ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  28 de diciembre de 2018
                               
 

Aguinaldo de aceite

La palabra es muy nuestra, muy del habla sevillana de estos días, pero me parece más perdida que el barco del arroz: aguinaldo. La recoge el Diccionario de la Academia sin ponerla en el lazareto de "And.", como a tantas de nuestra tierra, que les colocan esa abreviatura que es como el "y" en inglés, pero de un modo restrictivo geográfico. El DRAE define el aguinaldo como "regalo que se da en Navidad o en la fiesta de la Epifanía". Muchos sevillanos, en vez de "aguinaldo", pronuncian "aguilando". Que también viene en el Diccionario, que la da como sinónima de "aguinaldo". Y que nos parece más pegada al riñón de la romanidad de Andalucía, porque en cuanto al origen de "aguilando", mientras que de "aguinaldo" no pone ninguna mención etimológica, dice el DRAE: "Quizá del latín "hoc in anno", "en este año"." O sea, que si la abuela le da a los nietos el aguinaldo se lo da en español, mientras que si le da, como quizá ella dice, el aguilando, se lo da en latín. Y suele ser, además, en dinero, porque la vieja costumbre sevillana era que por estas fechas las abuelas dieran a los nietos pesetas contantes y sonantes, ahora euros, que los chavales no saben traducir a pesetas. ¿Pesetas? ¿Qué es eso, abuela? Estamos ya en un tiempo de implantación del euro que referir su contravalor en pesetas será como los que antiguamente contaban por reales o por duros: cinco mil reales, cuarenta mil duros.

Al aguilando le dicen también, en Ejecutivés, "regalo de empresa". Los detalles en especie que en estos días navideños o de fin de año tienen las compañías con sus buenos clientes o proveedores. Y que antes eran en su mayoría cajas surtidas de vino, como si clientes y proveedores fueran todos unos borrachucios, unos alcohólicos nada anónimos a los que había que arrimarles el fino, el brandy, la ginebra y las botellas de cava o de Moet Chandon del bueno, que era lo que soler traían esas cajas surtidas de los regalos de empresa.

Observo, empero, que el olivar está desplazando a la vid en los aguilandos. Cada vez se regala más aceite en vez de vino. Óle. Lo cual indica que en la tierra que mejor lo produce hay ya una cultura del aceite que antes no existía, cuando el aceite refinado o incluso el de orujo con el que se freía todo lo freíble en bares y restaurantes, cuando no de girasol. Poco a poco, vamos entendiendo de aceites como antes de vinos de Rioja o de Ribera, de Jerez o de Montilla-Moriles. La gente sabía distinguir un fino de un oloroso, pero no tenía paladar para diferencial un aceite de aceituna picual de otro de arbequina. Afortunadamente ya existen hasta los envasados de aceite llamados "monovarietales", los obtenidos en la almazara, por industrial que sea, con una sola variedad de aceituna: picual, hojiblanca, arbequina, cornicabra... Hasta se muele aceite de aceituna manzanilla, sí, la que se endulza, la de los encurtidos, la que ponían en una conchita en los bares sin que la pidieras. Y está bastante bueno por cierto el aceite de aceituna manzanilla. Y si tienes un amigo que te lo trae directamente de la almazara, sin filtrar, aunque lo prohiba así la Unión Europea, es una maravilla al alcance de pocos.

Bienvenida, pues, la moda de regalar aceite en vez de cajas de vino. Demuestra que cada vez hay más paladar para el verde oro líquido de nuestros olivares, que se note dónde se produce el mejor del mundo. No sólo las empresas. Hasta el amigo te manda dos botellitas de aceite: "Te voy a mandar dos botellitas de aceite de la cooperativa de mi pueblo, verás tú qué cosa más buena si lo tomas en ensalada o con una buena tostada en el desayuno". Obviamente nuestro amigo está convencido de que ese aceite de su pueblo es el mejor del mundo. Pasa con el aceite lo mismo que con el gazpacho. El mejor gazpacho es siempre el que nos hacen nuestras madres, no se puede comparar con ningún otro, hasta resiste la ola de salmorejos que nos invade. Del mismo modo, para el sevillano el mejor aceite es el de la cooperativa de su pueblo. Faltaría más. No seré yo quien lo contradiga. Y si me manda un par de botellas para que lo compruebe, es que ni te cuento.

 

Correo Correo Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico

         

 

 

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio