ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla, 14 de marzo de 2017
                               
 

Escuadrón que en Paz descanse

COMUNICADO OFICIAL DEL ESCUADRÓN SOBRE LAS CAUSAS DE SU DESAPARICIÓN

Sevilla, aparte de la más hermosa ciudad del mundo, es la más contradictoria. ¿Vieron el otro día en la Plaza del Molviedro la de bandas de cornetas y tambores y agrupaciones musicales que acudían a un certamen? ¿Oyeron el domingo a la Banda del Sol yendo al Baratillo a besar la mano de la Virgen de la Piedad con el sonido a gloria de sus clarines, que en las cuatro caras de la Giralda enjugan las Lágrimas a San Pedro? En Sevilla, si es fin de semana o fiesta de guardar, ves por la calle a muchos chavales con uniforme como de gala militar antigua, que con un tambor al hombro o una corneta en la mano van o vienen de una procesión, un concierto, una salida extraordinaria. Por la gloria de Cotón, no: por la gloria de Patón que nunca hubo en Sevilla tantas y tan buenas bandas de cornetas y tambores. Alguna hay, como Las Tres Caídas de Triana, que lleva más músicos que nazarenos sacaban antes muchas cofradías de barrio. Hay muchísima afición al tambor y la corneta. Lo que más nos gusta a los sevillanos. Lo he sostenido siempre: en Sevilla todo lo que se celebre en la calle, de balde y con cornetas y tambores, éxito asegurado.

Pues bien: esta contradictoria ciudad de la floración única y maravillosa de agrupaciones musicales cofradieras a pie, ha visto morir en estos días a la única banda montada que, como reconstrucción de las antiguas de Artillería, Caballería o Policía Armada, abría marcha delante de la cruz de guía de la Hermandad de la Paz, con unos clarines que tocando la vieja "Retreta y Polca" de Artillería 14 o de Sagunto 7 nos anunciaban por el Parque la gloria bendita del Domingo de Ramos con los heraldos de su escuadra de lanceros con la bandera de España en el asta de sus armas de carga, con recuerdos de la Batalla de Tetuán en la guerra africana o de los jinetes del General Monesterio cerrando contra el enemigo en Alfambra en la contienda española de 1936-1939.

Le llamaban Escuadrón de la Paz. Escuadrón, si mi querido jinete de Caballería don Modesto Cabeza no me corrige, corresponde en tal Arma a una compañía y lo manda un capitán. No creo que llegaran a tantos los jinetes del Señor de la Victoria y la Virgen de la Paz. Eran más bien una escuadra de lanceros y lo que toda la vida de Dios, hasta que prácticamente desaparecieron (salvo la Guardia Real y la Guardia Civil), se llamó en el Ejército una banda montada. Pero, vale, llamemos "Escuadrón" al de la Paz. Que en paz descanse, desgraciadamente. Dicen que por motivos económicos, por dificultad de mantenimiento, de encontrar caballos en los que montaran sus animosos y prodigiosos músicos, bisnietos de la leyenda sevillana del clarín de plata que el Rey Don Alfonso XIII le regaló al Brigada Rafael Macías, tras escuchar el prodigio de sus pulmones soplando la boquilla en la banda montada del Tercero Ligero de Artillería, antecedente del RACA 14, tristemente disuelto en su cuartel de Pineda. Desde este año, delante de la cruz de guía del Porvenir, heraldo del Domingo de Ramos, no sonarán ya más los clarines de los jinetes músicos del Escuadrón de la Paz. Tuve la suerte de escucharme su repertorio enterito cuando la tertulia "Justicia y Caballo" rindió homenaje al jinete don Fernando de Parias Merry con un almuerzo en La Raza y tocaron en su honor. Y tuve la intuición de grabar en el teléfono móvil todos aquellos toques de Caballería: Retreta y Polca, Quinto Punto de Marcha, Diana Floreada, Los Campanilleros. Hasta aquel "Tres" al que el coro del Brigada Rafael le puso letra sevillanísima para las fiestas regimentales en el Tercero Ligero, y que aún cantan los campanilleros de Santiago en Castilleja: "Cuando sale La Que Está en San Gil/se terminaron las penas,/se despierta todo el entusiasmo/del barrio La Macarena./Tiene Triana/una Estrella reluciente,/la más galana,/que atraviesa por el puente." Guardaré esa grabaciones como el tesoro que son y que Sevilla ha dejado perder, tras haberlo recuperado en 1994 el entusiasmo impagable de don Francisco Acedo, a quien le acompaño en el sentimiento por la pérdida del Escuadrón de La Paz que en paz descanse.

COMUNICADO OFICIAL DEL ESCUADRÓN SOBRE LAS CAUSAS DE SU DESAPARICIÓN

 

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