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ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla, 14 de octubre de 2017
                               
 

Croquetas con un héroe difunto

Igual que sentimos el orgullo de ser españoles en la Fiesta Nacional, entre banderas rojigualdas de los balcones colgados, el honor y gloria de nuestras Fuerzas Armadas, el perro de la Policía Nacional y la cabra de la Legión, yo, hoy, señores, siento el orgullo de ser sevillano. Porque cuanto voy a contar sé que aquí en Sevilla no habría ocurrido. Tenemos sensibilidad para que tales cosas no ocurran. Hablo de la muerte de un héroe del Ejército del Aire, de las alas gloriosas de España, que, en la letra de Pemán en su himno, escriben sobre el viento la hazaña, "la gloria infinita de ser español". Hablo del capitán don Borja Aybar, que la Virgen de Loreto de La Costanilla tendrá ya en su gloria del vuelo de los altos cielos. Como saben, halló la muerte al estrellarse el aparato que pilotaba, cuando con su Eurofighter regresaba a la base aérea albaceteña de Los Llanos tras haber encabezado los aparatos de su Ala, sobre el eje de La Castellana, el desfile aéreo de la Fiesta Nacional. El capitán Aybar no nos debe ser ajeno en Sevilla, donde se formó y estuvo destinado en la base de Morón. Es más: las primeras trágicas noticias sobre su muerte lo daban por sevillano. Y se asegura que murió porque no quiso eyectar su asiento y saltar con paracaídas de su Eurofighter, porque el avión en apuros finales y fatiguitas de muerte iba derechito a estrellarse contra una zona poblada, dicen que sobre un parque donde jugaban muchos niños. Es decir: que el capitán Aybar entregó su vida de servicio a España para evitar muchas muertes; sabe Dios qué hubiera envuelto la bola de fuego en que se convirtió su aparato al estrellarse en el despoblado hacia donde lo encaminó aun a cambio de su propia vida.

El querido compañero Manuel Contreras me ha recordado que el triste accidente ha sido parejo al del teniente coronel del Ejército del Aire don Jaime de Gandarillas, quien en el fallo de unas pruebas del Airbus militar A400M aquí en la base de San Pablo tuvo la sangre fría de enfilar el aparato hacia un barbecho, para que no se estrellara contra el Factory del Aeropuerto, lo que hubiera sido, como en el caso del Capitán Aybar, una tragedia de decenas de muertos. Esta heroicidad de entrega de su vida para salvar las de los demás les entra a los aviadores militares en el sueldo y lo cantan en su himno: "A España ofrecida,/tengo muerte y vida/como quien las juega/ en un lance de gloria y honor".

Para mayor desgarro en la desgracia, al capitán Aybar, 34 años, lo esperaban su mujer y su bebé en la base de Los Llanos. Su mujer presenció el fatal accidente. Ocurría cuando aún no había empezado en el Palacio Real de Madrid la recepción de Sus Majestades a las autoridades y representaciones. Es decir, que cuando empezó la recepción de Palacio, ya se sabía que la gloriosa Aviación Española tenía un héroe más. Pero como esa recepción era en Madrid, donde no hay ni paladar ni la menor sensibilidad para estas cosas, aunque sabedores todos de la muerte de un héroe, el acto se celebró como si nada hubiera pasado. Por eso digo, con orgullo de sevillano, que eso aquí no hubiera sido así. Aquí sí se hubiera celebrado la parte seria del espectáculo: el besamanos de Sus Majestades. Tras lo cual, cada uno a su casa, sin copetín, en señal de luto por la muerte del Capitán Aybar. En Sevilla se hubiera suspendido la parte cómico-trágica del espectáculo de la recepción regia: los camareros sirviendo copas y croquetas con un héroe de España recién muerto en acto de servicio por la Patria. ¡Qué falta de sensibilidad! ¿A nadie se le ocurrió en Palacio aplicar el luto sobre la marcha, y suspender el croqueteo, en honor y gloria de la muerte de un héroe? Pues nada. Con el Capitán Aybar recién muerto por España, el Madrid odioso del poder siguió con sus croquetas en la recepción de Palacio, sin suspender nada. Rajoy y la Cospedal se ausentaron para ir a Albacete a dar el pésame...y hacerse la foto. Luego, ya oirían el topicazo de los corrillos de los políticos con los periodistas de la Corte. La croqueta para el que se la trabaja en Madrid. Y a la sensibilidad, que le vayan dando...

SOBRE EL EJÉRCITO DEL AIRE Y SEVILLA, EN EL RECUADRO: "LOS NARANJOS DE TABLADA"

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