Decía el otro día el alcalde Juan Espadas, y no en cualquier parte, ni escrito con cisco picón sobre la Puerta Carmona como aquel moro que puso: "Esta es la ciudad de la confusión y el mal gobierno"... Donde decía el alcalde lo que quiero venir a referirme era, vamos, en un boletín de hermandad...

--- Será en todo caso en un Anuario... ¿No se ha enterado usted todavía que las cofradías han sustituido los antiguos boletines por los anuarios, copiando, como en todo, al Gran Poder y a la Esperanza Macarena, y que las cosas que antes se ponían en los boletines se dicen a los hermanos en un blog, en Facebook, en Twitter o en un correo electrónico?

Sí que me he enterado. Como me he enterado que en algo tan clásico y sevillano como la Hermandad de la Santa Caridad, la de Mañara, los hermanos son informados de los entierros de regla no por cédulas como en tiempos del Venerable, sino...¡por SMS!

A ver si acabamos con este largo exordio para destacar la importancia del paño que Espadas le puso al púlpito para decir lo que comentar quiero. Fue ni más ni menos en la portada de ABC, donde Javier Rubio y Alberto García Reyes ponían entrecomillado tras entrevistarlo: "No he heredado nada del PP que merezca la pena". ¿Pena dice usted? Pena es poco. No pena: una desgracia muy grande es lo que ha heredado usted del PP. Que a mí me da pena, pero no me causa un respeto imponente, porque no es El Piyayo: son los veladores. ¿Usted sabe acaso, señor Espadas, que ha heredado de su antecesor Zoido (del que ganó las elecciones y lo echó su Pacto de Perdedores suyo con la ultraizquierda) nada menos que 13.314 veladores obstaculizando las calles de Sevilla? ¿Usted sabe lo que son 13.314 veladores? Pues le doy una imagen gráfica, de las que gustan a los americanos: es como si en el sitio de cada uno de los espectadores de la plaza de los toros pusiéramos un velador... y nos teníamos que dejar mil y pico fuera, porque no cabían. Y otra visualización a la americana: ¿usted sabe que en Sevilla hay un velador por cada 52 vecinos? Y aunque prometió quitarlos, no sólo no los ha eliminado, sino que han aumentado. Y hay sitios donde parece que son casetas de Feria, como delante de la Giralda, en la salida de Placentines, o en Santa María la Blanca. Jaimas de veladores. Y no me diga usted que tiene el asunto sobre la mesa, porque su mesa tiene que ser mayor que nuestro glorioso Villamarín, porque tiene sobre ella los veladores, la zona azul, Altadis, La Gavidia, la Ciudad de la Justicia... ¿Cómo le caben a usted tantísimas cosas sobre la mesa, señor Espadas? Tengo yo ganas de ver esa mesa. Anda que si es de Ikea no habrá usted tenido que echar horas ni ná para montarla...

Y no me diga que va a montar el Observatorio del Velador, porque unos guasones del lugar, a modo de socios de la Peña Er 77, ya lo han creado. Gracias al cual digo que el velador no solamente está haciéndonos la pascua, sino que Sevilla, como Marina D'Or, es ahora Vela D'Or. Como todo se pega menos lo bonito, en los pueblos nos están copiando a Sevilla dos cosas, a cual más horrorosa: la peatonalización del centro y la colocación allí de veladores a troche y moche. No hay pueblo de la provincia que se precie que no haya peatonalizado media docena de calles del centro. Antes en los pueblos se copiaba a Sevilla haciéndose sus ricachones casas de estilo sevillano, plagios de Aníbal González. Ahora los pueblos copian a Sevilla peatonalizando el centro y hartándose de colocar veladores en las calles. En algunas, como en Sevilla, es que no se puede pasar sin pegarte el trompezón (vulgo tropezón) contra una mesa, o contra una silla, o contra un quitamiedos de factura: esos veladores altos con taburetes donde la gente cena porque cree que así va a costarle menos que si se meten dentro, en el comedor del restaurante, cuando la estocá es la misma... Así que sepa usted, señor Espadas, que se cumple en su tarea la frase de Benavente: "Bienaventurados nuestros imitadores porque de ellos serán nuestros defectos". Sean felicitados los alcaldes de los pueblos de la provincia, pues que ya han conseguido tener casi tantos veladores per capita como Sevilla.

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