ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla, 8 de julio de 2016               
                             
 

Obama, no se vaya

No soy de los que creen que la visita del presidente Obama sea un "Bienvenido,. Mister Marshall" a la sevillana. Aunque sí creo que, por el contrario, hay tres clases de visitas:

1. Visitas breves.

2. Visitas brevísimas.

3. Visitas de Obama.

Visita, por otra parte, bastante enigmática. ¿A qué viene Obama? ¿Por qué viene Obama a Sevilla? Quizá sea por el "ooooooh". Explico esto del "ooooooh". He estado en muchas partes del mundo, a entrambas orillas de la mar oceana. Y en todas, cuando me he preguntado en la lengua local que fuera de qué ciudad era y contestado que de Sevilla, todo el mundo me ha respondido siempre lo mismo:

-- ¡Ooooooh, Seville...!

La frase puede tener una variación sobre el mismo tema; que en vez de "Oooooh, Seville" te digan:

-- ¡Seville! Ooooooh...

Sospecho que Obama no quiere dejar la Presidencia de los Estados Unidos sin conocer el "ooooooh" de pescuezo, sin gastarse un duro. Sin conocer de primera mano la razón de esta exclamación mundial ante el nombre de Sevilla. De ahí que no venga a hablar con el Rey, ni a negociar el escudo anti-misiles de Rota con Rajoy, sino directamente al "ooooooh": a la Acrópolis de Sevilla, como la llamaba don Santiago Montoto. A ese conjunto al que nosotros no le echamos cuenta en lo que vale. A la suma de Alcázar, Casa Lonja, Catedral, Giralda, Palacio Arzobispal, espadaña del convento de la Encarnación y fuente de la plaza de la Virgen de los Reyes. Es que ves ese conjunto saliendo del Patio de Banderas, o en la revolviúra de la calle San Gregorio hacia el Triunfo, y aunque seas de aquí y estés harto de verlo, a poca sensibilidad que tengas te sale del alma el "ooooooh".

Hay, pues, que agradecer al señor Obama la de fotos y vídeos del mejor cahíz que van a salir en todos los periódicos y televisiones del mundo. ¿Cuánto vale eso, facturado como publicidad turística? Lástima que ya no esté Emilio Carrillo en el Ayuntamiento, pues seguro que echaba las cuentas y nos decía los millones exactos que vale esa propaganda de Sevilla.

Aparte de eso, yo le agradezco al señor Obama que al menos durante unas horas vaya a hacer realidad la ciudad que cuatro loquitos seguimos soñando: una Sevilla sin el tranvía absurdo, sin ciclistas por la Avenida, sin veladores en Mateos Gago, sin olor a cagajones de los coches de caballos en Matacanónigos. No es que me lo invente, es que lo leo en la información oficial que ha facilitado el Ayuntamiento sobre las medidas de seguridad adoptadas. Dice en un pasaje: "El Metrocentro sólo prestará servicio hasta el Archivo de Indias durante toda la mañana del domingo. Tampoco estará operativo el servicio de coches de caballos en toda la zona de influencia de la Catedral de Sevilla el domingo". ¡Una maravilla! ¡Sin el tranvía tocando como el Muñidor de la Mortaja por la Avenida y sin cochambrosos y malolientes coches de caballos llenando de bosta los alrededores de la Catedral! Pero hay más. Dice más adelante el "monitum" municipal: "Por otra parte, el Ayuntamiento procederá a la retirada de veladores en la Avenida de la Constitución, Alemanes, en una zona de la calle Mateos Gago y en el entorno de la calle San Pablo y la Plaza de la Magdalena. Se revisarán los cajones de obras en toda la zona de influencia por parte de la Delegación de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo y se retirará parte de las bicicletas de Sevici en el entorno de San Pablo y Plaza Nueva". ¡Maravilloso, señor Obama! Gracias a usted, el alcalde Espadas hasta va a quitar los veladores, como prometió. No hay que ir a ver a Obama. Hay que ir a ver la calle Mateos Gago sin veladores... Y ni les cuento un centro libre de ciclistas alquilones que te puedan pillar en las calles llamadas peatonales, pero que no lo son. Qué pena que Obama esté tan poco tiempo. A ver si le gusta esto, repite y viene cada lunes y cada martes. Así la ciudad que soñamos cuatro loquitos volverá a existir. Al menos por unas horas.

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