ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla ,  15 de febrero  de 2016               
                             
 

Hospital en la UCI

Esto es más grande que Barcelona. En el Servicio Andaluz de Salud había kilométricas listas de espera para operarte de cataratas, y para una prótesis de rodilla, y para una hernia de disco y hasta para preguntar en qué habitación está ese conocido al que quieres visitar en el Hospital Virgen del Rocío, vulgo El Morato. Bueno, pues ahora el SAS de la Junta del "tiempo nuevo" de Susana Díaz, la que ya no se va a Madrid porque cualquiera echa a Sánchez como le salga medio bien su intento de Frente Popular de Perdedores y Separatistas... Pues ahora el SAS, venía diciendo, acaba de inventar lo que no existía en la Sanidad mundial, digno del Nobel de Medicina: el Hospital en Lista de Espera. Tiene varios. El otro día hablamos del Hospital de Alta Resolución que iban a construir en el solar del incomprensiblemente derribado Equipo Quirúrgico del Prado, que tan buen servicio de urgencias prestaba, y ya ven: en lista de espera anda aquello, hasta que haya dinero en esa Junta que tanto despilfarra en enchufar paniaguados y en cosas inútiles, como por ejemplo plantificar su logotipo propagandístico en todos los hitos kilométricos, cada cien metros, de las carreteras a su cargo. Equipo Quirúrgico donde iban a hacer una cosa del SAS que suena a hora punta de TV, a programa de máxima audiencia: un CHARE. Para el SAS, "Chare" no es Bertín llevándose a la audiencia de calle, no: es un Centro Hospitalario de Alta Resolución. Pero el prometido donde el Equipo Quirúrgico no es de Alta Resolución: es de ninguna.

Pero el centro sanitario en lista de espera que chorrea más sangre es el Hospital Militar. Estaba perfectamente equipado, dotado y atendido. Una maravilla de hospital. Y como mantienen de bien los militares sus cosas, además. Pero, nada, hijo: Defensa lo cerró en 2002 y lo abandonó a su suerte. Se llamaba "Hospital Vigil de Quiñones", en memoria y homenaje del médico militar de "Los últimos de Filipinas", el héroe de Baler. De 2002 a hoy, se lo pelotearon unos a otros. Y lo abandonaron, en esta Sevilla de la falta de camas y las listas de espera. ¿Por qué? En San Fernando, Defensa cerró el Hospital de la Armada, el San Carlos, pero pasó inmediatamente al SAS con las camillas rodando y los bisturíes abriendo barrigas, y ahora presta un magnífico servicio a toda la Bahía de Cádiz. ¿Por qué no se hizo con el Vigil de Quiñones lo mismo que con el San Carlos de la Armada? ¿Por qué no lo tomó inmediatamente la Junta a su cargo y lo puso a disposición de las carencias del SAS, como un anexo del Hospital de Valme mismo, que está allí al lado?

La Junta la tiene tomada con los hospitales. Sevilla la tiene tomada con los hospitales. Nada gusta más que cerrar un hospital. En San Pablo, junto al aeropuerto, había un magnífico hospital pequeñito: el de los americanos de la Base. Allí funcionó provisionalmente Hospital Central, hoy Virgen Macarena, cuando cerraron Las Cinco Llagas de prisa y corriendo por una presunta ruina que nunca supo explicar nadie. En vez de mantenerlo, cerraron el Hospital de los Americanos. Y el antiguo de nuestro Ejército del Aire, igual. Pasas ahora los domingos por el Pabellón Vasco y está cerrado el antiguo Hospital Duques del Infantado, donde había habitaciones y enfermos y ahora sólo cirugía ambulatoria.

Volver a abrir el abandonado Hospital Militar, donde los chatarreros rumanos se han hecho de oro, costará 50 millones de euros. Total, para la Junta, media pringá: ni cuarto y mitad de mangazo de ERE. Y no lo abren. ¿Por qué? ¿Porque fue militar en su tiempo? ¿Pero cómo es posible que en la tierra sanitariamente más necesitada y subdesarrollada de España deje pudrirse así como así todo un maravilloso hospital como el Militar, con 601 camas, 6 quirófanos y 2 UCI? En una de ellas tiene que estar ahora el propio Hospital. No, miento: el Hospital Militar debe de estar en la sala 21 del Tanatorio de Servisa, porque ese muerto no hay quien lo levante. Ni ganas que tienen estos señores de la Junta, especialistas en derrochar y tirar nuestro dinero a mayor gloria de las dos eses: Susana y Sánchez.

 

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