ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  15 de noviembre de 2018
                               
 

Canina de la suerte

La Hermandad del Santo Entierro, en la que hasta hace bien poco había hasta "numerus clausus" de hermanos, es una cofradía seria entre las serias. No triste, que es algo muy distinto: seria. Interesantísima por cierto, por cuanto tiene mucho de siglo XIX, de grabado de la Corte de los Montpensier con todo su cortejo y sus representaciones. El Santo Entierro tiene mucho de procesión cívico-religiosa, muy del Romanticismo. Hasta con los que llamo "los armaos chuchurríos", frente a los garbosos de la Centuria Macarena; o sea, las dos Sevillas otra vez frente a frente, en este caso en versión de Roma Triunfante en coraza y plumerío. Y tan seria es la cofradía del Santo Entierro que, albarda sobre albarda, muchos hermanos no visten el ropón de su túnica, cuya cola antaño arrastraban por el suelo, sino que van de chaqué, con el rojo escudo de la cofradía bordado al pecho, como la venera de una orden militar. En el lenguaje de la cofradía los llaman "los hermanos de serio". ¡Vamos, como si hubiera "hermanos de cachondeo" en corporación tan seria!

Pero como aquí somos así, gracias a Dios (que está en Lorenzo, por si no se han enterado) toda esta romántica seriedad del Cristo Yacente en la única urna que hubo en Sevilla en tiempos de la dictadura y de la Virgen de Villaviciosa es compensada por el humor, tan negro como los ropones de sus nazarenos, que despierta siempre La Canina. Ahí pasamos del Romanticismo de los chaqués de las representaciones cívicas al Barroco del sentido sevillano del culto a la muerte. El valioso paso, el único alegórico que nos queda junto con el Sagrado Decreto de La Trinidad, y bien que lo dice la filecteria del "Mors mortem superavit", representa el Triunfo de la Santa Cruz. Se escribe así, Triunfo de la Santa Cruz, pero en sevillano se pronuncia "La Canina". Y aquí empieza la guasa del "qué bonito es un entierro", sobre todo contado por Gandía. ¿Cuántas coplas y romances de guasa a La Canina hay? ¿Cuántas saetas de broma, como la que me enseñó mi monárquica tía María Belinchón: "¿Dónde vas, muerte pelona,/con la mano en la mejilla?/ Vas sentada en una bola: ¿es que en tu casa no hay sillas"? Hasta en el Pregón de 1993 apareció triunfante La Canina Sublime, cuando el Cura Javierre recitó una saeta humorística atribuida a Pepe Peregil: «Ay, Canina, cuánto te quiero/pero cómo te hace falta/ un buen caldo del puchero». A falta de caldo del puchero, como en un chiste contado en el velatorio del Paso del Duelo, con todo lo seria que es, la Hermandad del Santo Entierro ha puesto este año a La Canina en sus participaciones de Lotería de Navidad. ¡Con dos... tibias! Óle. Eso sí que es el heraldo anunciador de la Navidad sevillana: ni el "spot" de TV de la Lotería Nacional, ni la iluminación callejera, ni la fachada del Cortinglés: la lotería de las hermandades. Cada hermandad pone en las participaciones a una de sus Sagradas Titulares, o a ambas, al Cristo y a la Virgen. Y el Santo Entierro, óle el arte, le ha dado este año a La Canina el caldo del puchero que pedía el Padre Javierre en su Pregón, porque, como es titular de la hermandad, la ha puesto en sus participaciones de Lotería de Navidad, con su guadaña, su mano en la mejilla como el Pensador de Rodin pasando por delante del edificio de El Ocaso, su bola, su monte de cardos borriqueros, su yedra. Hay que comprar Lotería de la Canina, porque seguro que toca. Y si toca la pedrea, mejor, que es lo que quieren los mayordomos, porque así nadie va a cobrarla y queda ese dinero para la hermandad. Apunten el número: el 69.418. Se puede comprar al precio de 22 euros en la sede de la corporación del Sábado Santo, en la iglesia del Convento de San Gregorio (calle Alfonso XII), los lunes y jueves al término de la misa que celebra la cofradía a las 20:30 horas, aunque también se pueden reservar las participaciones en la página de Internet de la Hermandad, www.santoentierro.org, contactando con Secretaría o Mayordomía. Yo que usted no me quedaba sin Lotería de la Canina. Si da suerte pasar el décimo por la chepa de un jorobado, ni te cuento si lleva la Canina entera y plena. Y a tomar por saco la Bruja de Oro de Sort, que como es catalana, allí nada más que toca el 155 y no el 69.418. Número tan bonito como la Caníiiiiiiina: ¡Guapa, guapa y guapa!

INFORMACION SOBRE LA CANINA Y LA HERMANDAD DEL SANTO ENTIERRO: "LA CANINA, DEL PAVOR A LA GUASA SEVILLANA"

 

 

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