Estaba el otro día en la sala de espera de una consulta médica. A efectos de lo que quiero contar como signo de nuestros días, da igual que fuese privada o del ambulatorio, vulgo Centro de Salud. Que no sé por qué les llaman centros de salud, si quienes allí acuden tienen de todo, menos salud. En todo caso, deberían ponerles "expendedurías de salud". La voz "expendeduría" está en sede vacante desde que la gente abandonó el fumeque en masa y cada vez hay menos estancos. ¿Usted ha visto la de pocos estancos que quedan en Sevilla? Entre los sellos, que ya nadie los compra porque pone correos electrónicos, y los paquetes de tabaco, que cada vez se fuma menos y, los que lo hacen, compran más cajetillas de contrabando, llegará el día en que los estancos serán, si no lo son ya, negocios en vías de extinción.
Lo de la consulta medica que quiero contarles como significativo es que el otro día eché mi espera en una, y, como hijo de zapatera que soy, me fijé en los pinreles de todos los caballeros y muchachos que aguardábamos turno. De toda edad. Jubilados y estudiantes. Bueno, pues de todos, y éramos más de la docena, sólo dos llevábamos lo que en Sevilla se han llamado toda la vida "zapatos de material". La mayoría iba en zapatillas de deporte, ora de marca, ora de los chinos, ora de los negros (vulgo subsaharianos) que se ponen a venderlas de imitación en la acera del Nervión Plaza, sin dejar por cierto sitio para que pasen los peatones. Eso de "material" por piel es palabra sevillanísima. Correctísima. La quinta acepción de la palabra en el DRAE: "Cuero curtido". Hablamos de una correa de material par el reloj, un cinturón de material o unos zapatos de material. Que, como digo, ya son casi piezas de museo. Todo el mundo en comodísimas zapatillas de deportes, todos socios del Club Adidas o del Nike F.C. Lo más "cool" es ponerse traje de chaqueta y corbata y por los pies, en vez de unos zapatos oscuros, zapatillas de deportes. Y si eres artista o te las das de tal y acudes a una gala de esmoquin y con zapatillas de deportes, es que ni te cuento, lo "fashion" que vas, que diría mi amigo Carlos Telmo, que maneja como nadie todos estos anglicismos de moda sobre la moda.
Como aquí todo el mundo tiene un observatorio, no quiero ser menos que nadie y me he montado el mío particular: el OCOCE, el Observatorio del Comercio del Centro. Me encanta practicar el deporte popular sevillano de darse garbeos por el centro sin rumbo fijo, de Tetuán a la calle Dados y tiro porque me toca ir de la calle Córdoba a la calle Sierpes. Y por todas partes veo un nuevo tipo de negocio que se ha puesto de moda en Sevilla y del que cada día abren uno nuevo: la zapatería que vende exclusivamente calzado de deportes. Incluso las hay monomarcas, que sólo las venden de una determinada. No son tiendas de deportes de toda la vida, como la que puso Juanito Arza en la calle Santa María de Gracia cuando se retiró como futbolista del Sevilla F.C., o como los Deportes Z de toda la vida de don Zacarías Zulategui (de ahí lo de Z, por las iniciales de este navarro conquistado por Sevilla). No, no son tiendas de deportes: son tiendas exclusivamente de zapatillas deportivas. Zapatillas no para hacer deporte, ni para andar kilómetros en pérdida de calorías, ni para correr, ni para la maratón: son para usarlas como calzado de diario, e incluso, como digo, hasta para "vestir" a la moda. Nos sorprendíamos cuando en los albores de Canal Sur, aquel Milikito que todavía era el hijo de los payasos de la tele y no Emilio Aragón, un multimillonario empresario de la industria audiovisual, presentaba el "Saque bola" vestido de traje y con zapatillas de deportes. Fue el precursor de esta moda que ahora hace abrir tiendas y más tienda de sólo zapatillas de deportes. Ay, si don Primitivo Garach ("Calzados Garach imponen la moda") o don Carmelo Orozco ("el mejor calzado que conozco"), levantaran la cabeza y nos vieran a todos con zapatillas de deportes...
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