el que hace algo por encargo de otro, el que ejecuta fiel y obedientemente lo que le han ordenado. Pero es que Sánchez es, además, un mandado que ha puesto Susana Díaz para que le haga los mandados.

-- ¿Y tiene un buen mandado?

No me distraiga usted a las señoras, por favor, que encima que dicen que es el Guapo, lo que faltaba es que cobrara fama de que tiene un buen mandado, en plan Dinio o Nacha Vidal; con lo que entraríamos, además, en la necesidad de tener que explicar esta acepción fálica de la voz "mandado", lo que no podemos hacer porque estamos en horario infantil.

Susana Díaz es tan lista que ha ganado las elecciones a la secretara general del PSOE sin presentarse, en efigie, por persona interpuesta. Susana Díaz manda tanto en el PSOE que ha puesto a un mandado para que vaya a hacerle un mandado a la calle Ferraz. Entre otras cosas, porque la calle Ferraz está muy lejos de Triana, que está donde tiene que estar, lo que está lejos es la sede de la secretaría general del PSOE. El mandado que el mandado tiene que hacerle a Susana es representar el paripé gatopardesco de que algo cambia en el PSOE para que todo siga igual y ella pueda ser como la Reina Madre del Partido, como la Alcaldesa de Zamarramala de la cuestión. Con la diferencia de que en Zamarramala las alcaldesas mandan sólo un día en el año y ella manda antes de la elección del Guapo, en la elección del Guapo y después de la elección del Guapo, como se ha visto cuando ha destapado a su tapado y ha paseado con él por la calle de Ferraz, con la falda almidoná y el secretario general apoyado en la cadera y comiéndole en la mano. ¿No le va a comer, si todos los que comen del PSOE y de la Junta han sido quienes le buscaron los avales y lo votaron luego? En plan La Voz de Su Amo, Sánchez es La Voz de Susana, su ama. Del salón en el ángulo oscuro de la provincia, Sánchez Castejón (que no sé por qué se olvidan de su señora madre) se me aparece como un empleado distinguido de la Junta de Andalucía, a las órdenes directas de Susana. ¿No había una delegación de la Junta en Madrid, donde colocaban a los maridos de las ministras sociatas andaluzas? Pues Susana Díaz ha inventado algo mejor: la Secretaria General del PSOE como delegación de la Junta de Andalucía en Madrid, a sus órdenes. Los sevillanos de la foto de la tortilla tuvieron que coger carretera y manta y buscarse un pisito en Pez Volador para mandar en el PSOE en Madrid. Susana manda en el PSOE de España y desde Madrid sin necesidad de meterse en carretera. ¿Y saben para qué? Pues para que el Guapo, por muy guapo que sea, pierda las siguientes elecciones, que luego irá ella de triunfadora y de quién te puso salvadora: ¡pista, que va la artista!

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