Hoy, en la Epifanía del Señor, se unen dos viejas tradiciones españolas: la Pascua de Reyes y la Pascua Militar. Cuando deseamos "Felices Pascuas" en vísperas de la Nochebuena no sabemos quizá que ese plural es el resto de una vieja fórmula que con el uso ha perdido la segunda parte, cual ocurrir suele con los refranes y dichos, como se ha perdido el "y volvimos cantando" en el resignado "Más se perdió en Cuba". Esas Felices Pascuas eran la Pascua de Navidad y la Pascua de Reyes. Fecha en la que se felicitaba a Su Majestad el Rey en la Corte de Madrid, lo que se mantuvo hasta que el trágico chafarrinón tricolor acabó con el reinado de Don Alfonso XIII. Queda una como reliquia de esos viejos usos cortesanos de la Institución Monárquica: hoy es tradición que S.M. reciba en Palacio a la Diputación Permanente del Consejo de la Grandeza, que le felicita en el "Día de Reyes".
Y también hoy es la Pascua Militar, cuyo origen explico, mejor que con las mías, con palabras del general don Rafael Dávila: "Es el 6 de enero de 1782, durante el reinado de Carlos III, cuando se recupera Mahón entonces en poder de la Corona inglesa. El Rey, dada la importancia de la costosa reconquista, ordenó que en la fiesta de la Epifanía se reuniese a todas las guarniciones y en su nombre se trasladase a todos los soldados su felicitación. La Pascua Militar nos trae el recuerdo histórico de aquella fecha y actualmente se ha convertido en un acto castrense de enorme importancia con el que se inicia el año militar, se hace resumen del año anterior y se plasman las líneas a seguir en el que comienza".
Hoy, pues, en el Palacio Real y en las antiguas Capitanías Generales, estarán juntas y como de manifiesto, en toda su grandeza, dos instituciones constitucionales, columna vertebral de los valores de la democracia: nuestra Monarquía Parlamentaria y nuestras Fuerzas Armadas. Ocasión que ni pintada para que desde aquí haga mía la propuesta del coronel del Ejército del Aire don Julio Serrano Carranza, antiguo jefe del Acuartelamiento Aéreo de Tablada (el Cabo Kennedy de los orígenes da las "gloriosas alas de España"), quien ha iniciado, desde una carta al Director de ABC, una campaña para resaltar "la necesidad de enmendar un hecho que he dado en denominar "incongruencia institucional". Se trata de denominar a nuestros Ejércitos y Armada con el apelativo de Reales. Vivimos en una Monarquía Parlamentaria de las más antiguas del mundo, donde S.M. El Rey es Jefe del Estado y también Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, donde la regla moral de la Institución Militar son las Reales Ordenanzas; y sin embargo y a pesar de todo, nuestros Ejércitos y Armada pasan, con su designación, por pertenecer a una república más que al Reino de España." Tiene toda la razón, mi coronel: si los ingleses tienen la RAF, la Royal Air Force, ¿por qué no ha de ser Real el Ejército de los aviadores que proclaman en su himno pemaniano "la gloria infinita de ser español"?
Esta situación se agudiza aún más en las operaciones internacionales de paz en donde nuestras Fuerzas Armadas participan con otras de países aliados, amigos y monárquicos, como Reino Unido, Dinamarca, Noruega, Japón o Marruecos. En este caso, la designación sigue la misma tendencia, pero en inglés. Así, en lugar de ser denominados como Royal Spanish Army(RSPA), Royal Spanish Navy (RSPN) y Royal Spanish Air Force (RSPAF), son designados como Spanish Army(SPA), Spanish Navy(SPN) y Spanish Air Force (SPAF), incomprensible: como si España fuera una república y no una Monarquía garante de las libertades de la Constitución. Ojalá de la presente Pascua Militar salga la firma por S.M. de un Real Decreto que selle para siempre esta unión entre Monarquía y Fuerzas Armadas, y oficialmente hablemos del Real Ejército de Tierra, del Real Ejército del Aire y de la Real Armada de España.
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