ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla, 31 de octubre de 2015                 
                                
 

Guiris en las Gradas

Hace ya más de dos años, cuando todavía era maestro mayor de fábrica de la Catedral maese Alonso Ximénez, escribí lo que no explicaría ahora mejor. Denuncié cómo estaban escamondando y poniendo totalmente Blanco Persán la fachada Norte de la Catedral, Puerta del Perdón incluida. Donde no sé si Jesucristo, en plan "cochero, látigo atrás", habrá perdonado a los mercaderes del templo que lo convirtieron en Parque Temático Turístico Patriarcal y Metropolitano. Decía que a los sevillanos nos desagradaba cómo habían dejado las Gradas por la calle Alemanes, y llevaba el toro al caballo con estas palabras: "Si usted dice en Sevilla "las Gradas", no tiene que aclarar que no se está refiriendo en absoluto a las de la plaza de los toros. Gradas "maestrantes", que diría un crítico taurino cursi o un letrista de sevillanas sensible, como si las gradas hubieran probado sus cuatro apellidos ante la Junta de Recibidores. Esas gradas de la plaza de los toros ya no se llaman oficialmente así. Han vuelto a su real, antigua e ilustre denominación de origen de "Sombra Alta" y "Sol Alto". Si usted dice en Sevilla "las Gradas" (casi) todo el mundo sabe que se está refiriendo a las de la Catedral. "Grada", según el Diccionario de la RAE es peldaño; o asiento a manera de escalón corrido; o conjunto de estos asientos en los teatros; o tarima que se suele poner al pie de los altares; o conjunto de escalones que suelen tener los grandes edificios delante de su pórtico o fachada. Ninguna de esas definiciones sirve para Sevilla. La que sirve es la de Mateo Alemán: "Un andén o paseo hecho a la redonda de la Catedral por la parte de afuera, tan alto como a los pechos considerado desde lo llano de la calle, todo cercado de gruesos mármoles y fuertes cadenas". Gradas era el antiguo nombre de la Avenida desde La Punta del Diamante al Arco del Almirantazgo. Y Gradas Altas, el de la calle Alemanes, donde se asentaban los mercaderes antes de pasar a la Casa Lonja. Don Santiago Montoto solía recordar el esplendor comercial de las Gradas de los Alemanes con unos versos de Torres Naharro en 1517 sobre cuatro maravillas sevillanas: "Un templo de majestad/sin segundo./Un Guadalquivir jocundo./Un gran campo de Tablada./Y unas Gradas, que una grada/vale más que todo el mundo"."

Bueno, pues aunque a los sevillanos nos disguste cómo las han dejado por Alemanes, a los guiris les encantan las Gradas por la parte de la Avenida. Ya es habitual algo que en Sevilla sólo ocurría cuando viene una procesión de gloria, una cofradía o cualquier cortejo: ver gente sentada en las Gradas, como esperando. Ves a los guiris sentados en las Gradas y te crees que viene una cruz de guía, o la Sacramental del Sagrario en la procesión de S.D.M. Pero no viene nada. Bueno, sí han venido: los guiris a sentarse en las Gradas de la Avenida a tomarse el cucurucho que se han comprado en la heladería de frente o un café que se han mercado en el Starbucks de la Punta del Diamante. Y como desde la esquina de la calle de la Mar viene ese olor a incienso del que lo vende en su mesita de campimplaya, para el que pido la declaración de Patrimonio Inmaterial de Sevilla... ¿Pues qué quiere que te diga? Que si siempre es Domingo de Ramos en el bronce de la palma de la Giralda, siempre parece que va a venir una cofradía, una procesión extraordinaria, algún cortejo en la Avenida con la que nos timaron como "peatonal", cuando ves a los guiris sentados en las Gradas de la Avenida. Los sevillanos nunca nos hemos sentado allí. Hasta Rafael Montesinos pasaba la mar de prisa en sus "Diálogos por la acera izquierda de la Avenida". Les prometo que la próxima vez que pase, me compro un helado y me siento allí a tomármelo. Algo tienen las Gradas cuando las bendicen cien mil docenas de guiris encantados con ellas, sentados allí con su helado o su lata de refresco. Que no se entere Espadas, porque es capaz de poner allí más veladores en plan Zoido, para trincar más tasas municipales...

 

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