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ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla, 2 de octubre de 2017
                               
 

El Pucheréndum

Desde hace más de 155 días había más de 155 razones para no haber llegado a lo de ayer, que yo no sé a usted, pero a mí me tiene perplejo. Todo ha sido como un partido de fútbol, y no precisamente a puerta cerrada como el que jugó el separatista Barsa con la muy española Unión Deportiva Las Palmas, a la que hay que tocarle las ídem por su patriótico posicionamiento a favor de la Unidad de la Patria y, de rebote, por la españolidad de sus islas. Digo que todo ha sido como un partido de fútbol que no sabemos quién ha ganado. Y que sí sabemos desgraciadamente quién ha perdido: España, los españoles que el otro día, sin el apoyo de partido constitucionalista alguno, llenaron las plazas de banderas rojigualdas, las mismas con que han colgado sus balcones.

Mi perplejidad fundamental es que he oído una y otra vez a portavoces del Gobierno afirmando que no ha habido referéndum, mientras estaban los separatistas haciendo cola para votar. Desde luego que no ha habido referéndum: ha habido un Pucheréndum, porque era, como dije, un referéndum "sin": sin junta electoral, sin campaña oficial, sin jornada de reflexión, sin papeletas, sin sobres, sin urnas transparentes, sin colegios para votar, sin tarjetas censales, sin mesas electorales, sin censo, sin recuento oficial de votos, sin garantías y sin vergüenza por atreverse a hacer lo que criticarían en otros. ¿Se imaginan que lo hubiera convocado el Gobierno de Madrid? Fue además un referéndum, digo, un Pucheréndum, con "censo universal"; vamos, con un pasemisí general sobre las más elementales normas de garantías electorales. ¿Qué es eso de "censo universal"? Pues que cualquiera ha podido votar cuantas veces ha tenido por conveniente en distintas mesas. Corto me parece el porcentaje oficial que han dado los separatistas para demostrar el éxito de la consulta que evidentemente han ganado frente al que llaman "Estado opresor" (que les suelta la tela) por cumplir la ley que ellos se saltan. En estas circunstancias, lo normal y lógico es que hubiera salido al menos por el 600 por ciento de "sí". Hasta en casas particulares se ha votado: usted podìa poner una urna en el patio de su casa, que es tan particular como el Pucheréndum. Ha habido un vecino de Badalona que va de cabeza al Libro de los Récords de la Democracia Falsificada: consiguió el gachó votar 27 veces en 38 minutos.

Sea la cifra que fuere la verdadera, que nunca lo sabremos, porque muchas urnas-tapergüer (la forma moderna del puchero electoral de toda la vida) traían ya las papeletas metidas de origen, les han servido para todos sus intereses por el abandono del poder por el Estado de Derecho que se trataba de defender frente a los delincuentes sediciosos separatistas, en sus actos de rebeldía y desobediencia ante los tribunales. Lo que querían lo han conseguido: aparecer como unos héroes de las libertades ante las televisiones extranjeras, porque aquí lo de La Sexta y Cuatro ya lo tienen asegurado con los podemitas en plantilla, a los que ahora se han añadido los fijos discontinuos de la CUP, minoría que incomprensiblemente ha partido el bacalao en este día tristísimo de la Patria y en sus semanas de preparación.

¿Y los catalanes que no fueron a votar porque era todo ilegal? ¿Y los que no fueron a las urnas porque se sienten tan catalanes como españoles? ¿Quién defiende ahora sus derechos, los que conculcan cuando los multan si titulan sus establecimientos en español o si quieren llevar a sus hijos a un colegio donde sea el castellano la cooficial y constitucional lengua vehicular?

Son unos artistas de la propaganda. Gran parte del paripé de ayer fue mirando al tendido de la opinión pública internacional. ¡El partido que le están sacando a los heridos y contusionados en los enfrentamientos con la Policía Nacional y la Guardia Civil que defendían el Estado de Derecho frente al compadreo de los Mozos de Escuadra del tramposo Trapero! Todo el partido que el Gobierno no supo antes sacarle al Estado de Derecho, con los 155 ases que tenía en su manga contra los separatistas.

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