Ya sé que los hombres no somos escopetas. Ni las mujeres. Y el llamado "Gobierno del Cambio" de la Junta lo forman hombres y mujeres. Pero, ¿usted ha notado que haya cambiado algo en Andalucía con la llegada al poder del PP y de Ciudadanos, con un gobierno que es como las águilas que van en la plata de los candelabros de cola del paso de la Virgen del Patrocinio, bicéfalo? Bueno, sí: se ha notado porque antes las consejeras no se atrevían a decir que las sagradas imágenes de la Semana Santa (ya que hemos citado a la Señorita del Patrocinio) eran "trozos de madera" y ahora lo largan en un artículo y se quedan tan panchas. Bueno, sí: se ha notado porque a Fitur, en vez de Susana Díaz, ha ido Moreno Bonilla con Marín, que es como su hermano siamés, no se separan. Y no en coche oficial ni en Falcon como Sánchez, sino en Metro. El único cambio notable y advertido hasta ahora es que el presidente de la Junta se ha montado en el Metro. De Madrid.
Pero las listas de espera de la Sanidad siguen siendo las mismas. Y las mismas las dificultades para que los padres puedan elegir colegio para sus hijos. Y las medicinas de las subastas que te dan en la botica con la tarjeta del SAS son las mismas, y sabe Dios de qué país del Tercer Mundo vienen, si tienen un principio activo efectivo y si el excipiente lo han hecho de aquella manera. Si usted la palma hoy (Dios no lo quiera), sus hijos tendrán que seguir pagando el confiscatorio Impuesto de Sucesiones como si aún estuviera Susana Díaz y anduviéramos en los triunfales años de la gobernación autonómica del PSOE.
Quizá usted tenga más olfato, más perspicacia, más sentido de la observación, más sensibilidad, y haya notado que algo ha cambiado ya, y advertido signos evidentes y tangibles de que los socialistas se han ido de San Telmo y de Torretriana. Pues que Santa Lucía, la que está en la restaurada Santa Catalina, le conserve la vista. Porque, la verdad, yo no he notado para nada el cambio. Y mira que el otro día lo decía bien claro aquí a la derecha Ignacio Camacho, mi dilecto vecino de página, a quien de vez en cuando le pido perejil, un poquito de sal y esas cosas que solicitares suelen a los habitantes de la otra puerta del mismo decansillo.
Lo que algunos pedíamos es que el PP de la Presidencia y el Ciudadanos de la Vicepresidencia o Archiconsejería de Marín llegaran y pum, pum, pum, tomaran media docenita de medidas urgentes para que se notara bien a las claras que el cambio había llegado a Andalucía. Por ejemplo: que quitaran del tirón cinco chiringuitos y cesaran a un porrón de enchufados. Que lo hicieran del mismo modo que actuaron Zapatero o Sánchez cuando llegaron al Gobierno de España, con esa contundencia, rapidez y sentido de la propaganda. Sí, he dicho propaganda, ¿passsa algo? ¿Pues no se han llevado los otros 37 años gobernando mirando al tendido y haciéndose ellos mismos la propaganda? ¿Por qué no habían de hacerlo los que han llegado despertando tantas esperanzas de cambio? Algunos ilusos que nos olvidamos a veces de cómo es la derecha, y de los complejos y los miedos que tiene de que les digan que son lo que son, nos esperábamos en estos días iniciales del mandato una medida resolutoria detrás de otra, zas, zas, zas, y que en cinco días pegaran otros tantos zapatazos y puñetazos encima de la mesa. Nosotros los andaluces no tenemos tropas que retirar de Irak ni Plan Hidráulico que derogar como hizo Zapatero de un plumazo en cuanto llegó, para que se notara. Pero si podíamos haberle ya pegado un cambiazo importante a la programación de Canal Sur, que es como un escaparate inmenso de Andalucía. ¿Que no den tanto Carnaval por Canal Sur, dice usted? Hombre, por favor, no diga eso: eso ni tocarlo, que es de lo mejorcito que hay en la cadena, el Carnaval. Pero esta es la hora en que no sabemos si han desmontado ya un solo chiringuito de la Administración Paralela o no. ¿O será que con estos fríos se les ha gripado el motor de arranque y por eso el pregonado Cambio no se nota todavía absolutamente nada, salvo que las consejeras ponen como los trapos a la Semana Santa y a los que nos gustan (tela) las cofradías?
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