ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

Sevilla,  27 de febrero de 2018
                               
 

El Raya

Si yo pongo aquí ahora el nombre de Antonio González Merchante, usted no sabrá quién es. Si le añado que es El Rociero, puede que me pregunte que de qué hermandad, si de Triana, si de Sevilla, si del Cerro, si de Gines, si de la Matriz almonteña. Pero si le digo que me refiero de Antonio González "El Raya", no tiene pérdida. Le empieza a sonar a usted inmediatamente que sueña la margarita con ser romero, y la noche que le dio el tío del tambor, o con la emocionante letra de Juan de Dios Pareja-Obregón piensa en todos los que ya se fueron a esas marismas azules. Y si nos metemos por el riquísimo mundo de los fandangos, tenemos que hacer frontera con Paco Isidro, con Pérez de Guzmán o con Paco Toronjo, que es aproximadamente la cartografía de los cantes de El Raya por Huelva.

Lleva El Raya cincuenta años cantando y rescatando fandangos y el jueves día 1, en el Teatro de la Maestranza, sus compañeros del cante, del toque, de los tamboriles y las gaitas, de los caminos del Rocío, de las esquinas de acero de las calles del fandango, le dan un homenaje, al que gustosa y justamente me sumo con estas líneas. Porque para mí El Raya es algo más que un cantaor, un intérprete de sevillanas o un artista de la emoción de los cinco versos de un fandango en los que cabe la vida y te pegan un pellizco en el alma. Pero El Raya, sobre todo lo que dicho queda, es algo más. Por muy desprestigiada que esté ahora la palabra, es un folklorista. Un recopilador de cantes que se estaban perdiendo, o que eran prácticamente desconocidos fuera de su ámbito local de creación. Y me refiero al fandango. Cuando leí "Geografía del cante jondo", deslumbrante ensayo del ahora injustamente olvidado novelista y periodista Domingo Manfredi Cano (1918-1998), que por cierto fue pregonero de la Semana Santa de Sevilla, me sorprendió que el escritor de Aznalcázar censara la cantidad de variedades de fandangos que hay en Huelva y en todos los pueblos de su provincia, de Almonaster a Cabeza Rubia, que como saben tiene los pastos comunes con El Cerro, y siguiendo por Calañas. Hay pueblos que sin salir del término municipal tienen varios estilos de fandangos.

Como don Manuel Alvar fue pueblo por pueblo en la Andalucía de los años 50 recopilando su ALEA, su "Atlas Lingüístico y Etnográfico de Andalucía", así Antonio El Raya ha hecho con los fandangos de su Huelva: ha reunido, rescatado, catalogado, divulgado todos sus estilos y tonás, todas sus letras menos conocidas. Así han surgido las que considero sus obras más imperecederas, como la primera "Antología del Fandango de Huelva", que grabó en 1974 con Manolo Sanlúcar e Isidro Muñoz; y luego, ya en 1999, en su madurez, su monumental y definitiva "Historia Antológica del Fandango de Huelva". Así que, como habrán visto, entre sevillanas y fandangos, no sé con qué Raya quedarme:

-- Pues como vamos por Huelva, quédese con la Raya de Portugal y así compramos toallas en Vila Real de Santo Antonio.

Menos cachondeo. Que no sé si quedarme con aquel Raya de "Los Rocieros" con su inseparable Santiago Martín, cantando sevillanas de camino y polvaredas, de amores y desamores, o con este otro Raya folklorista, recopilador y exaltador de la grandeza y variedad de los fandangos de Huelva, de los que si no ha descubierto siete mil millones de estilos distintos no ha descubierto ninguno y, encima, los ha grabado todos, para divulgar y rescatar la importancia de estos cantes, que algunos llaman "chicos", pero que tienen toda la grandeza de la tradición de los pueblos andaluces.

Así que yo ahora me voy a Almonaster la Real, a la aldea de Las Veredas, que tan de cerca conocí, y porque canto muy malamente, que, si no, le dedicaba un fandango coral y serrano, con panderetas, a Antonio el Raya. Que es, eso, una raya. Una raya en el agua de "Mi Huelva tiene un ría", que nos ha descubierto y rescatado "fandangos de terciopelo/ teniendo la raya en medio,/ que es como peina su pelo". Como un rey destronado del siglo XIX o un emperador del fandango y las sevillanas en el XXI.

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