ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla, 6 de enero de 2017
                               
 

Balcones de Reyes

Frente a la ola laicista como hemos padecido estas Pascuas de Navidad, sin un solo motivo religioso en las luces callejeras por la cobardía de los que no se atreven a proclamar el Nacimiento de Dios, será que yo lo quiero ver así, ¿pero a usted no le ha parecido que se han visto por Sevilla menos, pero muchísimos menos de esos horteras muñecos de Papá Noel trepando por las fachadas hacia los balcones, con el saco al hombro? Un tío con el saco al hombro y trepando. ¿A qué les suena? ¿No les suena a un gachó con el carné del partido en la boca, trepando a base de puñalás traperas y "llevándose bien todo lo que haya que llevarse", como decía El Peña de Cai, y que luego lo descubren la Policía o la juez Alaya como mangón oficial del Reino? Y en cambio, a mí me parece haber visto más rojas colgaduras del Niño Jesús en los balcones. Quizá sea una ilusión óptica pero aquí en Sevilla, gracias al Dios que acaba de nacer, los Reyes le siguen ganando por goleada al Papá Noel dichoso y guiri. Claro que en el partido de vuelta (de vuelta a lo políticamente correcto), el marcador arroja un resultado a favor del laico y progre Solsticio de Invierno y va perdiendo, pero por goleada, la Navidad cristiana.

Y digo yo, ¿cómo va a tener éxito aquí Papá Noel, si los papás noeles entran por las chimeneas y en Sevilla no hay chimeneas? Vamos, apenas tenemos la antigua chimenea industrial de la Maestranza de Artillería en la calle Dos de Mayo, donde llegan las cigüeñas de las que puntualmente me avisa Fernando Ortega con una alegría de barrunto primaveral como de haber visto ya al primer nazareno. Pero en las casas de Sevilla no hay chimeneas; eso queda para los chaleres de las urbanizaciones. En Sevilla hay balcones. Tantos, que cuando labraron un edificio sin ellos en la calle O´Donnell, al comercio que establecieron en sus bajos le pusieron "La Casa Sin Balcones". Ayer tarde, cuando los abuelos volvieron a ser padres y los padres volvieron a ser niños, pasando la Cabalgata y viendo las caras de los chavales con los caramelos llegué a esta conclusión: Izquierdo fundó la Cabalgata para llenar los balcones de Sevilla con la ilusión de los zapatos infantiles puestos para los Reyes.

Y, magia por magia, yo creo que esta Madrugada se ha obrado el milagro, no sé si de Gaspar o de Baltasar, de que otra vez vuelva a haber zapatos de niños esperando los juguetes de los Reyes en esos balcones vacíos de las casas deshabitadas y medio en ruina que vemos por Semana Santa sin nadie viendo las cofradías. ¿Cuántos años hace que no hay ilusionados zapatos de niños puestos en esos balcones vacíos de Francos, de Cuna, de Sierpes, de todas esas casas típicas sevillanas en su nueva versión: una franquicia en el carísimo bajo comercial y deshabitados los pisos altos? Yo me he imaginado una Sevilla viva en el buen recuerdo de Laffón, de Montesinos, de Cernuda, y he vuelto a ver esos balcones con zapatos de niños.

Pero que tal sueño de la noche de Reyes sea realidad es muy difícil. Tan difícil como abrir las puertas de la ciudad de los balcones. Al Heraldo le entrega el alcalde las llaves de Sevilla para que se las dé a sus señores los Reyes Magos y abran las puertas de la ciudad. ¿De verdad que los Reyes Magos abren las puertas de la ciudad, todas las puertas de la ciudad? En Sevilla hay puertas que no se abren, que siempre están cerradas. No hay ni llave de Heraldo ni llave maestra que pueda abrirlas. No hablo de las ya derribadas que quedan en la memoria, de la Puerta Osario, de la Puerta Real. Hablo de las puertas de esta cerrada Sevilla, tan difícil, tan traicionera, tan falsaria, tan cobardona. Por eso, frente a las cerradas puertas de la "pobre ciudad, pobre ciudad" del alcalde García de Vinuesa sentado en la Piedra Llorosa, me quedo con la ilusión del sueño de la utopía de los balcones de Sevilla, siempre habitados por el recuerdo, esperando que los Reyes nos dejen los juguetes en nuestros viejos zapatos de niños con la suela agujereada...

 

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