ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC, 15 de marzo  de 2016               
                             
 

Cabrera valiente

Hijo, con la de cosas que están cambiando en el Pregón, ya podrían pegarle un buen lavado de cara al añejo escenario. Brindo a mi dilecto Paco Robles la comparación popular: "Anda, que eres más rancio que el escenario del Pregón". Con 2 guardias municipales de gala, 2, haciendo el Don Tancredo. Con su chavala ordenanza municipal vestida de levita con galones, como de servidor de cruz de guía de una cofradía triste, haciendo de "aguaora" de la cuadrilla unipersonal de Rafa Serna. Yo había visto hasta ahora muchos y muy buenos aguaores de cuadrillas: desde Rafael del Poeta, que iba con Pepe Andreu en el Barco de la Carretería, al ilustre letrado Fernández de Pedro, antiguo listero de Alejandro Ollero, que ahora ejerce el privilegiado oficio de aguaor de la cuadrilla de La Amargura. Pero, la verdad, no había visto nunca una aguaora de capataz. Capataz de la palabra como fue el domingo el gran Rafa Serna. A otros progoneros, como les daban tan pocos, les contaban los aplausos. A Serna, como se hartó de poner al público en pie, hubo quien le iba contando los vasos de agua que le arrimaban.

Podrían darle al Pregón otra puesta en escena. Sin esos traicioneros macetones de quencias. Cuando lo di, me plantificaron uno completamente detrás, y en las pruebas de encuadre de la tele vi que servidor salía como desde un bosque húmedo tropical. Díjeles a los realizadores:

-- Por favor, quiten esa quencia de ahí detrás, porque va a parecer por la tele que estoy dando el pregón de la Semana Santa de San Juan de Puerto Rico, no el de Sevilla.

Bueno, pues por culpa de la escenografía hay por ahí ya cientos de fotos en las que a Rafa Serna le salen las hojas de quencia de la espalda como dos angelicales alas. Vamos, que parece el ángel de Montensiòn con las alas pintadas del verde de su Betis, Betis, Betis olé.

¿Y las autoridades? ¿Qué pintan allí arriba? Me las sientan como en rueda de reconocimiento. Y tal rueda es, mientras suena la primera marcha y cada cual trata de identificar quién es cada uno. ¿El de uniforme azul es el capitán general? ¿La del bastón, quién es? "¿Y el que esta a la derecha del alcalde, con otro bastón, quién es?", me preguntaron mientras sonaba la marcha de la cofradía del padre de Rafa. La verdad que, como media Sevilla y parte de la otra media, no supe quién era ese señor hasta que acabó "Cristo en La Alcazaba" y se fue derechito al atril para presentar al pregonero. Tuve que mirar el programa de mano para saber que era un teniente de alcalde que tiene casi tantos cargos como Gregorio Serrano cuando los 20 concejales, 20: el ilustrìsimo señor delegado municipal de Seguridad, Movilidad y Fiestas Mayores. Se llama don Juan Carlos Cabrera Valera. Nuevo en esta plaza. Hasta el domingo, desconocido. ¿Cabrera Valera? Más que Cabrera Valera, para mí es ya Cabrera Valiente. Porque, junto al éxito anunciado y adivinado de Serna, el gran descubrimiento del Pregón fue ese caballerazo que tenemos como delegado de Fiestas Mayores. Me importa un rábano (de la Freidurìa de La Isla) que sea del PSOE o de lo que le salga de la entrepierna del pantalón listado del chaqué. En la Muy Cobarde Ciudad de Sevilla que muchos quieren Laica, Cabrera Valiente, digo, Cabrera Valera, tuvo el valor no sólo de proclamar su fe de cristiano, sino su fe según Sevilla y sus cofradías. La verdad que me emocionó contando cómo lleva a sus chiquillas a ver las cofradías. Un jartible, además, como es menester, que va...¡hasta a los ensayos de las cuadrillas de costaleros!

Así que sepan cuantos esto vieren y leyeren que tenemos un delegado de Fiestas de los que ni por asomo se plantean la mamarrachá rogelia de la Sevilla Laica y que, sin renunciar a sus ideas y a las siglas de su partido, vive y siente todo lo nuestro como usted y como yo. Una docena así como Cabrera nos hacían falta en el Ayuntamiento, de los que ponen a Sevilla por encima de las siglas de los partidos. Enhorabuena, Cabrera Valiente, por ser usted como es y por no avergonzarse por proclamarlo en esta Muy Cobardona y Falsa Ciudad en la que muchos de sus compañeros de corporación municipal quieren dar de baja a Dios como vecino de San Lorenzo.

 

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