La frase pasó a la Historia e incluso a las antologías, como el interesantísimo libro "El por qué de los dichos" de José María Iribarren, que les recomiendo y que si no encuentran en librerías, vayan a Amazon por Internet, donde todo título dificilísimo de hallar tiene su asiento, o mejor a www.iberlibro.com, que es lo mismo, pero de aquí, con las librerías anticuarias y de viejo de España. La frase me parece que tuvo su origen en Sevilla, como tantas que han pasado al acervo de la paremiología. Se la dijeron a Guerra en uno de los primeros mítines de la democracia. No sé si en el desaparecido Campo del San Benito, que estaba por donde ahora la estación de Santa Justa, o si en el Prado de San Sebastián antes de su conversión en jardín. Fue aquello famoso que le gritó un cateto acarreado en los autobuses que fletaba y fleta el PSOE, en plan Plaza de Oriente, con bocadillo y banderita incluidos:
-- ¡Arfonzo, dales caña!
Vamos, cómo si a "Arfonzo" hiciera falta animarlo para que le diera caña a la derecha. La frase hizo tanta fortuna que sigue teniendo vigencia. Y contradictoriamente, contra el que fue el partido de "Arfonzo", que al PSOE sí que no lo conoce ni la madre que lo parió, ni el verdadero Pablo Iglesias que lo fundó. Igualito aquel PSOE de Guerra y de González, y de Manuel del Valle, y de Alfonso Lazo, con sentido de Estado, con orgullo de España, con voluntad de consolidar la democracia, que este PSOE de Sánchez, que quedó el 20-D peor que Almunia (que ya es decir) y que a pesar de eso es capaz de pactar con los separatistas rompepatrias, con los berrendos en ETA, con los perroflautas trincones de Irán y de Venezuela y con el mismo diablo si falta hiciere, con tal de llegar a la Moncloa no como visitante, sino como local: como presidente del Gobierno del Reino de España. ¡Toma ya! ¡Te quí í ya, Sánchez Castejón!
El "dales caña" ha calado hondo: donde no se hace pie; que en Cádiz se dice "agua tapá". Tanto, que la señora esposa, o pareja, o compañera, o como se diga, del Kichi de Cai lo ha referido en una entrevista en ABC. Lo ha dicho Teresa Rodríguez, la jefa de Podemos en Andalucía. (Por cierto, a Kichi, las coplas aduladoras del babetazo del Carnaval Políticamente Correcto lo llaman con nombre de glorieta a la salida del Segundo Puente: le dicen "Alcalde José María González". ¿A que eso está pidiendo urgentemente la placa de rotulación de una glorieta, con su rotonda para los coches y todo?).
A lo que iba con la caña con corcho, corcho con caña, tú eres la reina de las entrañas de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez. Ha dicho en la mentada entrevista de ABC: "La gente me dice: ¡Dale caña a Susana!". La misma caña que le pedían a Alfonso Guerra contra la UCD, y quizá en boca de los mismos. ¿Sabe usted cómo le llamo yo a esto de pedir que se le dé caña a alguien mientras ellos callan? Cobardía sevillana, tela clásica. El sevillano siempre pide que se le dé caña a alguien o a algo. Pero que se la dé otro, no él. A Guerra le pedían caña contra la derecha; a Teresa Rodríguez le piden caña contra Susana; y a mí me piden caña contra todo. Otra vez me tengo que sentir identificado con doña Teresa Rodríguez, ahora en lo de la caña. Estoy harto de escuchar:
-- ¡Déle más caña, Burgos!
-- ¿Pero más caña todavía quiere usted que les dé, señora?
-- Más... Toda caña que le dé usted es poca.
Pero que se la dé yo, claro. Ella, como tiene a una sobrina colocada en la Junta, y como teme perder las subvenciones por la finquita que heredó, y como Susana le da la paguita de jubilado al marido, ella, detrás de la mata, jiñá, por las patas abajo, no da caña de ninguna clase. Al revés: a mí me dice que les dé caña... mientras ella los sigue votando, por miedo a perder la mamela de su mamandurria familiar. ¡Déles la caña usted, señora mía, que demasiada les doy yo da, y jugándomela, y no como usted, so pedazo de cobardona trincona de la derecha hispalense!
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