-- No, déjelo usted, que las mierdas, cuanto más se menean, más huelen.

Haciéndose los graciosos sin gracia, Canal Sur está meneando la mierda de su metedura de pata de las No Campanadas desde Almería, del triste campanazo de incompetencia que confirmaron en Nochevieja. Cuanto más se menea aquel fallo que enmendó la imagen de los andaluces ante las Españas, más huele. Y lo digo por el vídeo que han grabado urgentemente los veteranos presentadores de la casa Modesto Barragán y Manolo Casal, de Cádiz de toda la vida. Es lo de siempre. Cuando le vienen mal las cosas, Canal Sur siempre recurre a Cádiz. Cádiz nunca le falla, y no lo digo por el nombre del teatro, que también. Ese Teatro Falla, con su concurso de agrupaciones de Carnaval, del que a este paso pronto darán en directo hasta las clasificatorias íntegras, le hace subir a Canal Sur como la espuma las cifras de audiencia. Y luego, le da un avío enorme. Igual que para muchas emisoras locales de televisión todo el año es Semana Santa, para Canal Sur todo el año es Carnaval, Donde acude a encontrar supuestos graciosos, como el niño del tambor, que vaya los días que nos dio el niño del tambor.

Ahora Canal Sur ha vuelto a Cádiz para que le saque las castañas del fuego. Y ha grabado esa parodia de cuarteto (malo) que es el "spot" de Casal y Barragán en la carbonería de cisco picón de "Los Piconeros Galácticos", la chirigota del Yuyu. A quien adivino detrás de ese guión, improvisado como los buenos cuplés que pegan el pelotazo en la final: en menos de horas veinticuatro imaginado, escrito, ensayado, representado y grabado. Un gran mérito. Ojalá el esfuerzo que Canal Sur le ha echado al desagravio de la carbonería lo hubiera puesto en las campanadas desde Almería, con la millonada que nos cuesta.

A ritmo del tangai de Cai, Canal Sur se echa carbón a sí misma por el patulaje de las doce campanadas. Para lo que hace Canal Sur a lo largo de todo el año, esa tontería de unas campanadas de menos y unos anuncios de más no tiene la menor importancia, aparte de que nos quedamos sin despertarnos con Catunambú, como hago cada día para enchufarme los cables y escribir esta pamplina cotidiana. No, no son las campanadas de Canal Sur las que merecen el carbón. Lo merecen mejor sus cencerros tapados con el escándalo de los ERE, de los que ni palabra decir suelen en sus autotitulados informativos. Que eso sí que es un buen golpe gaditano de chirigota: llamarles "informativos" a los servicios "deformativos" que Canal Sur presta al Régimen, del que es un NO-DO sin pantanos y con Susana Díaz en el papel de Doña Carmen Polo de Franco.

Merece el carbón que una televisión regional de todos loa andaluces ejerza como oposición al Gobierno de Madrid, arreando candela a Rajoy cada vez que puede y propagando la falsa especie de que es Madrid, y no San Telmo y Susana, quien no les paga a los maestros y les hace recortes de muerte (literalmente de muerte) a médicos y hospitales.

Merece el carbón una televisión cutre y zafia, donde lo que no es el olor a alcanfor de "Se llama copla" (cuyo título copiaron de una letra mía sin pedirme permiso) es un triste espectáculo de viejas verdes buscando planes con abuelitos viudos con buena paguita. Merece el carbón la utilización de menores para esta triste imagen de Andalucía. Y al igual que Casal y Barragán utilizan el estribillo de "Los piconeros galácticos" del Yuyu, yo usaré lo que el teatro le gritaba a al genial José Guerrero cuando sacó "Los últimos en enterarse" e iba representando el tipo de marido al que su mujer le pone los cuernos. Basta con cambiar una consonante de sitio:

-- ¡Canal Sur!

-- Caaaaaaaaar...¡bón!

Pero no por las campanadas, sino por el propio ser y esencia de ese derrochón altavoz partidista de la Junta del PSOE, que cuando tienen un vídeo de Zoido siguen ejerciendo de payasos de la tele y cantan: "Borra, borra eso..."

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